Capitulo 11

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Estela estaba en la parte de atrás de la limosina que la llevaba a la fiesta, las gotas de lluvia que caían por la ventana la ponía pensativa y le recordaba aquel día en que ella fue plantada por él, solo cerro sus ojos y apretó la cartera en sus manos, volteo su vista hacia al frente y continuo procesando los que le tenía que hacer justo al llegar para ser el centro de atención de las mayores franquicias de autos y joyería.

–señorita, por favor valla arreglándose que ya estamos llegando–dijo su chofer cruzando para entrar a la gran mansión.

Estela solo asintió y se acomodó en su  asiento, muchas miradas estarían en ella esta noche y no podía hacer nada malo, al fin se estaciono frente a la puerta y uno de los chicos que esperaban afuera le abrió la puerta «comienza el juego» piensa mientras extiende la mano hacia el muchacho que le corresponde y la lleva hasta las escaleras para que ella siga subiendo por su cuenta.

Sentía las miradas de las damas que se encontraban afuera haciendo no sé qué y también de sus acompañantes caballeros que ni disimulaban un poco, a lo que estela solo ignoro y siguió su camino hasta entrar por la puerta y dirigirse hasta donde estaban todos tomando champan, bailando y una que otra señora regordeta comiendo de la mesa de pasapalos.

– ¡Estela! Niña ¿cómo has estado?

Estela voltea al escuchar su nombre de una voz muy conocida, más de lo que creía.

– ¡Señor peña! ¡Yo he estado muy bien! ¿Y usted? ¿Dónde está Orianna?

–Esta niña siempre con tanto entusiasmo–Dijo mirando a su esposa, marta. –estamos de maravilla y Orianna debe de estar molestando a las señoras por estar comiéndose su pasapalo preferido.

–eso no es raro en ella, pero por favor vamos a sentarnos y tomas una copa si es que no están tomando medicamentos.

–sabes que este viejo gruñón tiene  que tomar pastillas para tención pero yo si te puedo acompañar.

Los señores Peña eran una vieja pareja de casados que tuvieron muchos años esperando tener una hija pero no pudieron hasta que a los 44 años marta de peña queda embrazada de la dulce y fastidiosa Orianna, el señor peña o mejor llamado Oswaldo viejo cascarrabias Peña es una muy buena persona y que, a pesar de que ellos son muy diferente, ama a su esposa e hija, Orianna es un año mayor que ella contemporánea con Lyon y hasta tuvieron un romance y todo pero ella no quería más nada con el por qué simplemente …no se querían, Orianna era hermosa a sus 18 años cuerpo envidiable, risos naturales pero no encrespado de color Marrón, ojos grandes de un Marrón claro y dueña de una sonrisa enamoradiza, “pequeña pero peligrosa” era su lema ya que tenía una estatura de 1.64 para sus 18 años, tiene unos cachetes muy mordibles y tiene la mala costumbre de fastidiar a las personas cuando esta aburrida.

– ¡BU! –unas manos le toca los hombro a estela que la hace sobre saltar y se da cuenta de quienes son.

– ¡Orianna! Casi me da un infarto por tu culpa.

–relájate tela solo estoy aburrida.

–tan grande y todavía poniendo sobre nombres.

–lo que pasa es que tú eres una amargada.

–no lo soy, lo que pasa es que tú eres muuuy pero muuuy extrovertida y apuesto que ya hiciste lo que tengo en mente.

–uff por favor yo trabajo rápido.

–estás loca peque.

Estela se para y se disculpa con los presentes pero les explico su propósito de venir a esta fiesta, camino entre la multitud levantando un poco su vestido con la mano izquierda mientras con la otra se quitaba el mechón de pelo de su cara, las personas bailaban a su alrededor y el ambiente parecía caliente, así que decidió salir un rato a refrescarse con la suave brisa fría que hace después de una tempestad, que tal vez seguiría en unas horas.

Se arrepentirán©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora