"Una pequeña mentira puede ocultar una gran verdad".

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Después de aquél incidente ya había pasado un mes. El rubio y el pelinegro seguían manteniendo aquella mentira, a los dos les convenía, Tobio por su parte era feliz con saberse cerca del más alto aunque fuera parte de una farsa y por el otro lado Kei decía estar bien de esa manera, así las chicas dejaban de confesársele.

-¿Por qué siempre me esperas para ir a la escuela?.- Preguntaba el pelinegro mientras le daba algunos pases al más alto.

-Porque me agrada tu compañía.- dijo mientras mantenía los ojos fijos en el balón.

-¿Qué?.- el azabache perdió su concentración y el balón cayó.

-Dije que me agrada tu compañía, a veces. Cuando eres ruidoso sinceramente quiero golpearte.- respondió con calma Kei mientras iba por el balón.

-A mi tampoco me caes tan mal. En el tiempo en el que estuvimos juntos recuperándonos me empezaste a parecer un poco menos idiota. Sólo un poco.

-A veces siento que eres tsundere.- se acercó a Tobio.

-Y tú me pareces bipolar.- el pelinegro se ruborizó por la cercanía.

-Raro.- dijo cerca del rostro del más bajo, dándole un golpecito en la frente.

-¿A dónde vas?.- el más bajo se quedó con el corazón acelerado a mil.

-Ya terminé, me voy a casa.

-Y el raro soy yo...- susurró mientras veía como se iba el rubio y el se quedaba acomodando los balones.

Después de arreglar todo en el gimnasio Tobio se abrió camino para dirigirse a su casa, encontrando a Hinata en el trayecto. Los dos estaban recuperando poco a poco su amistad, aunque seguía siendo incómodo el proceso de la relación de novio a amigo.

Iban charlando sobre el torneo, los senpais, Oikawa, Ushikawa e incluso sobre Bokuto. Era una conversación normal y divertida, pero Kageyama paró al ver a Tsukishima con Akaashi platicando en medio de la calle; el pelinegro sintió un ligero dolor en el pecho al ver como aquellos dos platicaban y reían sinceramente. Hinata al ver esto se molestó un poco, pues se podía ver la tristeza en el rostro del setter.
No supieron como ni cuando pero Kei los volteo a ver alternando miradas entre Kageyama y el pelinaranja, dejando ver una mueca de disgusto en su rostro.
El azabache quiso salir corriendo de ahí pero el rubio alzó la mano haciendo una seña para que se acercara; cosa que hizo Tobio.

-Buenas noches.- tratando de verse educado Kageyama fue lo primero que dijo, mientras que el pequeño cuervo pegado a el se mantuvo en silencio.

-Buenas noches.- dijo amablemente el setter del equipo contrario.

-¿Por qué vienes con la lapa?.- Kei se dirigió a Kageyama señalando al pelinaranja como la "lapa".

-¿Eh?...pues lo encontré en el camino.- dijo algo confundido rascándose el cachete.

-Mmm. Akaashi...san. Te presento a mi novio, Kageyama.- el rubio hizo esa presentación extraña sin sentir vergüenza alguna.

-¿Qué crees que haces, idiota?.- le dio un codazo al más alto, y su cara se ponía roja.

-Un gusto, aunque ya habíamos jugado juntos.- Su rostro no mostraba sorpresa.

-Y...¿A mí no me presentas?.- dijo Hinata quitando un poco de tensión a la situación.

-No, tú no.- Kei ignoró al más pequeño.

-Maldito gigante.- El pelinaranja solo abucheó al más alto y se despidió dejando a la pareja junto al "amigo" de Tsukishima.

"¿Quién dijo que me gustas?".Donde viven las historias. Descúbrelo ahora