capitulo 15.

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        Estela sentía como la movían, un batuqueo leve, abrió los ojos y los restregó tratando de aclarar la vista cosa que no sirvió. – ¿mis lentes?

–                    Al frente tuyo.

Poso sus manos frente a ella y allí se e encontraban, la voz claramente era de Samuel y al estar más consiente vio su cara de preocupación. – ¿qué sucede?

–                    Tienes que irte.

Estela lo miro extrañada, ¿se tenía que ir? ¿Por qué? No entendía nada hasta que vio a Dimitri donde lo había dejado, estaba con cara de sueño con una mezcla de adolorido. –pero ¿qué pasa? No entiendo por qué me tengo que ir.

–                    En tu casa te explico, vámonos.

La levanto de la silla y la guio afuera de esta Dimitri solo los siguió por detrás bostezando, camino hasta el auto y se montaron, Samuel y Dimitri iban un poco apretaros pero lograron colocarse el situaron de seguridad mientras que estela arranco rechinando un poco las llantas para dar a entender que si tenía curiosidad del por qué Samuel la había corrido así.

En ya unos 15 min ya estaban en la entrada de la casa, entro y dejo el carro frente a la puerta principal donde una de las sirvientes la estaba esperando para poder dirigirla hasta la sala, Estela se dio cuenta de que Samuel traía un poquitín que sabrá quién de donde lo saco, corrió hasta la sala y allí estela se quedó impactada.

–                     ¿Q-que sucede aquí?

Al parecer nadie la escucho, ya que no voltearon a verla ni de reojo, Samuel fue rápidamente donde estaba un hombre que a estela le parecía raramente parecido, su padre estaba al lado de el presionando con un trapo lo que parecía… ¿sangre?

–                     ¡Estela vete a tu cuarto!–Grito Gina  al ver a su hija mientras ponía unas mantas en el piso exaltada.

Aunque lo dicho por ella llego tarde por parte de los receptores auditivos de Estela ya que un vértigo la invadió, todo se movía a su alrededor e imágenes de un sueño lejano volvió a ella, las paredes se llenaban de sangre y sentía su cara húmeda, como si de ella emanada algo, al parecer ¿sudaba?

–                    Estás teniendo un ataque de pánico. –una dulce voz se posó en su oído, unas manos en su cintura hizo que suspirar y se relajara un poco, que cerrara los ojos respirando un poco más relajada, su cabeza se fue hacia tras y sintió a la personas más cerca de ella, su pecho era duro y el aroma lo sentía muy familiar, las piernas las sentía de gelatina, como si en cualquier momento se fuera a desfallecer por tal masculino olor.

–                    Lyon…–suspiro estela dejándose llevar por lo que él quisiera que pasara, flaqueo un poco y Lyon  la agarro un poco más duro.

 Dejo que se deleitara un poco más y la cargo estilo nupcial, todo ruido a su alrededor se hizo nulo, solo se escuchaban las respiraciones de ambos, camino unos pasos y subió las escaleras sin mirar a Estela, abrió la puerta del cuarto y la deposito en la cama de lado, seguía sudando pero estaba más relajada.

Se arrepentirán©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora