Alarm Clock

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Les dije que subiría este capítulo el jueves, pero técnicamente lo terminé a la una de la mañana, así que decidí subirlo hasta ahora.
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Taemin escuchó al despertador, como cada mañana que despertaba en esa cama. Ni siquiera se asustó, ya tenía claro que iba a despertar ahí, y no necesitaba procesarlo. Se sentó, bostezando. Sus ojos se cerraban automáticamente, mientras su mano lograba alcanzar el despertador y apagarlo. Se talló los ojos, terminando de desperezarse. Fue entonces cuando notó el cuerpo durmiendo a su lado. Eso le sorprendió. Apenas se había acostumbrado a la rutina que Minho y el Taemin de esta época llevaban, como para que ahora algo no calzara como los días pasados.

-Min...- Se atrevió a moverle, tratando de despertarle. -Minho, tienes que despertar. Vas a llegar tarde si no lo haces.- Jadeó, bostezando. -Minho...

-Tae...- Minho rezongó, girándose bajo la sábana. -Es mi día libre, te dije ayer.- Murmuró. -Lo has olvidado...

-Oh, lo siento.- Abrió los ojos, ya sin sueño. Minho realmente se levantaba temprano todos los días, sería natural que no quisiera hacerlo ahora que podía darse el lujo de dormir hasta tarde. -Sigue durmiendo, yo prepararé el desayuno.

Se estiró, saliendo de la cama rápidamente. Necesitaba ir al baño, y lavarse el rostro. Cinco minutos después, se encontraba mirando el interior de la nevera, preguntándose qué haría de desayuno. Seguiría sus gustos, haría algo de carne. Tomó el paquete de carne, y algunas verduras. Tenía una vaga idea de cómo los quería cocinar...Si tan sólo pudiera llamar a su nana y preguntarle cómo los cocinaba. Resopló, tendría que buscar en internet la receta. Volvió a la habitación, para tomar su celular, dando una corta mirada a Minho. Él realmente seguía durmiendo. Sonrió, Minho lucía bastante tierno durmiendo enredado en la sábana. Procuró no hacer mucho ruido y regresar a la cocina.

Entró al navegador de su celular, buscando recetas que fueran adecuadas para el desayuno. Se sentó a la mesa, empezando a cortar las verduras, con la mirada fija en el celular. Recordaba que su nana usaba salsa de ostión en la carne, debería de usarla. Se levantó y buscó dentro de la alacena, el típico bote de esa salsa. Todas las casas debían de tener uno, de eso estaba seguro. Sonrió al ver aquel bote, aunque dejó escapar un bufido al darse cuenta que estaba en el peldaño más alto de la alacena. Se apoyó en lo que tenía más cerca, alzándose sobre las puntas de sus dedos, buscando alcanzarle. Si tan sólo no estuviera tan arriba.

Una mano se deslizó sobre su cintura, junto con la sensación de ser ligeramente aplastado. No tuvo que razonar mucho para entender que se trataba de Minho. Además, le vio tomar la botella con tal facilidad, que le provocó algo de envidia su altura.

-¿Es esto lo que querías coger, Taeminnie?- Minho preguntó con una ronca voz, probablemente por haberse recién despertado.

-Sí, ¿me lo das por favor?- Exhaló, girándose para poder ver a Minho.

-Mmm, no lo sé...¿Por qué habría de dártelo?- Sonrió, alzando el brazo para dejar aquella botella fuera del alcance del menor.

-¡Minho!- Rezongó, volviendo a alzarse de puntillas, tratando de coger el bote.

-¿Sabes? Me gusta verte usando pijama. Te ves tan lindo así.- Jugó un poco más, después tomándole por la cintura para pegarlo contra su cuerpo. –Paga por él, y te lo daré.

Taemin bufó, cruzándose de brazos. Sabía que no habría forma de ganarle, y que tenía que ceder ante aquel requerimiento. Frunció los labios, haciendo un mohín, tratando una última vez sin éxito alguno. No había otro modo, tenía que "pagar" por aquel ingrediente. Se apoyó en los hombros de Minho, levantándose un poco para alcanzar sus labios y plantarle un beso. Sólo iba a ser eso, un beso corto, con tal de obtener lo que quería; pero Minho no lo permitió. Él se aprovechó de aquel beso, manteniéndole cerca, devorando lentamente aquel par de labios esponjosos. Hasta satisfacerse. Entonces liberó al menor de su agarré, regalándole una sonrisa victoriosa.