No sabía que estaba haciendo, quería con todas sus ganas confesarse a esa persona especial pero...no tenía las agallas
-bien, entonces solo llegas y se la das, entendido?- repasó su pequeño plan su mejor amigo
-no lo haré- dijo tratando de irse mientras se daba la vuelta
-claro que no- lo detuvo el castaño- decidiste hacerlo no? Pues hazlo ya!!
Lo empujó haciendo que quedara de frente a su amor platónico
-amm...-lo miró extrañado lo cual solo lo intimido más- hola Ikki
-Shiryu, qué pasa?- se extraño al ver él sonrojo en las mejillas del pelinegro
-esto...esto es para ti!!- le entregó una carta y salió corriendo
Ikki se quedo con las palabras en la boca, abrió la carta aún sabiendo que dentro de ella había una extensa confesión pero solo se encontró una hoja blanca con letras grandes y rojas las cuales decían: "Me gustas". Había comenzando a llover en gran magnitud y todo el campus de la escuela se había vuelto un lugar lleno de lodo y agua, necesitaba encontrarlo pues necesitaba decirle que sentía lo mismo, cuando estaba por rendirse e irse del lugar escucho unos leves sollozos que venían de la parte de atrás de la escuela, preocupado se acercó al lugar encontrándose con quien hace unos momentos buscaba con desespero.
-Shiryu...-dijo su nombre en un susurro casi audible
-ah? Ikki...yo...yo...- trató de explicarse
-también me gustas- dijo antes de que el otro hablara- siempre me gustaste pero jamás tuve la oportunidad de decírtelo, tenía miedo de que me rechazaras pero el día de hoy- se le acercó dejando pocos centímetros entre ellos- estoy seguro de que podemos llegar a amarnos con locura.
Quería irse de ahí corriendo pero sus piernas no se lo permitieron, fueron escasos los segundos en que pudo decir algo pues los labios del mayor se juntaron con los suyos comenzando a bailar de manera deliciosa, esa calidez y ese sentimiento jamás en su vida lo había experimentado, intentó apartarlo poniendo sus manos sobre su pecho pero después entendió que no estaba jugando, que esos sentimientos eran verdaderos, poco a poco fue cerrando sus ojos sintiendo la danza que sus bocas realizaban. El agua seguía cayendo del cielo y parecía no importarles nada, que nevara, que lloviera nada, absolutamente nada haría que se separaran.
El primero en romper el contacto fue Ikki dejando a un muy confundido Shiryu que después de unos segundos de haberse separado abrió los ojos con un gran sonrojo en sus mejillas
-te gustaría salir conmigo?- preguntó el de cabellos cortos a lo que el otro solo asintió con un gran sonrojo y un enorme brillo en sus ojos
Volvieron a besarse, parecía una escena de película romántica pues ambos bajo la lluvia abrazados y besándose era una escena que no te encontrabas con tanta naturalidad en las calles y menos en una escuela.