Capítulo 13

521 28 2
                                    

Orianna caminaba por un pasillo muy lujoso, sus tacones rechinaban al contacto con el mármol del piso y su esbelto cuerpo se contoneaba ligeramente, se acercó a la recepcionista que estaba tras su escritorio revisando unos documentos muy concentrada.

‒ ¿el señor David?‒la recepcionista levanto la cabeza y aclarando su garganta contesto.

‒por los momentos no se encuentra pero, por favor, si tiene que dejar algún recado, yo, gustosamente se lo hare llegar.

‒vengo de parte de la señorita Grossman August y ya que el señor David no quiere atenderme pues tendrá que decirle a mi señora que tendrá que esperar a que él nos pueda entender.

La muchacha acomodándose las gafas que al parecer tenía, se levantó un poco exaltada ‒ ¿di-dijo Gross-  Grossman?

« ¡Tuche! », pensó Orianna mientras que miraba inferiormente a la secretaria y mantenía una postura seria aunque tenía unas ganas de reírse de la cara de la muchacha.‒Si ¿hay algún problema?

‒en-enseguida la atenderá el señor David ‒la chica con la cara un poco pálida salió corriendo a dentro de la oficina y luego de unos minutos salió dándole espacio para que entrara.

La oficina era amplia por dentro, sencilla pero muy sofisticado.‒ valla, pensé que vería a la hermosa estela por acá y no a ti.

‒o discúlpame querido David, pero estela se encuentra indispuesta para venir o siquiera caminar en estos momentos, creo que ya debes de estar informado.

‒con toda certeza Orianna.

‒entonces debo de suponer que sabes porque estoy aquí o ¿no?

‒si, pero antes por favor siéntate.‒David le hizo una señal con la mano para que tomara asiento en uno de los sillones que se encontraban en la habitación.

‒quiere encontrarla.

‒y va a ser tarea fácil, pero no entiendo su empeño en encontrarla sabiendo que ella también la utilizaba.

‒Margaret debió de haber cambiado, no creo que después de ese incidente hace un año vuelva a ser la misma.

‒bueno, solo toma los informes, me tome la molestia de buscarla el mismo día en que me lo pidió indirectamente.

‒¿y cuento va a costar esto?

‒dile que es un regalo de bienvenida, por regresar a la ciudad.

Orianna agarro la carpeta que él había puesto encima del escritorio y a metió debajo de su brazo. ‒estará gustosa de saber eso.

Contoneando sus caderas se marchó y solo dejó un rastro de perfume cautivador, estela estaría muy contenta cuando se entere de que volverá a ver a su ´´amiga´´.

*

            Estela abría los ojos, sentía que un delicioso olor a té de manzanilla invadía sus fosas nasales, amaba ese olor, era como una droga para ella, se movió un poco pero el dolor de la herida la hizo gemir.

‒tienes que quedarte quieta estela, todavía estas débil.

Estela abrió por completo los ojos, sobresaltándose por la voz que acababa de escuchar, llevaba mucho tiempo sin escuchar, no pensaba que vendría tan pronto, su esbelta silueta se encontraba sentada en la silla de su peinadora, su cabello lizo castaño se encontraba suelto y cayendo por los lados de sus hombros, estaba vestida muy elegante, camisa de botones aunque los dos primeros botones estaban sin desabrochar, falda estilo tubo a 4 dedos arroba de los muslos y unos tacones de infarto.

Se arrepentirán©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora