La terrible noticia era la principal causa de las lágrimas derramadas por el hermano de Zack.
El señor con la bata blanca estaba esperando la respuesta de Daniel, quien, pensativo veía el cuerpo de su hermano con muchas heridas aparentemente irreparables.
-Es la única manera de asegurar su supervivencia -decía el doctor viendo un documento -Es un método nuevo, de nueva generación, pero debería funcionar correctamente.
En el cuarto había un sillón blanco donde estaba sentado Daniel frente al doctor. El silencio de la habitación era quebrado cada segundo por el desplazamiento de una manecilla de un reloj que causaba un ligero sonido.
Daniel se sintió afortunado al recordar el seguro de vida, pero no se sentía muy seguro respecto a la decisión. De cualquier manera, no tenía muchas alternativas y el estado de Zack era crítico.
Dentro de su cabeza, los mas recientes momentos con su hermano, daban vueltas una y otra vez. Escuhaba el reloj y se sentía desesperado por el tiempo que estaba dejando pasar.
Tras unos momentos de silencio, sintió la necesidad de la compañía de su hermano y esperando no cometer un error unas palabras salieron de la boca de Daniel.
-Háganlo.
Pasaron las horas y por alguna razón yo no estaba conciente.
Una sensación incómoda invadía mi mente, pero no estaba seguro de qué era.
-¿Qué has hecho Greene? -decía una extraña voz en mis pensamientos.
No estaba arrepentido, pero no me sentía orgulloso de mi decisión. Fue algo dificil de hacer, pero estaba seguro que era lo mejor para terminar con el sufrimiento interminable de Zack.
Pero, ¿quien era yo para decidir quien vive y quien muere?
De repente, vi fuego, dolor y angustia. Escuchaba los gritos y el escándalo de personas conocidas por mí. En mis manos vi sangre y sentí crueldad. El miedo me consumía por dentro y la furia rodeaba mi cuerpo.
-No me dejaras aqui ¿cierto? -dijo la voz de Zack -¡por favor no lo hagas!.
Sentí la tristeza y el dolor através de sus ojos. Todo era terrible.
Después, miré su cara, a una distancia cerca, y noté el enojo y deseo de venganza en su fría y seria mirada. Su última frase quedó repitiéndose en mi mente, acompañada de su rostro, observándome, como si quisiera haber podido asesinarme con ese cuchillo, para acompañarlo en la horrible y oscura muerte.
-¡Te odio!
Inmediatamente abrí los ojos y al mismo tiempo me levanté de mi posición acostada rápidamente y con la respiración pesada gritando.
-¡Zack!
Mi corazón latía rápida y fuertemente. Estaba vestido con unas ropas de paciente y a mi lado, había un aparato que marcaba mis pulsaciones por cada latido.
Miré a mi alrededor y vi un típico cuarto de hospital, a mi derecha había una ventana junto a un sofá, a mi izquierda una mesa, un par de sillas y una televisión, y a mis doce, una puerta.
En el sofá había unos globos a los que no les presté mucha atención y unas flores. De repente, la puerta se abrió y yo inmediatamente me dejé caer de espaldas en la cama y medio cerré los ojos.
Escuché los pasos lentos de unos tenis y vi una silueta de una joven acercarse. Tomó una silla, la arrastró a un lado de la cama y se sentó.
La desconocida extendió su mano y la puso sobre mi mano izquierda. Se acercó un poco más y dijo con su suave voz.
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ZEO III: Renacer
ActionRoy es un adolescente como cualquier otro con sus propias metas y objetivos en la vida. Fue abandonado por su padre y nunca más volvió a saber de él. Vive con su padrastro en una casa de Chicago, hasta que cierto día, su vida sufre un cambio inesper...