Capítulo | 13 |

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—Shirley, esto no está bien.

—Oh, mierda. Tranquila lo entiendo —Se levantó lo más rápido que lo vi alguna vez—, yo... lo siento tanto. No debí besarte cuando tú...

—Tranquilo, no pasó nada. Sólo lo olvidaremos ¿Está bien?

Asintió y yo también lo hice, tomé una de las mochilas y se la pasé a Shirley que me sonrió de manera tímida, reí.

Ajusté la mochila a mi cuerpo apagando las luces de mi habitación, abrí la perilla de la puerta haciendo el más bajo sonido posible, caminé casi de puntillas por los pasillos hasta llegar a la escalera, las bajé con máximo cuidado. Me detuve girándome para ver si Shirley me seguía y sí, lo hacía. Asiento nuevamente hacia él y empujo con cuidado las puertas de la cocina.

Abrí con precaución una de las ventanas y cuando ésta chilló me detuve abruptamente. Giré mi cabeza alarmada hacia la puerta encontrando a Shirley quién también se había detenido por el pequeño ruido. Cerré los ojos pero los abrí al instante abriendo por completo la ventana.

Salté e hice una mueca ante una punzada en mi tobillo, sacudí mis pantalones en lo que ayudaba a Shirley a levantarse después de la caída, me giré hacia el bosque. Estaba completamente oscuro, las criaturas que habitaban ahí eran desde inofensivas hadas hasta depredadores como los Abbatons.

Los Abbatons eran criaturas que antes habían sido Alaricks pero que habían nacido sin ningún poder. Mayormente eran exiliados por nacer sin poderes o dones que sirvieran a los del Consejo, eran enviados al bosque y abandonados a su suerte. Ellos era monstruos de alma oscura que se alimentaban de los Alaricks para hacerlos pagar por su misma desgracia.

Aspiré llenándome de valor y caminando hacia el bosque, todo estaba oscuro, solo la luna alumbraba pero no lo suficiente el camino.

Teníamos un largo camino por recorrer.

[=]

Las horas habían pasado drásticamente, la temperatura había bajado y los pies dolían como nunca. Shirley se quejó otra vez, rodé los ojos nuevamente ante su actitud pesimista.

—¡Vaya! Pero mira que me he encontrado —Cerré los ojos maldiciendo—, un pequeño Acendrado y una princesa huyendo.

Giré todo mi cuerpo encontrando la figura oscura de Devan saliendo a un árbol, negué cuando palmeó la espalda de Shirley que se encontraba recargando en uno de los tanto árboles.

—¿Qué mierda Devan? ¿Cómo es qué llegaste hasta aquí? —Lo miré con enfado— ¿Nos has estado siguiendo pedazo de imbécil?

Rodó los ojos como si estuviera exasperado, acomodó su mochila que colgaba de lado y alzó una ceja mirándome desafiante.

—Yo no los he seguido, ustedes se han cruzado en mi camino, otra vez.

—¿Quieres explicarme cómo es qué estás en medio del bosque vagando solo?

—¿Será que estoy huyendo? —Rascó su cabeza, estaba incómodo—. Mis hermanos parecen que no confían en mi, me tenían vigilado y no me permitían salir de casa sin un guardián. Claro que me escabullí para regresar por los portales del sótano o de la casa abandonada pero ya no estaban ahí, al parecer cerraron todos los portales que habían en Arcanis.

>> Sabían que intentarías irte de nuevo, Anabelle me lo digo la última vez que hablé con ella.

—¿Anabelle? ¿Ella es tu hermana Devan?

—Técnicamente mi hermana mayor después de James, soy el bebé.

Pateó el suelo antes de observarme de reojo, asentí sin saber que más decir así que giré subiendo la enorme piedra.

Princesa Híbrida© | #1 |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora