¿Qué había pasado? ¿Por qué se encontraba acostado viendo hacía el techo? ¿Por qué le dolía la cabeza y la nariz? Y por sobre todas las cosas, ¿Qué rayos hacía pensando en la estúpida pregunta acerca del maldito de Tsukishima?
Recostado en la enfermería con un dolor horrible y una vergüenza sin igual se encontraba Kageyama y para su desgracia la persona que entró a continuación para ver cómo estaba; no era una que le agradara ver en ese momento.
-Oí...Kageyama...emmm. ¿Perdón?- y ahí se encontraba Hinata disculpándose por su estupidez y el pelinegro solo estaba aguantando las ganas de estrangularlo.
-¿Es todo lo que tienes que decir, idiota? -contestó el pelinegro tratando de parecer lo menos molesto posible.- ¿Fue un error, cierto? Así que no te preocupes y lárgate a clases.
-Aaaaah, si si si, un error, no quise que pasara eso, ¿Me perdonas?.- Hinata estaba sonrojado y con una emoción infantil.
- Ya te dije que si y no molestes más con ese asunto, ahora déjame descansar. - contestó secamente Kageyama.
Hinata emocionado se acercó a Tobio a abrazarlo y el pelinegro hizo una mueca de disgusto, o sea era raro que su ahora ex novio se abalanzara de esa manera sobre él.
-¿Qué demonios te pasa, idiota?. - Gritó el pelinegro, asustando al pelinaranja.
-Pues, abrazándote, se supone que ya me perdonaste y ahora seremos novios de nuevo ¿No?.- Preguntó Hinata de forma juguetona.
-Te perdone por el golpe que me diste con el balón, no seas imbécil, no hablaba de perdonar tu infidelidad.
-Pero, solo fue una vez, ¿no puedes dejarlo pasar?.- Susurro Hinata
-No. Es más aunque perdonara eso no volvería contigo, así de simple.- Kageyama estaba harto de que sus relaciones siempre terminaran de ese modo, siempre el salía lastimado pero era la otra persona la que acababa llorando frente a él.
-Perdón, solo fue una vez, no volverá a pasar, de verdad me gustas mucho.- El pelinaranja estaba con los ojos aguados y la voz entrecortada.- Dame una oportunidad, por favor.
-Mira Hinata. - suspiró pesadamente Kageyama tratando de buscar las palabras menos dolorosas posibles.- La verdad es que ya no te veo de esa manera, me gustabas mucho pero ya no, y seamos sinceros yo tampoco te gusto tanto. Sigamos siendo buenos compañeros ¿Si?
-No...no. NO QUIERO, QUIERO QUE ME QUIERAS, QUE ME MIRES, ME ELOGIES. ¿QUÉ TE CUESTA ACEPTAR MIS SENTIMIENTOS Y DARME UNA OPORTUNIDAD?.- El más pequeño se encontraba gritando sin miedo a ser escuchado.- ¿Es por el Gran Rey? ¿Sigues enamorado de él?.- Preguntó ya más calmado.
-¿Oikawa-san?, no, el no tiene nada que ver, es verdad que lo quise igual que te quise a ti, pero no es culpa de él, ni tuya, ni mía. Nadie elige de quién enamorarse, ni puede controlar los sentimientos. ¿Lo entiendes?
-No lo entiendo, pero...tienes razón nadie elige de quién enamorarse.- Hinata se frotó la cara y se quedó mirando seriamente a Tobio. ¿Puedo darte aunque sea un beso?
-No creo que se conveniente, podrías mal ínterpr....- y no pudo conseguir terminar lo que iba a decir porque el señuelo de Karasuno se abalanzó de nuevo a él besándolo de un modo nada inocente.
En ese momento alguien abrió la puerta pero ellos no prestaron atención a eso, hasta que una voz interrumpió el beso con consentido.
-Oh, vaya Rey, no pierde el tiempo, creo que interrumpí su encuentro apasionado. - Bufó el rubio mientras clavaba sus orbes dorados en el pelinegro que aún sostenía a Hinata encima suyo.
-Tsukishima, maldito ¿Qué haces aquí? ¿Vienes a burlarte?.- el pelinegro alejó al más pequeño y miró avergonzado al más alto.
-Rey, siento decir que no eres tan importante para perder mi tiempo contigo.- A Tobio le dolió escuchar eso, ciertamente él no era tan importante para Tsukishima.
-Tsuki...- El pecoso se acercó a su amigo de la infancia y susurró lo más bajo posible para no ser escuchado por aquellos dos frente a ellos. - ¿No dijiste que venías a disculparte?.
-Cállate Yamaguchi, vámonos de aquí no quiero que me peguen su estupidez.- dijo con el tono sereno de siempre, se colocó sus audífonos y se fue caminando tranquilamente por el pasillo siendo perseguido por Yamaguchi.
- Hacen bonita pareja ¿Verdad?.- dijo en un tono meloso Hinata.
-No digas tonterías, idiota. Ellos solo son amigo, NADA MÁS. - Tobio se encontraba molesto con aquél comentario.
-¿Cómo sabes eso? Se nota a kilómetros que a Tsukishima le gusta Yamaguchi.- Río por lo bajo.
-Son amigos y ya. No todo el mundo se interesa por otro hombre, además Yamaguchi está saliendo con Yachi-san. - Su cara hizo una mueca de alivio o algo parecido a eso.
-mmm, interesante.- Tomó su barbilla como pensando en algo.
-Oye. Tú. Sabes, ¿por qué quería ese imbécil disculparse conmigo?
-Pues por golpearte, hizo mal un bloqueo y el balón fue a dar en tu cara, tu nariz empezó a sangrar, Suga-san entró en pánico cuando te desmayaste.
-Ese idiota me las pagará.- Dijo en tono molesto.
-Pues estaba preocupado por ti o eso parecía en el momento en que te trajo a la enfermería.
-¿Él hizo qué?.- su corazón empezó a latir rápidamente.
-Dije que te cargo estilo princesa, te puso un trapo en la cara para nadie viera tu horrible expresión y quizás para que no se rieran de ti por tal espectáculo.- El pelinaranja intentó reírse pero al ver el rostro de Tobio, algo se encendió en él, algo llamado celos.
-Así que a veces es un caballero.- un sonrojo y una pequeña sonrisa se instalaron en su rostro.
-Olvidate de eso y escúchame bien. ¡No me rendiré y volverás conmigo EH!, te enamoraré de nuevo ya verás.- Y salió corriendo de la enfermería dejando confundido a Kageyama.
-Jajajaja, es un idiota, pero yo también lo soy. - Se levantó de la cama arreglándose el uniforme y poniendo el mejor rostro posible para que no notaran las muecas de dolor.
La noche ya se hacía notar, se la había pasado la mayor parte del día en la enfermería y ahora se dirigía al entrenamiento vespertino, aunque estaba seguro que no lo dejarían jugar. En cuanto entró al gimnasio se acercaron Suga, Nishinoya, Tanaka y Daichi para preguntar por su estado y si tenía alguna molestia.
Se sentía contento de tener un equipo que se preocuparán tanto por él. En ese momento se sentó en la banca ya que le prohibieron jugar y solo podía observar, de repente alguien se posó a su lado haciéndolo girar de inmediato.-Rey, veo que sigues con una cara de mierda.
-Gracias, fue por ti que mi cara está así.- dijo con sarcasmo.
-mmmm.- Sacó algo de su bolsillo, tomó una botella de agua y las dejó a lado del pelinegro, alejándose de ahí para retomar la práctica.
- ¡Acepto tus disculpas!.- se apresuró a decir Kageyama, tomando emocionado la pastilla para disminuir el dolor que dejó el rubio.
Tsukishima que se encontraba de espaldas se giró hacía el setter y le dirigió una pequeña sonrisa. Y esa se sonrisa, esa maldita sonrisa le hizo un vuelco al corazón del Rey tirano.
-Yo también soy un idiota eh...- bufo por lo bajo Kageyama mirando hacía el suelo.- levantó el rostro y mirando al bloqueador central solo hizo una pequeña declaración.
>>Parece que yo tampoco me rendiré<<
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"¿Quién dijo que me gustas?".
FanficTsukishima x Kageyama. Bl. Haikyuu. Kageyama sabía lo que era engancharse de alguien, conocía perfectamente un flechazo o el sentimiento de gustar, tal vez por eso estaba seguro de que eso no era amor, no podía serlo o eso quería creer.