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Caminaron bastante aunque Jungkook tenía muy claro que no habían salido del bosque en ningún momento porque el olor a madera húmeda y hojas aún seguía entrando por su nariz. Estaba algo cansado pero no se quejó, tan solo daba paso tras paso mientras era guiado por los omegas hacia quien sabía dónde. Jamás había estado tanto tiempo a ciegas y ya empezaba a acostumbrarse a la oscuridad que le brindaba la bolsa, aunque eso le diera un poco de inseguridad al no tener control de la situación.

Se detuvieron un par de metros después. Pudo escuchar claramente como un caudal de agua se abría paso a su lado haciéndole pensar que ahora estaban cerca de un río. Aquello confundía aún más el sentido de orientación de Jungkook y es que en ningún momento de su existencia supo que en aquel bosque había riachuelo, ni siquiera su padre se lo había mencionado. Todo era tan extraño para el que le hacía preguntarse en qué diablos se había metido.

— Jeon, muévete.

Era la voz del omega llamado Yoongi con aquel tono seco que había empleado con el desde hacía horas. Jungkook enserio estaba haciendo su mejor esfuerzo por no perder la cordura y lanzarse directo a la tráquea de ese lobo para no oír que le hablase así nunca más. Su naturaleza alfa era demasiado agresiva, nació para ser el líder de una manada, alguien a quien temieran y respetarán, no estaba acostumbrado a que un simple omega le hablase de esa forma por más que fuese parte de su misión.

A regañadientes avanzó siguiendo la voz del lobo hasta que sintió una mano sobre su brazo derecho. Una corriente de electricidad recorrió su cuerpo mucho antes de escuchar la voz cerca de su oído y no pudo evitar estremecerse por completo como un cachorro.

— Tranquilo, lobo —Dice la voz que claramente no es de Yoongi—. Ya estamos llegando.

Lo odiaba, odiaba a Park Jimin.

Su conocimiento sobre ese omega se basaba en lo que se decía en la aldea cuando la rebelión comenzó a tomar lugar. Era casi como una vieja historia contada por los ancianos, solo que esta vez se hallaba ubicada en el presente, causando estragos a su paso. Los relatos decían que el lobo estaba harto de que no pudiese acceder a un mando de poder en la manada gracias a su status por lo que comenzó a convencer a otros omegas para que se alzarán en contra del sistema, como si fuera lo más razonable del mundo. Luego de eso pasaron un par de meses y cuando reunió la cantidad suficiente de lobos comenzó a llevarse de distintas aldeas a los demás omegas que aún no se unían a la rebelión, dejando así un desastre total en la forma de vivir de los licántropos, sobre todo ahora que la carrera de la luna estaba tan cerca y el periodo vital de apareamiento acechaba. Lo que todo el mundo esperaba era que Park Jimin le diese un ultimátum al Alfa mayor y jefe de las manadas, su padre, en donde pediría el poder a cambio de entregar a los omegas que tenía bajo su custodia al igual que lo haría un cobarde, según Jungkook, y el no toleraba a los cobardes.

A pesar de tener toda esa información, que estaba recopilada en su cerebro como archivos de suma importancia, nunca le había visto en persona y ahora que estaba a tan solo unos pasos de él no sabía cómo actuar. En los relatos de su padre siempre se imagino a un lobo con ojos amenazadores y actitud de creerse el dueño del mundo, pero por más que intentaba hallar esas cualidades parecía que el temido omega no era más que eso, un lobo rebelde.

— Detente.

Jungkook dejó de caminar mientras sentía la mano de Jimin aferrarse a su brazo, justo donde el músculo se tensaba. Quiso alejarse y es que había una sensación extraña que le invadía cada vez que ese omega estaba muy cerca suyo. No le gustaba ni un poco, necesitaba empujarlo lejos de suyo, pero no podia. Debía seguir el plan aunque estuviese muriendo por dentro.

Rebellion ◆ Kookmin ; 국민Donde viven las historias. Descúbrelo ahora