Solmaria.

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Una mujer enamorada, decidida es capaz de hacer mil cosas, entregar la vida sin arrepentimientos por aquel a quien ama.

Es la historia de Solmaria.

La joven chica del siete dos.
Se enamoró del vecino del siete tres un joven pillo ansioso de poder que no le importó lo que encontró.

Solmaria enamorada sin remedio lo conoció, junto a él encontró el sentimiento que se refugió en su corazón y aún, si sus oídos llegaban chismes de su amor ella era sorda, pues su amor no era capaz... Jamás.

Solmaria solo vivía para su amor, aunque cada noche él juraba amor eterno a un distinto corazón.

Solamaria lo esperaba aunque el alba rayara la ventana, ella solo veía cansancio del trabajo de su amor.

¿Acaso es pecado enamorarse?

Es pecado cegarse de amor.

Se lo dijo el padre Urelio en su sesión de confesión.

Pero Solmaria no escucho y siguió.
En la esquina consiguió a su amor, atado por grilletes arrastrado por justicia, habiendo asesinado a su amante acusado por vecinos, Solmaria agitada repetía en su mente que él no fue.
Mas pruebas claras al ver en la chaqueta manchaba de carmín por el alma de la chica a quien él asesinó.

De la puerta el padre lleno de dolor apunto a quien mato al fruto de su amor, Solmaria enamorada sin saber que hacer corrió y justo antes de quitarle la vida a un demonio, ella se interpuso como barrera y lo evito.

Como último aliento solo vio a su único amor no derramar ni una lágrima por ella al verla muriendo y llena de dolor, solo una mirada de furia indiferencia y con eso se despidió en la patrulla se marchó y ni la palabra le dirigió.

Una mujer enamorada decidida que por él todo entregó y él nada le dió.
Una historia de amor les contó, la história de Solmaria la chica del siete dos.

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