Itachi
Me retuerzo sobre la paja, sumamente incómodo. Una vez más intento desencajar con ambas manos el maldito anillo que retiene mi miembro erecto imposibilitándome la eyaculación. Durante un segundo noto como este se desliza sobre mi piel, rozándola y haciéndome daño, ¡Pero se desliza! Por un momento creo que voy a poder quitármelo cuando compruebo que no avanza más.
Añado un nuevo intento fallido y una nueva esperanza frustrada a la cuenta que ya he perdido.
Emito un grito ahogado de frustración y me cubro la cara con ambas manos para retener las lágrima de impotencia. No soporto más sentir tantísimo calor en mi parte baja, tanta excitación pidiendo ser liberada. Quiero tocarme, necesito hacerlo, todo mi cuerpo me pide que lo haga. Pero lucho con todas mis fuerzas contra esa tentación porque sé que, si cayese en ella y lo hiciese, sucumbiría bajo un placer no satisfecho, un culmen inalcanzable, un orgasmo placentero que estos bestias han convertido en doloroso mediante este aro que me impide acceder a él.
Neji me mira, tumbado a mi lado, con la tristeza y la conmiseración escrita en su bello rostro. Mirarle no me ayuda precisamente a soportar tanta tensión sexual no liberada; aunque intente evitarlo, en mi mente se repite una y otra vez el momento en el cual Neji comenzó a masturbarme, en el cual juntó nuestras erecciones y las frotó mientras me besaba, aquel glorioso momento en el cual introdujo su lengua en mi ano…¡Mierda!
Siento mi polla gotear por el recuerdo, hinchada, levantada y enrojecida. Jadeo, la tentación de tocarme es tan fuerte como casi irresistible.
-Joder, Neji.-jadeo.
Se muerde el labio inferior.
-¿Estás bien?-pregunta casi por obligación.
-¿No hay manera de quitarse esto?-pregunto en vez de responder a su pregunta; aunque estoy seguro de que él ya conoce la respuesta.- ¿No me lo puedo arrancar?
Neji gatea hacia mí y sujeta el anillo entre el pulgar y el índice, como examinándolo. Durante una milésima de segundo, siento la piel de sus dedos contra mi hipersensibilizada erección, jadeo y me estremezco por el amplificado ramalazo de placer.
-Perdón.-susurra. Traga saliva antes de añadir.-No creo que te lo vayas a poder quitar, Itachi. Está demasiado ajustado como para podértelo arrancar. Necesitas la llave.
Cierro los ojos, luchando una vez más por contener las lágrimas de frustración y desesperación.
-¿Para qué querrá Orochimaru que lleve esta cosa?-inquiero con la voz temblorosa.
Neji se muerde los labios de nuevo antes de responder.
-He oído que, si un doncel se corre mientras se lo follan, las posibilidades de quedar embarazado aumentan. Creo que es sólo un rumor, porque en la época de las violaciones esto no se tenía en cuenta. Pero por otra parte, también puede ser que tenga algo que ver con el aumento de posibilidades de embarazarnos que se da en nuestros…”días”.
-¿Cómo sabes tanto acerca de esto?-pregunto. Hablando con Neji se me hace algo más sencillo ignorar el terrible calor que me llama desde mi entrepierna.
-Ya te conté que mi anterior amo tenía dos esclavos.-responde.-El otro se llamaba Miyavi, y era bastante mayor que yo, ahora debe de tener unos diecinueve años. Él venía de otra aldea Hiyoku situada más al norte, y sabía mucho sobre nuestra condición de donceles, y, también sabía algo sobre la profecía. Fue él quien me contó todo lo que sé sobre nosotros y nuestros atributos.
Sonrío a mi pesar.
-Me hubiese encantado a mí también tener a alguien con quien hablar todos estos años. Llegué a este palacio sin ni siquiera saber que podía quedar embarazado.
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Where The Wind Shines [Spanish]
RomanceEn la lejana época feudal japonesa, un brujo creó una maldición en torno a todos los donceles para impedirles concebir, y de esa forma acabar con las violaciones de las que eran víctimas. Un pueblo de guerreros luchó por destruir esta maldición arra...