Epílogo: Despertar [II]

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Un epílogo paralelo al primer capítulo, donde se ve que las cosas cambiaron para mejor ^u^

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Minho tenía un reloj biológico muy fuerte. Si tenía que despertarse a las cinco y media de la mañana, a esa hora se despertaría. No tenía necesidad de usar una alarma, o de pedirle a Taemin que le despertara a la hora (principalmente porque Taemin solía dormir tan profundo como para despertarse a cumplir con su tarea). En cierto modo, se debía a las ansias que sentía de imaginar que llegaría tarde a donde era requerido. Por eso mismo sabía que tan temprano era cuando se despertó. La habitación seguía a oscuras a pesar de que las cortinas ligeras estaban corridas de par en par, demostrando la calma y quietud que aún había afuera.

Se sorprendió al girar, y encontrarse con el hecho de que Taemin ya estaba despierto. Miraba hacia la nada en silencio, con las piernas pegadas contra su pecho y su mentón recargado sobre sus rodillas.

-¿Bebé? ¿Ocurre algo?- Se frotó el rostro, terminando de despertarse. -¿Has tenido una pesadilla?

-Buenos días, amor.- Taemin le regaló una sonrisa, observándole de medio lado. -No, sólo perdí el sueño.

-¿Hace cuánto estás despierto?- Frunció el ceño, extrañado por no haber sido despertado en cuanto Taemin se despertó.

-Como media hora.- Se encogió de hombros antes de decidir moverse hacia el pecho de Minho y anidar ahí. -Me puse a pensar.

-¿A sí? Me gustaría saber en qué pensabas, cariño.- Le rodeó con los brazos, apretándole fuerte. -¿En mí, tal vez?

Taemin soltó una risilla boba, sacudiendo un poco sus hombros con tal acción.

-De hecho sí.- Jadeó. –Tuve un sueño bastante raro, y tras despertar recordé que hoy es el día en que te convertiste en mi salvador, desde entonces no has dejado de darme más de lo que te puedo devolver.- Subió la mirada, permitiendo que Minho viera la bonita mueca que estaba haciendo. –Hoy, hace nueve años tuve el accidente de auto donde tú me llevaste al hospital.

Minho abrió la boca algo sorprendido.

-Vaya, ¿nueve años ya? El tiempo ha pasado demasiado rápido. Se ha sentido como un suspiro, ¿no lo crees?

-Sí, en eso estaba pensando...- La oscuridad era un poco más ligera ahora, permitiendo que Minho observara la sonrisa traviesa de Taemin. –Minho, es como un aniversario. Deberíamos de pasarla juntos el día de hoy.

Por supuesto~.

Minho apretó los labios, pensando en qué decir.

-Cariño, lo siento, no puedo. Sabes qué hoy nos vamos a reunir con los Park, y si no llego Sungmin va a perder la cabeza.

Taemin se soltó de Minho, regresando a su espacio en la cama.

-Lo entiendo...- Jadeó, con la mirada gacha.

-Hey, Taem, mírame.- Minho le tomó por el rostro, acariciándole el labio inferior con el pulgar. Taemin hacía un mohín triste. –No te pongas así, por favor.- Rogó.

-Últimamente siempre estás trabajando Minho. Nos vemos muy poco.- Gimió. –Sé que este trabajo es muy importante para ti, y me alegro mucho de que lo estés logrando. Me siento feliz por eso, pero...

-Pero no podemos vernos todo el tiempo.- Minho completó. –Amor, sé que es difícil. Pero en cuanto la constructora sea un poco más estable, mis horarios serán más cortos lo prometo. Sólo hay que ser pacientes.- Se agachó lo suficiente para poder besarle en la frente. Sin embargo, la mirada que Taemin le dio le indicó que él chico se había decidido a no dejarle ir así de fácil.

-Estoy seguro que puedes tomarte un día, si estás muy enfermo.- Suspiró de manera melodramática. –O peor aún, tu lindo y devoto esposo está demasiado enfermo como para dejar su lado. Tienes que ser un buen esposo, y quedarte a cuidarme.- Colocó su mano sobre su frente fingiendo desfallecer. –Oh, creo que tengo mucha fiebre Min. No me puedes dejar solo. Tendrás que llamar a la oficina y decir que no puedes presentarte a trabajar hoy.

Minho rio, colocándose sobre Taemin a horcajadas. Subió su mano hasta la frente del menor, tomándole la temperatura, a pesar de saber que no tenía fiebre. ¡Le había besado hacía un par de segundos! Sabía que estaba perfectamente bien. Aun así, le volvió a besar en la frente, y después regó besos por toda la cara del menor, hasta cansarse. Juntó su frente con la de Taemin, cerrando los ojos.

-Sabes que no puedo consentir esto, Taemin.- Sonó más bien a una sugerencia, en vez de una afirmación.

-Min, mírame a los ojos y dime que realmente quieres ir hoy a trabajar.- Le acarició la mejilla. –Si puedes decírmelo determinadamente, te dejaré ir. Seré un buen esposo, y te esperaré pacientemente, aquí, en casa, sólo...

Un suspiro se escapó de los labios del mayor. Se tomó un par de segundos antes de abrir los ojos, y encontrarse con la mirada intensa de Taemin. No, no podía.

-Eres un tramposo, ¿lo sabes?- Le sonrió. –No hay algo más que quiera hacer, que quedarme a tu lado.- Acurrucó su rostro en el cuello de Taemin.

-Te amo, Minho. Mucho.

Minho sonrió enormemente. Frotó su nariz con la de Taemin, en un gesto cariñoso. Se encontraba articulando las palabras para decirle que también le amaba, cuando el despertador de Taemin sonó. La risilla que Taemin soltó fue contagiosa, provocando que también riera. Se alzó, permitiendo que Taemin se incorporara en la cama, pero sin alejarse demasiado.

-Vamos bebé, es hora de levantarnos.- Le besó tranquilamente. –Debo llamar a la oficina para decir que mi lindo y amado esposo está febril.

Taemin sonrió de manera cómplice, asintiendo. Se sacó a Minho de encima, saliendo de la cama sólo para ser detenido por la cintura por su alto esposo. Taemin soltó un corto grito, seguido por una risa cuando fue lanzado de regreso a la cama, dejándose besar por la insistente boca de su marido.

-Min~.- Rio.

-Yo también te amo, Taemin. Mucho.- Minho le susurró al oído, terminando por cubrirle de más besos.

FIN
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Gracias por esperar esta historia y su final. Le dieron mucho amor y apoyo, a pesar de que no pude estar tan activa en ella. Se los agradezco mucho ♥ 

Espero pronto poder empezar otro proyectito :D Mientras tanto, sólo me dedicaré a terminar mis historias ya empezadas, así que nos estaremos leyendo. ¡Besos! 

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