Capítulo 8

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Bajé de la moto rápidamente y me despedí.

-Gracias, fue un lindo gesto.

-De nada –miré hacia mi casa. ¿Estás sola? Las luces están apagadas.

-Oh, es normal. Siempre estoy sola. Bueno, ya me voy, gracias por traerme.

Entré a mi casa, cerré con llave y me fui a acostar. Estaba tan cansada que ni siquiera me molesté en encender las luces. Me lancé a la cama de un salto y me acomodé entre las sábanas.

-Buenas noches, belleza –me di vuelta y vi a Elliot recostado junto a mí.

-¿Qué demonios estás haciendo aquí? ¿Cómo entraste? –Grité enfurecida.

-Ya que estás sola vine a hacerte compañía.

-Aún no contestaste mi otra pregunta: ¿cómo entraste aquí?

-Un mago nunca revela sus trucos.

-Lárgate.

-¿Y dejarte aquí sola? Ni hablar.

-Entonces vete al diablo.

-Luego de que amanezca, belleza.

Se dio vuelta y me abrazó.

-No te pases- le dije y quité su brazo de encima de mí.

De alguna manera dormí tranquila y desperté radiante. Elliot incluso, me sorprendió haciéndome el desayuno, que yo engullí con gusto.

-¿Dónde está tu madre?

-Salió con su estúpido novio. Prácticamente vive con él. Ni siquiera lo conozco, lo único que sé de él es que se llama Robert y tiene un hijo bastardo.

Elliot tosió:

-Es mi padre.

-Oh, lo siento- dije realmente arrepentida.

-No lo sientas. Él es un estúpido y yo soy su bastardo- se quedó pensando un momento-. Olvidé que tengo que llegar más temprano a la escuela para hablar con el director. ¿Te importa ir sola?

-No, no hay problema- dije, aunque no me tragaba su historia-. Nos vemos en la escuela.

Asintió y se marchó.

Conociendo al enemigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora