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Un recuerdo vino a su mente. La primera vez que tuvo contacto con Chanyeol fue cuando su diestra tocó la frente, en ese momento, caliente del susodicho, los ojos del más alto se abrieron en un fuerte espasmo, se podría decir que por el susto provocado, pero ¿Por qué no dijo nada?

Debía admitir que se sentía realmente estúpido, sí ¿cómo no se dio cuenta que cada vez que había algún roce entre él y Chanyeol los ojos de éste se iluminaban como si su paciente recuperara la vida?

Sus mejillas se calentaron por esa breve descripción en medio del cuestionamiento, demasiado absorto de su alrededor, más sin embargo, sintió esa intensa mirada ayudándolo a volver a la realidad a través de un carraspeo.


— ¿Por qué no me lo dijiste antes? — Se tensó al ver como los orbes del alto cambiaban de intensidad, adentrándose sin permiso al interior del Doctor.


— Porque pensé que no me creerías, desde que te vi pasar por esa puerta, me viste y clasificaste como un completo demente. — Ahora Baekhyun era quien cortaba todo cruce de miradas para bajar la suya, totalmente avergonzado y con una fuerte presión en su pecho ¿Por qué le afectaba tanto?


— Lo siento, Chanyeol.


El nuevamente nombrado solo se dedicó a negar y esperó a que la mirada de su doctor volviera al frente, para cruzarse una vez más.


— Ya no tiene importancia, desde que diste tu promesa, puse mi vida en tus manos. — Ahí estaba, ese brillo que tanto le gustaba al Doctor, llenando su interior de calidez y seguridad.


La memoria de Baekhyun se revolvió un poco en la búsqueda de esa promesa. "Prometo curarlo, Señor Chanyeol". Una sonrisa surcó sus rosáceos de una forma en la que a su paciente le fue imposible no acompañarlo.


— Ahora que me doy cuenta, me tienes más confianza. — Baekhyun se cruzó de piernas con la intención de acomodarse mejor en la silla de visitantes.


Chanyeol dejó la bandeja con los platos vacíos en su superficie encima de su mesita al lado de la camilla donde estaba semi-recostado.


— Claro, Doctor ¿cómo no te voy a tener confianza cuando eres tú mi cura definitiva? — El Doctor esperaba cualquier cosa excepto esas palabras, la sangre automáticamente invadió demás de su rostro, sintiéndose acalorado desde el mentón hasta la frente.


Supo que era visible al momento en que su paciente ensanchó un poco más la sonrisa que ya llevaba presentando desde hace un poco más atrás. Hizo de tripas corazón para controlar sus impulsos, era un Doctor por el amor a Dios ¿Por qué se comportaba como un idiota de primera a cada palabra que le dirigía su paciente?

Sintió el tacto de la mano del alto tocar su diestra la cual reposaba en su regazo, esto provocó que cruzara su campo visual con el ajeno quien lo miraba de la manera más íntima posible. Su piel se erizó, su corazón comenzó a bombear sangre de más, su vientre comenzó a retorcerse de forma placentera.


— No me he comido el postre, necesito energía. — La ronca voz de Chanyeol le envió millones de corrientes eléctricas a su médula espinal, activando todos los treinta y un pares de nervios raquídeos.

Síndrome de Cotard. » вaeĸyeolDonde viven las historias. Descúbrelo ahora