Onii-chan

Conociendo la competencia

Alcanzó a ver a Hiyori marcharse con el joven editor a una de las cafeterías cercanas a la editorial. Se extrañó que su hija estuviese visitando a ese chico en vez de irlo a buscar si necesitaba saber sobre el tema, quiso evadir cualquier molestia pensando que como él trabajaba en literatura, de pronto esa era la razón. Además, Yokozawa estaba vinculado al muchacho por Usami.

Como buen padre, los siguió a prudente distancia tratando de no ser descubierto. Por dentro su curiosidad iba en aumento, más cuando su hija mostraba una clara felicidad en el rostro. Desde la parte opuesta del local los observó mientras bebía un café, finalmente la adolescente se levantó despidiéndose. Pocos minutos pasaron antes de que el escritor llegara a la mesa del chico.

Los ojos verdes del menor mostraban no solo admiración, aunque parecía descabellado, podría jurar que todo su lenguaje corporal apuntaba a una relación más allá de lo laboral. ¡Ahh! se regañó mentalmente, pensaba en cualquier excusa para justificar que Takafumi y Akihiko no tenían una relación. Pero aún más, no quería aceptar que su hija estaba acercándose a aquel por quien había sido remplazado.

Flash back

Hiyo le contaba todo lo ocurrido la tarde que su padre iba a decirle de que eran pareja. Yokozawa la escuchaba bebiendo de su taza sin ninguna expresión visible en el rostro. No podía culparla, cuantas veces su padre y él habían cometido el mismo error, tomar decisiones ocultando cosas, con tal de protegerse mutuamente. Cuando Hiyori hizo silencio, la miró tratando de no reflejar emoción alguna. Al fin y al cabo, que reclamo podía hacer, todo esto había sido en su afán de protegerlo del "infiel" y "traicionero" de Kirishima.

- Tienes que contárselo. Tan pronto se lo digas, te prometo que haré todo lo posible por solucionar las cosas.

- ¡No puedo! - exclamo Hiyo asustada, sabía que tendría un castigo, y lo más seguro era perder el concierto al que había rogado asistir, y que al fin su padre accedió.

- Es mi condición, por protegerme le has causado un daño, según me cuentas, mucho mayor a él - los ojos de la niña se humedecieron. Alguna vez su padre le dijo que nunca hiciera enojar a su onii-chan, en ese momento entendió por qué. De pronto, la mano en su hombro hizo que girara su rostro viendo dos hermosos ojos jade. Sintió como Yokozawa se levantaba para ir a la barra, al frente de ella, el afamado Usagi Akihiko, la observaba.

- Y bien ¿qué decisión vas a tomar?

Fin flash back

Ya habían pasado dos semanas desde la primera vez que vio a Hiyo con Takahashi Misaki; sin embargo, cada tercera tarde la chica lo esperaba en el mismo sitio y conversaban por cerca de una hora. La mesa posterior de la cafetería se convirtió en una extensión de su oficina. En ese mismo tiempo, comenzó a atender a sus editores desde ese lugar e incluso a algunos de sus mangakas, sobre todo a aquellos que se les dificultaba cumplir los plazos, para su sorpresa, cambiar de ambiente les sirvió para obtener más confianza y por lo menos aceptar con objetividad las críticas.

Esa tarde en particular se encontraba con Kanae, la editora que fue hasta hace poco su compañera de tragos. La mujer hablaba mostrándole los avances en una de las revistas de colección que saldrían para fin de mes. Además del manga especial, se tenían presupuestado incluir un Blue-ray con entrevistas a la escritora y el equipo de producción, así como el abrebocas del anime a estrenar. Todo estaba siendo revisado con puntualidad, hasta que Kirishima escuchó una risa, levantó la cabeza para ver al lado de Misaki y su hija a un Yokozawa sonriente, a quien Usami comenzaba a tomarle con delicadeza la barbilla. No continuó poniéndole atención a la conversación, quedó perplejo ante la escena. ¿Cuántas veces le había rehuido a cualquier contacto en público durante su relación? y con él...

- Tu hija es una chica con suerte.

- ¿Qué? Perdón no te escuche.

- Debes sentirte afortunado. Pocas mujeres pueden estar rodeadas por tan excelso grupo de hombres - dijo Kanae mientras bebía de su café - Un editor joven graduado con honores de Economía, el principal vendedor de Marukawa. - Sabiendo hacía donde dirigir su comentario trato de hacer énfasis en lo despreocupado de la conversación para dar la estocada con la supuesta competencia de Kirishima. - Dicen que en los meses que lleva dirigiendo el departamento de literatura ha triplicado las ventas.

- Tienes razón, son un par bastante prometedor.

- Pero lógicamente la estrella del trío es el afamado y reconocido escritor y heredero de una de las fortunas más grandes del país - el editor en jefe de Japun palideció frente al comentario, por dentro Kanae se complació al pensar que mostrando por quien había sido cambiado, Kirishima aceptaría lo materialista y poco sincero de su expareja. Estirándose con sensualidad, se acercó colocando su mano en el rostro del hombre - ¿por qué no vas donde Hiyo y le dices que hoy saldremos? Me tienes tan olvidada desde esa noche en tu apartamento.

Kirishima retiró la mano de su cara. Dejando el costo de lo pedido en la mesa, se levantó, sin antes decirle con una gran sonrisa que, a pesar de verse completamente amistosa, la mujer entendió como el resultado de su comentario, el cual muy a su pesar, había surtido un efecto contrario al esperado.

- Tienes razón. Un simple empleado como yo debe estar agradecido porque se rodea de tan eminentes personajes. Por eso, consideró que tú también debes buscar otro tipo de compañía - colocándose los lentes de sol, concluyó - por mí parte, tengo planes con Hiyo esta noche. Cualquier cosa de ahora en adelante solo en la oficina. Este lugar lo comparto con mis amigos.

Kirishima salió del local por la puerta cercana a su mesa, caminó sin rumbo fijo por las calles hasta la estación. Se detuvo y marcó a su hija. Esa noche quería poner en orden su cabeza, y para eso debía estar solo y, ante todo, sobrio. En la medida que recapacitaba sobre lo vivido en esos meses, se vio parado en la puerta de la oficina de Yokozawa. Era poco más de las siete de la noche, difícilmente lo encontraría; sin embargo, tocó esperando respuesta. Su corazón dio un brinco, cuando escuchó la voz de su examante.