Capítulo 2

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El día transcurrió lento y pesado. Mi mente estaba conectada al asesinato de mi padre. Brotaban de mi mente las mismas preguntas de siempre: ¿Quién fue? ¿Por qué?

La policía, al principio, creí que había sido un intento de robo pero nada en la casa faltaba, así que descartaron esa opción.

La segunda hipótesis fue al decir que podría haber sido una venganza, pero ¿quién se querría vengar de mi padre? Él era prácticamente un ángel.

En fin, al no obtener evidencias, la policía abandonó el caso como siempre hacen cuando no hay pruebas contundentes.

Cuando llegué a casa después de la escuela, me dormí. Ni siquiera comí. Dormí de la tarde a la madrugada. Me desperté a las 5 AM con tanta hambre que me hubiera comido mi propio brazo. Bajé a la cocina y devoré los restos de la cena que mi madre había dejado para que no muriera de hambre. Mientras devoraba los restos del pollo, oí un ruido que venía de arriba.

Fui primero a la habitación de mi madre para comprobar si tenía compañía. Vacía. Estaba completamente sola, como siempre.

Se escuchó otro ruido, venía de mi habitación. Caminé lentamente contra la pared para no tropezar -las luces estaban apagadas-. Tomé un cuchillo antiguo de la pared que perteneció a mi abuelo.

Entré rápidamente a mi habitación y encendí la luz con cuchillo en mano.

Nada.

Todo estaba en su lugar. Debí imaginarlo todo. Probablemente deliraba por la falta de sueño.

Me senté sobre la cama para pensar. Estiré los brazos y me pinché el dedo índice de la mano izquierda.

Había una rosa sobre la almohada, acompañada por una nota impresa que decía:

                                      ME MUERO POR VERTE.

Conociendo al enemigo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora