2 - Todo es diferente

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   Suena mi alarma despertadora, a la misma hora de siempre, siete de la mañana. Abro mis ojos y me siento diferente. Estoy tirado en el suelo y aun me duele un poco la espalda. Quiero pararme y justo cuando lo pienso, ya he hecho la acción, como que mis movimientos se anticipan antes de yo querer ejecutarlos. De pie, me siento mas ligero y ya no me siento cansado. Despeguo mi pie del suelo apenas unos centímetros y cuando miro hacia abajo mi pie está a una distancia considerable del suelo. Camino lentamente por mi cuarto arrastrando los pies hasta el baño. Me miro al espejo y noto que mis heridas en la cara han desaparecido. Ni siquiera tengo las cicatrices o marcas de alguna herida reciente.

   -Debo estar soñando -me digo a mi mismo -o quizas estuve soñando todo este tiempo.

   Camino hasta mi armario para tomar mi ropa para ir a la escuela, con pasos un poco más grandes. Jalo la puerta del armario solo un poco y entonces la puerta se despega del armario ruidosamente mientras yo me quedo asombrado.

   -¿Qué me está pasando?

   Intento colocar la puerta en su lugar sosteniendo la puerta con ambas manos, pero mis movimientos torpes provocan que la puerta se rompa por la mitad. Miro para todos lados buscando un sitio para ocultar la puerta destrozada y al escuchar que Carl viene hacia mi cuarto, la meto debajo de la cama rápidamente.

   -¿Que ha sido ese ruido? -dice Carl con el cabello despeinado y aún en pijama.

   -No ha pasado nada, yo, solamente me caí al suelo.

   -Si claro -dice con tono sarcástico -eso explica por que tienes un desastre en tu habitación.                 

   Se retira en silencio sin notar que a mi armario le falta una puerta. Tomo una camisa roja y al momento de intentar ponermela, accidentalmente la rompo. De nuevo agarro otra camisa blanca, y con cuidado la tomo torpemente hasta que por fin me la puse correctamente. De igual manera me pongo mi pantalón y mis tenis y salgo de mi cuarto. Cepillo mis dientes cuidadosamente y me peino el cabello. Salgo de casa y tomo mi camino a la escuela sin pensar en Eric. Mientras camino por la calle noto que por primera vez en mucho tiempo, siento ganas de correr. Acelero mi paso hasta avanzar a una gran velocidad. Cuando tomo conciencia de que estoy corriendo, me doy cuenta que lo estoy haciendo muy rápido, nunca antes he corrido así. Con un solo paso, avanzo una gran distancia y yo me quedo impresionado. De repente, al doblar en una esquina veo a Eric y Alan salir de la misma cafeteria. Me detengo por un momento y en un instante ellos voltean a verme y se aproximan rápidamente hacia mí. Doy unos pasos hacia atrás y luego camino un poco más rápido comforme se me acercan y entonces comienzo a correr. Ambos me comienzan a perseguir y entonces yo corro más rápido, hasta alcanzar cerca de unos cuarenta kilómetros por hora. Al pisar el pavimento con uno de mis pies, sale disparada una nube de polvo detrás de mí, siento que mis pies vuelan. De repente veo que hay una camioneta estacionada justo por donde yo paso habitualmente. Es un callejón angosto y al final sale a una calle, pero justo en la salida, esta el vehículo bloqueándola. Sin detenerme, y con Eric y Alan a una distancia ya considerable me aproximo a la camioneta a toda velocidad y por un impulso que es mas bien como un movimiento natural, un reflejo, salto el vehículo sin tocarlo y sin dificultad. Cuando vuelvo a tocar el suelo me doy cuenta que he dejado a Eric muy lejos y que ni siquiera me ha visto desde aquella esquina que me alejé a toda velocidad.

   -Increible -pienso caminando lentamente a la entrada de la escuela.

   Entro al corredor principal y camino naturalmente hacia el salón que me corresponde. Me siento raro, como si hubiera estado dormido por mucho tiempo.

   -Roy -dice Thomas corriendo hacia mí - estuve platicando ayer con...

   Se detiene mientras observaba que no tengo mas heridas y dice:

ZEO III: RenacerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora