Bully (JRen)

Capítulo 21: Sorpresas

- Quédate aquí. Ahora vuelvo - le dije antes de acercarme al viejo.

- Hola Junior. Dónde está tu prometida? - habló al verme luego de disculparse con sus visitas y con una copa de champagne en su mano.

- No es mi prometida y no vino conmigo. - respondí serio quedando a un metro de él.

- Qué mal. Eso dará una primera mala impresión. - tomó de su copa.

- A qué te refieres?

- Está reunión es para que su compromiso de haga oficial. No lo sabías?

- No, no lo sabía, y si ese caso me iré ahora mismo. - me di vuelta queriendo caminar

- Podías no haber venido desde el principio Junior. - habló deteniendome - Dí la orden de que una vez estés dentro no puedas salir hasta que aceptes tu compromiso.

- Entonces creo que estaremos aquí metidos mucho, mucho tiempo. - respondí encarandolo de nuevo - Por que ya te dije que no pienso casarme con una persona que no amo - gire otra vez y seguí caminando hacia Ren. - Iremos arriba - le dije sonriendo al llegar a su lado - tengo algo que mostrarte.

El simplemente asistió, tomé su mano con una sonrisa viendo como sus mejillas comenzaban a tomar un ligero color carmín mientras desviaba la mirada.

Este hombre es en verdad hermoso.

*Kim

- Park!

- Señor?

- Vigilenlo, quiero que esté presente si o si cuando se haga oficial su compromiso.

- Sí señor.

- Y averigüen quién es el chico que lo acompaña.

*Ren

- Sí podemos estar aquí? - pregunté preocupado, éramos los únicos en el tercer piso. Sólo unas cuantas sirvientas que pasaban por ahí casualmente se podían observar.

- No tienes por qué preocuparte. De cierta manera está también es mi casa.

- Entiendo que lo es pero- - me dió un casto beso en los labios interrumpiendome, apenas unos segundos bastaron para poder poner un rojo intenso en mi rostro, por Dios, estamos en público, aunque aquí no hay muchas personas, pero estamos en público!

- Está bien. - dijo al separarse - Subiremos un poco más, ya verás que te encantará - sonrío.

*Omnisciente

La pequeña chica y el alto muchacho entraron captando la mirada de varias personas, cualquiera pensaría que son pareja, la forma en la que ella lo sostenía del brazo daba esa impresión.

- Yoo Na - llamó el empresario al acercarse

- Tío Kim, sucede algo?

- Hola papá - dijo el joven optando una posición firme obligando a la chica a soltarlo.

- Déjanos solos Minhyun.

El muchacho sin darle muchas vueltas al asunto obedeció dirigiéndose a la barra de comidas luego de una esperada reverencia.

- Quién es el chico que acompaña a Junior? - preguntó el hombre una vez que obtuvieron privacidad.

- No lo sé, pensé que tal vez tu lo sabrías. Aún mantienes a su guardaespaldas, no?

- Junior encuentra la manera de evadirlo, ese inútil sólo los ha visto juntos una vez.

- Pues al parecer Junior no quiere que nadie se entere quien es ese niño, cuando le pregunté por su nombre ni siquiera le dejo presentarse.

- Ve por Junior, y no dejes que se acerque a ese mocoso, en unos minutos llega Choi y presentaré su compromiso.

- Quién es Choi?

- Es- Sólo ve por Junior - y se marchó.

La chica lanzó un bufido al aire pues odiaba que la dejen con la intriga, no podía hacer mucho para sacarle esa información ahora, así que solo se rindió y caminó a las escaleras en busca de su "prometido".

♠

Recorrió todo el segundo piso e iba por la mitad del tercero, aquella casa le gustaba pero en esa ocasión comenzó a odiarla, como era posible que todas las personas que están ahí ninguna haya visto a donde se fueron los dos chicos, uno era el hijo de su Jefe y el otro no pasaba muy inadvertido pues su contextura y color de cabello era muy llamativo. No aparecían en ningún lado y ella comenzaba a desesperarse.

- Cuando dijiste que me dirías tu nombre la próxima vez que nos veamos- - un chico detrás de ella habló, haciendo la darse vuelta. - No pensé que en serio nos volveríamos a ver. - sonrió

- La verdad yo tampoco esperé volver a verte. - respondió sincera con una sonrisa tierna - Pero soy alguien que gusta de cumplir sus promesas. Mi nombre es Kang Yoo Na, un placer.

- El placer es todo mío señorita Kang - hizo una reverencia haciéndola reír - yo soy Daigo Makoto.

- Daigo? Eres el hijo de Haruhiko?

- El quinto, mis cuatro hermanos están ocupados con sus esposas, y los otros 3 dormidos.

- Sí tenemos en cuenta que aún son menores a los 10 años no es de extrañar que duerman.

- Sabes mucho sobre mi familia Yoo Na.

- Siendo la futura esposa del hijo del empresario más grande en toda Corea, debo por lo menos saber las conexiones de la compañía.

- Así que eras tu, la afortunada que se casará con un multimillonario. De alguna manera me lo esperaba.

- Me lo han dicho- - se quedaron callados por unos segundos - Oye! Tal vez podrías ayudarme.

- Claro que sí, en que te ayudo hermosa?

- Estoy buscando a mi prometido.

- Uyy. Lo siento, pero no lo conozco.

Ella negó riendo.

- Tal vez a el no, pero está con el un chico rubio bajo delgado, parece chica en algunas ocaciones, y es fácil de distinguir.

"Rubio y parece chica? Creo que lo conozco" pensó el chico

- Tal vez los encuentre - sonrió de lado contagiando a la chica con su gesto.

*Aron

- No estoy con ánimos de salir. - dije volviendo a leer uno de los tantos libros que conseguí en la biblioteca de la escuela.

- No es una opción Aron, vas a ir, porque MinSeok así lo quiere. - se dió vuelta - Cambiate, nos iremos en 5 minutos.

- Y qué pasa si no lo hago?

- No quieres saber esa respuesta, te lo aseguro. - me miró apenas girando la cabeza - 5 minutos - y se fue.

- Maldición - susurré tirando contra la pared el libro que tenía ese momento viendo con detenimiento como caía al suelo ya arrugado por el golpe.

Me acerqué al armario sacando un conjunto negro, que consistía en el traje completo, camisa, corbata y zapatos, me los coloqué con desgano, medio arregle mi cabello y salí de mi habitación.

- Luego de que Lahar dijo que no querías ir pensé en venir a hablar contigo - dijo apenas verme salir deteniendome sorprendido - Ya veo que no era tan necesario.

- Señor Choi.

- Vámonos.

- Sí señor.

Caminé detrás de él sin mucho ánimo. Espero que en esa supuesta reunión haya alguien con quien conversar.