Su calor era reconfortante, en estos momentos agradecía tenerla. Su abrazo y aquella mirada llena de inocencia me tranquilizó. Pero no duro por mucho, ya que aplicó más fuerza al abrazo.
—¡Ahg!—
Me quejé, aún estaba resentido por los golpes, y ella notó esto de inmediato.
—¿Marco? ¿Qué sucede amor?—
Me cuestionó, pero era algo que no podía decirle, y aunque pudiera, no lo haría, no la pondría en peligro.
—Nada, Mina. No pasa nada—
—¿Qué? ¿Marco? Cómo me dices que no pasa nada. Soy tu novia, puedo saber cuándo algo no anda bien.
Además, ¿Donde estabas? —Fue tonto de mi parte creer que ella se tranquilizaría con eso, pero, algo me hizo entrar en si. Ya era de noche, todo pasó tan rápido que no me percate del tiempo.
—¿Eh?...—
Lleve una mano a mi nuca, por los nervios, al mismo tiempo que soltaba una risilla.
—Marco...—
Insistió puedo decir que hasta me intimidó.
—Bott—
Salvado por la campana, era el médico Ian.
—¿Sí?—
—¿Donde estabas?—
Le reclamó. ¿Qué podía decir ahora? Cómo si eso no fuera suficiente, Mina parecía estar a la espera de su respuesta.
—Este...—
Balbuceó con una risilla.
Ian, solo suspiro agobiado. Al parecer el fue quién realizo la cirugía. Podía notarlo en su cansado semblante.—Bott. Ven conmigo. —
Asentí y fui tras el.
—Estaba esperando a que llegaras desde hace una hora.
Te dare las indicaciones para que cuides al paciente, hecho eso por fin podre ir a casa—Por la forma en que lo decía, sin mencionar el bostezo, pude deducir un reclamo. Lo acepto, la culpa fue mía, además no pude evitar sentir remordimiento. El debería estar más que cansado y yo perdiendo el tiempo.
—Esta bien, yo escuchó. —
—La cirugía no fue facíl. La bala rompió el bazo y parte del hígado. Perdió mucha sangre durante lo ocurrido y aún más en la cirugía, sin mencionar que ya había sufrido una lesión en el bazo anteriormente, de igual manera por un lesión penetrante.
Por ahora esta estable pero inconsciente.
Petra te dará su expediente. Deberás estar al pendiente de sus signos vitales, y de mantener limpia la herida, para evitar alguna infección a futuro.—La palabras del médico solo me dejaron aterrado. Esto era mi culpa. El me salvo, por eso estaba así.
Cada palabra aumentaba más mi remordimiento. Pensar que tendría que poner en acción lo dicho, no podía estar peor.—¿Bott? ¿Me estas escuchando? —
—S-Si.. Si.—
—Parece que no.—
—Bien eso es todo.—
Asentí y fui con petra por su expediente.
Jean Kirschtein.
24 años
Subinspector policiaco encubierto.Entre en la habitación, mi corazón se rompió al verlo de esa forma.
Tenia varias intravenosas, tanto para la sangre cómo para el suero. Un aparato que le ayudaba a respirar. Cerre la puerta detrás de mi y me acerque a la camilla a pasó lento.
Al estar enfrente de esta, observe su semblante, más pálido que la ultima vez que lo vi.—P-Perdón.—
Balbucee. Estaba por romper en llanto, aunque no sabía la razón exacta.
—"Ser su amigo"—
Susurré para mi. No podía. Verlo desde este ángulo me hacía negarme a lo que anteriormente me había propuesto. Se veia tan vulnerable y solo, yo no podía hacer esto...
Seria cómo entregarles su vida en bandeja de plata, pero si no lo hacía, habrá mas vidas de por medió, no podía permitirlo, iba contra mis ideales, de una u otra forma me traicionaba a mi mismo.
No pude contenerme, rompí en llanto, esto me destrozaba, por mi culpa alguien morirá, ¿porqué no puedo ser yo?¿Porqué?
Caí de rodillas frente a la camilla, recarge mi cabeza junto con mis manos sobre la misma, no podía.—Marco ...—
—¿¡Eh!?—
Levante mi cabeza de la camilla. ¡El había balbuceado mi nombre!
¿¡Pero cómo podía ser eso posible!?
Aguite la cabeza, negando aquello, quizá lo imagine, pero...—Marco...—
Nuevamente lo dijo, este vez más claro que la anterior, al mismo tiempo el electrocardiógrafo comenzó a sonar más rapido. Esto no era una coincidencia, no podía.
No...
Entonces sentí que alguien tomó de mi muñeca, era él. ¿Que sucedía.—Marco...—
Me jalo hacía él, yo accedí, sin siquiera oponerme, estaba estático.
—¿¡Qué demonios haces!?—
Una voz me detuvo de lo que creí que pasaría. Mi corazón estaba muy acelerado.
—Y-yo... ¡Nada! E-El..—
Balbucee, apenas entrando en mi. Voltee a verle, pero sus ojos estaban cerrados, esto no podía ser cierto... Pero antes de que yo pudiera siquiera pensar en una razón exacta, fui impactado contra la pared.
—¿¡Qué mierda crees que haces!?—
—¡Eren!—
Entonces lo noté, eran los mismo que estaba en la cafetería.
El castaño me tomó del cuello de mi camisa, tomado con fuerza.—No te acerques a el..—
Es fue una amenaza.
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¿Destino o casualidad?
Fanfiction-Nunca te dejare. -¿Lo prometes? -Con mi vida. El lo había prometido, pero, me dejo, sólo, a la deriva. Un promesa es una promesa, no importa el tiempo ni el espacio. Una promesa hecha con el corazón se debe cumplir, aunque eso implique desafiar las...