Capítulo 3

1.1K 62 4
                                    

–Mierda, mierda, ¡mierda! –dijo Dimitri, mientras revolvía su cabello con desesperación. Había metido la pata. Eso sin duda.

Una puta apuesta que sólo jodería las dos o tres semanas que quedaban. Estar cerca de ella le resultaba muy extraño. Era fea y de verdad no aguantaba a las chicas así. Le daban ansias y sólo una palabra se le venía a la cabeza cuando escuchaba su nombre. «Asco».

Flash back.

Se encontraban en la casa de Jonathan para supuestamente hacer un trabajo, a lo que terminaron jugando con la PlayStation 4. Erick, Matt y Jonathan jugaban Watch Dogs, mientras Cole y Dimitri revisaban el Facebook, eliminando montones de mensajes de declaraciones amorosas y solicitudes de amistad de desconocidas.

Luego de un rato, Dimitri se cansó y bloqueó el teléfono.

–Cole, pásame la Pepsi –pidió Dimitri a su amigo.

–Ten –dijo su amigo, lanzándole la lata.

Su teléfono vibró una vez más, avisándole que tenía una nueva solicitud de amistad. Bufó con fastidio y la revisó. Sólo que esta vez le sonaba el nombre. Tal vez del instituto.

–Eh, muchachos. –Dijo Dimitri y una vez tuvo la atención de todos, continuó–: ¿Conocen a una tal Estela August?

–¡Yo! –Exclamó Matt–. Va al instituto. Está coladita por ti, Dimitri.

–¿Cómo lo sabes, idiota?

–Por la forma en que te mira y se sonroja como una niñita. –Lo dijo como si fuera lo más obvio del mundo.

–No juegues. ¿La gorda de lentes? –preguntó Cole, a lo que Matt asintió.

Jonathan se partió de la risa, que hasta un par de lágrimas escaparon de él. Tomando aire nuevamente, dijo:

–Esa chica es feísima. Dimitri, “El Atrae Ballenas” –volvió a partirse de risa por su propia broma.

–Dejen el puto fastidio –exigió Dimitri, aburrido del tema.

Matt chasqueó los dedos, como diciendo bingo.

–Tengo una idea –dijo.

–Sí, todos lo notamos. ¿Qué es? –pidió saber Erick.

–Que nuestro querido y buen amigo Atrae Ballenas salga con Estela y la convenza de hacerle las tareas, la enamore y luego ¡BAM! –Dio una palmada–. Sales con la amiga. ¿Qué dices?

Dimitri negó con la cabeza.

–No. De ninguna manera. No me relacionaré con esa pobretona, fea y desgraciada a la inferioridad. Mi política –muy estricta, por cierto– es la belleza ante nada. Y no la romperé porque a ustedes se les ocurrió una idea nada agradable, mequetrefes.

–Vamos, Dimitri. ¿Ni siquiera por salir con mí hermana? –preguntó Erick.

El cerebro de Dimitri tomó un jet privado y se marchó del lugar. La hermana de Erick, según la descripción de Dimitri, estaba súper-buenísima. Era una modelo de trajes de baño. No era conocida aún, pero con su cuerpo despampanante lo sería algún día. Era totalmente su tipo.

–¿Me estás ofreciendo a tu hermana sólo para que haga que la nerda cumpla con mis tareas y se enamore de mí? –preguntó Dimitri.

–Y que no se te olvide que tienes que salir con la amiga por una semana.

Se arrepentirán©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora