Eros Mistake 13

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—No llores, por favor... —le suplicó Victor. Si había algo que no podría soportar era que en esos momentos Eros le recordara lo infeliz que era a causa del compromiso.

—Lo siento... es... la emoción. Nunca pensé que llegaría a verme en esta situación —Victor se inclinó hacia él y lo besó con delicadeza, beso que Eros respondió apretándose contra su cuerpo. Apenas se separaron el lugar irrumpió en vítores y algarabía, música y gritos.

Eros se sujetó del brazo de Victor con fuerza. Ya estaban casados, lo que pasara de ahora en adelante no era nada, su plan se había concretado. El alivio que aquello le causaba casi le había hecho perder la fuerza para sostenerse en pie. Justo en esos momentos Victor decidió levantarlo entre sus brazos, haciendo que se sonrojara fuertemente.

—¡Victor! —jadeó sorprendido.

—Puedes llamarme querido.

—Eres un tonto...

—Bailemos, así puedo pensar en una forma de escabullirme contigo de este lugar —el comandante lo llevó entre el grupo que festejaba la reciente unión hasta una pequeña plataforma de la cual el resto se mantuvo alejado. Una música cálida y alegre comenzó a sonar mientras Victor depositaba a Eros en el suelo con reverencia y le quitaba la capa.

El príncipe Yuri los observaba desde lejos mientras los invitados felicitaban a los recién casados.

—Me casaré por lo civil —se dijo a sí mismo en ese momento, aun cuando sabía que solo por ser el príncipe, si alguna vez contraía nupcias, todo sería público. —O tal vez me fuge.

—¿Por qué quiere escapar de sus deberes? ¿No es mejor disfrutarlos? —se giró con sorpresa para ver quién osaba interrumpir su diálogo no tan interno para encontrarse con el hombre que le había ayudado a llevar al comandante a su habitación la noche anterior.

—Bah, ¿quién disfruta de sus obligaciones?

—¿Será que hay algo que este humilde general pueda hacer para deshacer el miasma negativo de esta ocasión?

—¿...miasma? —la sonrisa ladeada en el rostro del general Altin le decía al príncipe que el hombre solo intentaba alegrarlo.

—Bailar, eso me gustaría mucho —le tendió una mano finamente enguantada y el general la tomó sin hacerse esperar.

Todo parecía ir perfectamente bien hasta que Eros tuvo que sujetarse del brazo de Victor, evidentemente mareado. El suceso apenas atrajo la atención de los invitados, pero el comandante se preocupó en extremo por lo que decidió que descansaran un poco.

—Eros, amor, ¿te sientes bien? —se sentaron a la mesa de los novios y Victor notó algo en el cuello de su esposo cuando éste se recostó de su pecho y ladeó la cabeza lo suficiente para mostrar una pequeña marca. Victor se temió todo lo peor del mundo, principalmente, que alguien había intentado envenenar a su esposo para matarlo durante la boda. Intentó no parecer desesperado, pero quería llevarlo a la sección de enfermería de inmediato.

—¿Qué es esto que tienes en el cuello, amor?

—¿Qué tengo en el cuello? —preguntó confundido el moreno.

—Parece un piquete, pero no tenemos insectos en la nave. ¿No recuerdas nada?

—No en particular.

—¿Quieres que te lleve a ver al doctor?

—Los doctores me revisaron anoche, todo está bien.

—¿Cómo que anoche?

—Sí... no te preocupes, el príncipe estuvo conmigo todo el tiempo —eso pareció tranquilizar un poco al comandante, pero el que Yuri no le hubiera mencionado que Eros estuvo en la enfermería no le daba buena espina.

Uno de los sirvientes se acercó a la pareja y se inclinó respetuosamente. Tenía un mensaje para ambos.

—Su alteza, comandante, tenemos una comunicación de parte de Arce Glacies. Quieren felicitarlos.

Victor se aseguró que Eros estuviera cómodamente apoyado en su brazo antes de dirigirse al centro de comunicaciones. Al llegar se sorprendió de ver a su príncipe también allí, acompañado de un moreno de mirada seria.

—¿Sucede algo, Yuratchka? —preguntó confundido y Yuri le pidió que se sentara. Su cara reflejaba una molestia infinita y eso lo preocupó aún más. Sin embargo, cuando la comunicación fue puesta en la pantalla, Victor se quedó de una pieza.

—Felicitaciones, amor —lo saludó Eros desde el otro lado de la pantalla, un par de galaxias más allá de la suya, justo desde el planeta de Arce Glacies. Bajó la vista hasta el moreno que estaba aún apoyado en su brazo y que miraba la pantalla. Un escalofrío le recorrió el cuerpo cuando ambos morenos hablaron al únísono. —Victor, este es mi regalo de bodas. Espero que puedas perdonarme.

Eros Mistake (Victuuri / Otayuri)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora