Después del ayer.

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5 años después.

Kei por fin se había recibido como Ingeniero en la universidad local. Sus padres y Akiteru trataron de animarlo para estudiar en Tokio, ahí tendría más opciones para entrar a una universidad y podía encontrar un buen trabajo, pero todos sus esfuerzos fueron en vano; Tsukishima Kei no podía abandonar aquél lugar. Ese era el hogar de Kageyama, si algún día decidía volver a casa, él quería estar ahí para recibirlo y decirle todos los sentimientos que ha tenido que guardar por tantos años.

— Tienes que seguir con tu vida, Kei. No puedes estar esperando por siempre a ese chico, parece como si la tierra se lo hubiera tragado.

—Tu madre tiene razón, es momento que veas por ti mismo, puedes ir a Tokio, empezar una vida ahí y más adelante buscar una novia, casarte y darnos nietos. — El padre de Tsukishima ya estaba cansado de lidiar con la terquedad de su hijo menor, Akiteru pronto se casaría y quería que mínimo Kei dejara esa búsqueda infructuosa y se dedicara a la universidad, les presentara una linda novia y tuviera una vida "normal.

— Padre, por favor, entiende que Kei no...— Al parecer Akiteru quería ayudar a su hermano, no le gustaba que sus padres cuestionaran sus decisiones, al fin y al cabo ya no era un niño pequeño, podía decir de qué manera vivir su vida.

El ambiente no era nada bueno en casa de los Tsukishima, al parecer todos tenían los sentimientos a flor de piel. La graduación de Kei no fue un momento de celebración si no, el punto de quiebre de la fachada de tranquilad que siempre mantenían los miembros de esta familia.

Kei tomó un gran suspiro, se quitó los lentes y los acomodó en la mesa. Se revolvió un poco el cabello y trató de mantenerse tranquilo, no quería decir cosas que fueran a herir a sus padres pero era insoportable tener que fingir que las cosas están bien.

— Esta será la primera y última vez que lo digo, así que escuchen bien todos. No me interesa salir con una mujer, no me gustan y no pienso en casarme y tener hijos, desde que era pequeño me han interesado los chicos y también desde hace cinco años estoy enamorado de la misma persona y no pienso dejar de buscarlo a pesar de lo que ustedes digan o piensen. Discúlpenme por decir las cosas de esta forma, pero no quiero seguir ocultando quién soy ni lo que me gusta. Padre, Madre, Akiteru, estoy cansado, ya no sé qué más hacer, por favor, solo ustedes no me dejen solo, no soportaría que me dieran la espalda.— La mirada suplicante de Kei era como la de un niño pequeño que está perdido, no sabe que más hacer y en verdad no quiere ser rechazado.

El silencio se hizo eterno, los padres de Tsukishima intuía lo que pasaba con su hijo pero fingían que no lo sabían. Akiteru siempre supo las preferencias de su hermano, si bien nunca dijo nada ni lo rechazó; tampoco lo aconsejó ni estuvo con él en sus momentos más difíciles.

—Cariño... No te dejaremos solo. ¿Sabes? Tu padre y yo estamos muy felices de tener un hijo tan bueno como tú, siempre nos hemos sentido orgullosos de ti y no somos quién para juzgarte, siempre estaré de tu lado. — La madre de Tsukishima le dió un abrazo a su hijo, quería que se sintiera amado, que no lo dejarían solo a pesar de la adversidad.

—Básicamente eso. Ya sabes...lo que tú madre dijo.— El padre de Kei no era tan hablador ni le gustaba ser tan abierto con sus sentimientos, creo que en eso se parecían mucho su hijo y él.

— Hermano, yo ya lo sabía pero nunca hablé de eso contigo, perdón por no ser un buen hermano mayor.— Bueno, Akiteru era el mayor pero siempre era el ,más sentimental de todos, para él, Kei era su pequeño hermanito del que siempre estaría orgulloso.

Tsukishima sentía que se había quitado un peso de encima, tanto tiempo ocultado sus sentimientos y sus preferencias era algo muy cansado.
Hablo con sus padres sobre Kageyama, les contó como era su relación, que se odiaban a muerte, cuando empezaron a pasar el tiempo juntos, el plan que hicieron para librarse de sus ex's, les contó de Sakusa, el día que se fueron a Tokio y la pelea que tuvieron antes de que no volviera a ver al pelinegro.

"¿Quién dijo que me gustas?".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora