La alarma de aquel aparato sonaba a mil, de mal humor una mano apago el molesto despertador y se levantó de la cama.
-vamos levántate debes de sacar al perro e ir por las compras de la semana- le recordó su esposo mientras se quitaba la ropa para entrar al baño
-buenos días cariño, yo también te amo- dijo con sarcasmo el de cabellos largos mientras se paraba en la puerta del baño
-perdón- asomó la cabeza fuera de la ducha- buenos días- dijo tratando de hacer enojar al otro, lo cual consiguió
-pensaba ducharme contigo pero visto que estás en ese plan- estaba por salir pero sintió como una mano hacia que entrara bajo el agua- oye aún no me quito la ropa- dijo entre risas
-tranquilo, yo te ayudo- Ikki lo beso con desespero mientras acariciaba su cuerpo.
Habían terminado de ducharse y mientras su marido se preparaba para ir al trabajo el hacía el desayuno y limpiaba la cocina, dejó ambos platos de tostadas y huevos fritos en la mesa mientras lavaba los utensilios que había ocupado, en ese momento Ikki bajaba de las escaleras ya listo para irse
-si me sigues alimentando con eso moriré de hambre- se quejaba el de cabellos cortos mientras se servía café
-no te quejes, hoy iré por las compras, solo han sido cinco días, no es para tanto
-lo dices porque siempre que terminas de correr vas a esa estúpida cafetería y siempre te atiende ese estúpido mesero
-quien? Seiya? Es un buen chico- se burlo
-un buen chico?- se paró frente a el- que tanto?
-no te preocupes, aunque me diera su numero la semana pasada no significa que quiera algo con el, siempre me han gustado los chicos malos- dijo seductor mientras besaba los labios del mayor
-está bien- se sentó en la mesa y comenzó a desayunar- espera...-reaccionó minutos después- te dio su número telefónico?!
-ay Dios mío solo come y ya- puso los ojos en blanco ante los celos de su esposo
-solo respóndeme y ya!!- el otro ni se inmutó- Shiryu!!
Después de esa pequeña pelea de celos en la mañana cada quien tomó su rumbo, Ikki se fue a su trabajo en el auto mientras que Shiryu se quedo a limpiar un rato para después recoger su largo cabello en una coleta alta y subir a la azotea por el gran perro que tenía como mascota, lo saco de la reja donde lo tenían y salió a la calle dispuesto a correr y hacer su rutina diaria para mantenerse en forma, pasó por el parque y dio dos vueltas a este, saludo a los vecinos que pasaban por el lugar y cuando ya no pudo más iba a una pequeña cafetería cerca donde un chico de cabellos castaños ya lo esperaba con su café listo, debía hablar con él antes de que se hiciera ilusiones de que algo podría pasar entre ellos, pero como era que no sabía que estaba casado si el anillo de matrimonio era más que evidente en su mano.