A la quinta vez de que trataba de morder mi oreja, lo dejé.
Era hermoso, y era mi deseo.
Ok, no era exactamente lo que había pedido, pero era lo que necesitaba.
Me recostó mientras dejaba chupetones en mi cuello.
- Morfeo.- gemí en voz baja.
- ¿si?.- dijo entre besos.
- ¿Me habías visto antes?.- pregunté mientras inhalaba el aroma a estrellas de su cabello.
- Cada noche que te masturbabas, no te dejaba dormir sólo para ver cómo seguías. - Ronroneó sólo para hacerme sentir en las nubes mientras que mi piel se erizaba.
Y nos besamos.
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Y pedí estar entre los brazos de Morfeo
FantasyTen cuidado con lo que deseas, nunca sabes quien está escuchando.