Capítulo 1: Lo mismo de siempre

2.5K 183 79
                                    

La molesta alarma sonaba insistente, dando aviso a otro día más, otro día en el que tengo que soportar abrir los ojos. Levantarme y repetir la misma rutina de siempre. Ir a la escuela y soportar las burlas. Regresar a casa y soportar la soledad.

Hace mucho tiempo que no se nada de mis padres. Un día recuerdo que solo desperté y ellos ya no estaban. Sólo dejaron una nota que decía: "Lo sentimos" y "Te amamos", eso fue hace más o menos 3 años, desde entonces vivo sólo en esta gran casa.

Tengo 17 años, voy en el penúltimo año de preparatoria, soy un chico bastante introvertido a comparación con mis años anteriores, mi cabello es rubio y llega poco más arriba de los hombros y mi imagen es algo delicada.

Antes no me importaba y no prestaba atención a las burlas que recibía por eso, las ignoraba. Pero cuando cuando el idiota más grande del mundo llegó, todo cambió. Sus burlas respecto a mi apariencia eran cada vez más y más duras, aunque quisiera ignorarlo simplemente no podía. Como un tonto me enamoré de el y eso hacía que sus burlas me lastimen más.

Al amarlo tanto quería cambiar cada aspecto de mi para captar su atención y que me quiera como yo a el. Pero es imposible, el sólo quiere hacerme la vida imposible, no le interesa nada más.

Salí de la casa rumbo a la escuela, caminando a pasó lento, como la escuela no está lejos demoró sólo 20 minutos en llegar.

Caminé hasta mi casillero y cogí los libros que necesitaría. El bus escolar llegó, y con ella el resto de estudiantes. Me dirigí a mi salón y me senté en el último puesto a lado de la pared, abrí mi cuaderno de apuntes y comencé a estudiar.

– La niña ha llegado temprano. – para mí ya era imposible no saber quién era.

Sus risas, inconfundibles.

– Oye Niña! Estas sorda?

– Responde a tus superiores cuando te hablan – me levantó bruscamente Baekho sujetando el cuello de la camisa.

El resto de compañeros comenzaron a llegar observando la escena. Algunos se reían, otros me veían con lástima, y varios ignoraban lo que sucedía.

– Baekho, trae "eso".

Me empujó soltándome bruscamente logrando que cayera al suelo. Levanto su mochila y saco un conjunto blanco y varios accesorios rosas para cabello.

– Enseñemos a la niña a vestirse como se debe.

Se acercaban a mi con una sonrisa maliciosa, mis piernas y brazos no reaccionaban, sólo los veía con temor aún desde el piso. No tenía la fuerza ni la voluntad para levantarme... sólo me tocaba aceptar lo que me harían.

– Jóvenes tomen asiento

– Te salvaste. Más te vale no huir a la salida Ren. – guardaron las cosas sin que el maestro se de cuenta y fueron a sus puestos.

Me levanté lentamente y me volví a sentar. Durante el resto del día siguieron molestandome, pero no volvieron a sacar aquella ropa.

3:30pm la hora de salida llegó, y como siempre, me fue imposible correr antes que todos para irme. Jonghyun y Baekho ya me estaban esperando en la puerta. En pocos minutos el salón estaba completamente vacío, sólo quedábamos Jonghyun, Baekho y yo.

Cerraron la puerta con llave y se acercaron a mi.

A unos pasos de mi estaban las personas que más me hicieron cambiar, mi corazón latía rápidamente del terror.

– Niña... no quieres probarte la ropa que compre para ti? Te apuesto a que quedarás divina.

– Nada que venga de ti – susurré para mi

Frunció el seño, haciéndome saber que me había escuchado.

– Sujetalo – ordenó

Baekho hizo caso y me sostuvo de los brazos evitando que, aunque fuera imposible, contraataque o huyera.

– Enseñemos modales a la niña.

Me acostaron en la mesa de mi asiento, Baekho por sobre mi cabeza sujetandome ambos brazos. Jonghyun comenzó a desvestirme y, aunque me movía intentando frenarlo, no pude hacer nada contra el.

Termine vistiendo aquel conjunto y en mi cabello una estúpida diadema de flores rosas.

Se rieron de mi y mi cara no podía estar más roja, no sólo de verguenza, si no también de saber que a pesar de todo no puedo hacer nada por cambiar las cosas, y menos con ellos.

Sacaron sus celulares y tomaron una foto.

– Esto se irá a todo el mundo – susurraba animado Jonghyun.

No podía más, y termine corriendo lo más que pude hasta llegar a la puerta principal.

30 minutos... una hora y nada. Ni Jonghyun, ni Baekho, simplemente no habían salido del lugar. Si ellos aún estaban ahí no había oportunidad para ir a recoger mis cosas.. aunque admito que fue muy tonto de mi parte, dejarles a su merced mis pertenencias, ahora podrían hacer con ellas lo quieran.

Decidí entrar y caminé a pasó lento al salón. Me asomé un poco y ya no estaban ahí. Caminé a mi asiento y mis cuadernos estaban por todos lados, varias hojas arrancadas y muchas otras escritas. Mis libros arrugados, mi mochila en el basurero y mi banca rayada. Pero mi uniforme no estaba en ningún lugar...

Sin poder reprimir más ese sentimiento de impotencia hacia mi situación comencé a llorar. Las lágrimas caían sin control, pero me reprimía de hacer algún tipo de sonido, recogía mis cosas e intentaba arreglarlas un poco mejor para que no queden tan mal.

Recogí todas las hojas que habían sido arrancadas y las lleve al basurero recogiendo de ahí mi mochila, guarde todo, me quite la maldita diadema y la tiré.

Al volver a salir, el clima había cambiado en su totalidad. Paso de ser un clima soleado a uno lluvioso y con truenos. Suspiré cansado y caminé a pasó lento de regreso a mi casa.

Hacia frío, el viento corría fuerte, los cuadernos que había logrado recuperar estaban mojándose.

Llegué a casa y no pude evitar pensar...

"– Min Ki! Porqué llegas así? Ve a cambiarte o cojerás un resfriado –"

Eso hubiera dicho mamá si estuviera aquí.

Subí a mi habitación, deje la mochila sobre el escritorio y me desvestí. Caminé hasta el armario y saqué una pijama, la dejé sobre la cama y me fui a dar una ducha.

15 minutos después salí, me puse la ropa y saqué las cosas de mi mochila. Abrí lo cuadernos y los deje así para que se sequen.

"No te aparezcas frente a mi otra vez travesti."  Estaba escrito en uno de los cuadernos

Esto tenía todas las evidencias apuntando a Jonghyun. No podía ser nadie más que él. Arranque la hoja y la bote a la basura dejando que el resto se secara para el día siguiente.

Bully (JRen)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora