Nuestro lugar

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-A ver, chicos esto es serio- decía un castaño algo alterado- ¿Voy informal o casualmente elegante?

Los Merodeadores no paraban de reír ante la confusión y la preocupación de su amigo por cómo vestir en su cita con Lily. Nunca lo habían visto esmerarse tanto en impresionar a una chica. Claro está, que la chica nunca se había tratado de la pelirroja. Por lo que aquello empezaba a tener sentido. Sirius era el que mejor lo estaba pasando con aquel numerito. James se encontraba delante del espejo con dos camisas iguales intentando averiguar cuál sería la aceptada. Era todo un espectáculo.

-Cornamenta ve como te dé la gana pero de ninguna manera dejes mostrar a Evans tu lado femenino-reía el morocho- O es posible que cambies tu fama de seductor por la de razonadamente plantado.

-Ja, ja, me parto contigo- respondió irónicamente su amigo- Canuto cuando encuentres la parte de inteligencia que perdiste al nacer, avísame. Haremos una fiesta.

A esto, los chicos no pudieron evitar reírse descaradamente del merodeador sexy. El castaño estaba muy irritado por las constantes burlas por parte de sus amigos y actuaba de manera susceptible. Pero temía que los nervios le jugaran una mala pasada. Por nada del mundo quería arruinar su cita con la pelirroja. Y todavía estaba indeciso en si hacer o no hacer con ella lo que tenía planeado en mente. "Tal vez se ría de mí" pensó él. "O peor, y si le resulta infantil o inmaduro o..."

-Últimamente tienes una chispa Cornamenta- dijo atacante su amigo- Evans te está pegando su actitud.

-Lo siento...-respondió él- Es que no estoy seguro de si enseñarle o no...el Lugar.

-¿El lugar?- preguntó incrédulo Remus- ¿Planeabas enseñar el... Lugar?

-Sí.. ¿qué pasa..?- dijo James algo confuso

-¿Que qué pasa dices? Canuto ayúdame- dijo el rubio negando con la cabeza como pensando "Le hemos perdido".

-James Potter- empezó Sirius con expresión seria- No puedes enseñarle el Lugar a menos que sea... ya sabes...absolutamente necesario.

-Vamos chicos, es Lily- contestó su amigo como si eso lo explicara todo- Algún día me casaré con ella.

-Lo sabemos Cornamenta-dijo Remus apoyando la mano sobre su hombro- Y sabes que apoyamos tus sueños pero...

-¿Sueños dices?- interrumpió el castaño un tanto enfadado- Creía que me conocíais más que eso Lunático. Cuando digo que me casaré con ella no lo digo en broma. Tú serás el padrino Lunático...

-¡Eh! ¿Y yo qué?- dijo Sirius suspicaz-Soy tu mejor amigo.

-No te pongas celoso Canuto- sonrió el muchacho- Tú serás la dama de honor.

Los chicos empezaron a reírse unos de otros. Desde luego, había que estar loco para enseñar a una chica el...Lugar. O eso pensaban ellos. Nadie enseñaba a una chica el Lugar a menos que fuera totalmente en serio. ¡Era el Lugar!

-¿Sabes qué Cornamenta? Después de tantos años de haber aguantado tu obsesión por Evans, creo que todos estamos de acuerdo de que tienes un problema- dijo el ojigris con sinceridad- Así que... si de verdad quieres hacerlo, hazlo. Tienes mi bendición.

-Gracias, Canuto- sonrió el muchacho divertido por la situación

Aquello era irónico e irracional. ¿Cómo se podía la bendición a una persona por llevar a una chica a un lugar. Sin embargo, los chicos sabían que no se trataba de cualquier lugar. Pero ese era un secreto de Merodeadores.

-También tienes la mía- dijo Remus abrazando al chico de manera dramática- Nuestro pequeño se hace grande Sirius. Es hora de dejarle volar.

-Promete que escribirás a menudo- contestó el morocho haciendo que iba llorar.

Caerás en mis redes EvansDonde viven las historias. Descúbrelo ahora