"El amor no es lo que realmente se espera" pensaba Leonardo, ya había pasado unos dias desde que sintió como todas sus ilusiones se habían quebrado "pero el amor tambiém te cambia" ya no era el mismo, en otras ocasiones cuando recibía malas críticas de sus libros se encerraba por dias en su departamento y todo lo que ingería era solamente café pero ahora no podía estar solo, no quería encerrarse nuevamente. El mundo había adquirido un nuevo semblante y a pesar de su dolor todo parecía adoptar una nueva alma.
Preparó un poco de café y se sentó a lado de la gran ventana que alumbraba toda su sala, sintiendo el aroma intensonque emanaba la taza quiso olvidar por un instante a Miguel, su sonrisa, su calidez y la manera en que lo hacía temblar con sus roces, suspiró... una lágrima se deslizó por su mejilla y cerró los ojos ¿por qué? Intentó pensar en otra cosa para evitar llorar. Observó todo su espacio y se percató que el amor en una reacción bastante peligrosa que arma y desarma mundos " no me había dado cuenta de lo vacío que era este lugar" volvió a mirar por la ventana, de pronto vió como la hoja de algún arbol flotaba delicadamente por el aire hasta llegar a su ventana; recordó al muchacho que había conocido el mismo día que su historia había terminado: - Rodrigo... ¿de dónde salió ese muchacho?- se dijo a si mismo, recordó como trató de animarlo en su corto paseo:
- Leonardo... la verdad no podría llamarlo por su nombre
- ¿por qué no?
- es que de verdad jamás creí que lo conocería en persona
- mmmm... bueno... la verdad no es algo que me afecte es decir, llámame como tú quieras
Recordó la sonrisa de Rodrigo al escuchar esa respuesta: - de verdad estaba maravillado, que triste el haberme conocido en esas circunstancias debí parecerle la persona mas deprimente de todo el mundo- miró hacia la calle "Lo llamaré maestro ¿le parece bien?- si... claro... no me molesta- al decir esto le nació una débil sonrisa". "Todo ha cambiado y yo también" pensó, dejo la taza sobre una pequeña mesa y decidió salir.
Caminaba sin rumbo por las avenidas de aquella ciudad, no tenía un destino y tampoco le interesaba llegar a algún lugar, jamás se había sentido tan solo desde que conoció a Miguel.
Las hojas de los árboles intensificaban su color con los rayos del mediodía, Leonardo caminaba por el parque pateando pequeñas piedritas cuando de pronto a lo lejos escuchó una voz familiar que lo llamaba: -¡Maestro!- se sorprendió al verlo nuevamente, el muchacho corrió hacia su encuentro con una inmensa sonrisa en el rostro, era Rodrigo que lo había localizado con una mirada de águila. Mientras corría Leonardo se percató que aquel muchacho tenía una complexión delgada y atractiva, su piel morena y su pelo negro resaltaban los rasgos masculinos que resaltaban su masculinidad; pero lo que más llamó su atención eran esas grandes manos que sin darse cuenta ya había tomado sin permiso las manos de Leonardo y las besó:
- maestro jamás creí que lo vería nuevamente
- oh... hola...- Leonardo se sonrojó mientras que Rodrigo lo miraba mienttas se entristecía:
- ¿acaso ya se olvidó de mi maestro?
- no... claro que no es sólo que... ando distraído perdón
- no maestro no se preocupe... sabes... ¿por qué no viene conmigo? Conozco un lugar que sé que le gustará
Sin permitirle negar la invitación Rodrigo tomó la mano de Leonardo y lo llevo a lo profundo del parque "si que es un parque enorme..." pensó mientras era arrastrado por un muchacho que intentaba hacerlo correr a su ritmo.
Mientras caminaban Rodrigo parloteaba sobre los capítulos que más le habían gustado de sus libros:
- ¿te encuentras bien?- preguntó el joven
- si... si estoy bien
- mmmm... ven siéntate
Tomó la mano de Leonardo y lo llevó hacia una banqueta, lo sentó y se arrodilló delante de él.
Leonardo observó a Rodrigo por unos minutos, notó que el pelo negro y largo resaltaba unos ojos oscuros y profundo que se llenaban de luz mientras lo miraba y se sintió una llama que teñía nuevamente sus mejillas, le sonrió:
- maestro no ha comido nada el día de hoy ¿no?- Leonardo lo miró sorprendido "cómo lo supo"
- mire, aquí traigo unas empanadas de arroz y jugo de durazno, ¡cómalos!
- gracias... ¿puedo preguntarle algo?
- claro...
- en todo el trayecto usted no dijo nada, además llevo quince minutos hablando de lo grandioso que es Jean, el crítico que siempre intenta dejarlo mal parado, y usted no ha dicho nada- Leonardo sonrió
-también...
- tambien qué
- su mirada y su semblante no es el mismo que usted muestra en todas sus presentaciones
- Pero que...
- Sé que es atrevido pero de verdad lo he seguido y admirado desde hace dos años y sé que puedo reconocer sus gestos...- Leonardo se paró, se sentía molesto y sorprendido
- mira no sé quién eres ni a qué diablos te dedicas pero tu no sabes nada de mi- le dijo, Rodrigo se lenvantó tomó una hoja de su mochila y anotó un número
- Este es mi número puede llamar en cualquier momento que yo lo estaré esperando, lo siento, sé que fuí un atrevido pero no soporto ver sufriendo a alguien que he amado con todo mi corazón todo este tiempo, por favor permítame estar a su lado- puso el papel en las manos de Leonardo y las besó: - No tardes ¿si?- Besó su frente y se marchó, Leonardo quedó en shock, no lo podía creer...*** queridas lectoras pronto subiré la continuacion y si quieren pueden leer mi historia desde el inicio que va desde DESCUBRIMIENTOS 😅😅😅 Espero les gusteee
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Esa Sonrisa Tuya (Yaoi)
RomanceLeonardo es un hombre que tras chocarse con Miguel se da cuenta de algo que jamás habia creido no tomado en cuenta... ¿hasta que punto puedes descubrir el amor?