first kiss ✧ chaelisa

Capítulo 5.

Adore U-Seventeen.

Lisa me había llamado al teléfono fijo de mi casa esta mañana, su padre tenía turno de tarde de noche en la fábrica y su madre tenía que cuidar de su abuela esta noche y se había disculpado conmigo por no poder salir hoy y mis planes se habían estropeado y lo primero que se pasó por la cabeza fue ofrecerle mi ayuda para cuidar a su hermana pequeña.

No quiero fastidiarte el sábado más y que tengas que cuidar de mi hermana también.

No lo haces, quería pasar el día contigo y de todas maneras tu hermana me adora.

Escuché la risa de la pequeña al otro lado de la línea y realmente pensé en el principio de todo. Todo había cambiado incluso en mi manera de ver las cosas y la situación también era distinta.

Estoy allí en un rato.

Metí en mi mochila mi pijama y un par de cosas más y me despedí de mi madre que al mencionarle que me quedaría con Lisa solo sonrió y asintió.

Llegue en unos quince minutos y miré el reloj y eran las seis de la tarde, escuché voces y algunas risas dentro de la casa y vi como la hermana de Lisa la abría.

Hola Rosie.

Se abrazó a mí y la cogí en brazos cerrando la puerta de casa. Lisa estaba en la cocina de espaldas mirando algo en el horno preocupada hasta que este pito y lo abrió sacando una bandeja y baje a su hermana al suelo.

Estaba haciendo galletas, pero se han quemado.

Su hermana empezó a protestar y me quité la mochila dejándola en el suelo viendo como las dos hermanas discutían.

¿Y si lo intentamos de nuevo?

¿Sabes hacer galletas?

Mejor que tú seguro.

Aveces la hermana de Lisa me sorprendía, solo tenía 7 años pero parecía una niña de 9 por su altura y su manera de hablar.

Entre las tres empezamos a hacer las galletas aunque la hermana de Lisa solo nos daba ánimos así que Lisa y yo empezamos una guerra con la harina y hasta su hermana acabó con la cara blanca. Después de un rato las galletas estuvieron listas y la verdad es que no salieron tan mal.

Ya eran las siete y nos sentamos en el sofá a ver una película.

Yo voto por ver Frozen.

Acabamos viendo Frozen y ya era la sexta vez que veía esa película con Lisa. Ninguna de las dos hermanas apartaba la vista de la televisión y aveces miraba de reojo a Lisa que sonreía con las escenas de Olaf al igual que su hermana.

Cuando la película acabó, Lisa y su hermana comenzaron otra pelea porque la pequeña no quería bañarse, yo miraba todo sonriendo desde el sofá y a pesar de que Lisa fuera otra niña pequeña, ejercía bien su papel de hermana mayor.

Oye Zoe, si te bañas y no tardas mucho, preparo pizza.

La pequeña me miró ignorando a su hermana y asintió frenéticamente, Lisa me miró y negó subiendo con su hermana al baño.

Yo me dirigí a la cocina y de repente sentí la mano de Lisa en mi hombro.

No hace falta que la hagas, mi madre me ha dejado dinero. Podemos pedirla y después ponerla en un plato.

Empecé a reír y asentí y llamé a la pizzería encargando un pizza familiar y llego en unos 10 minutos, cogí un plato del armario y puse un poco de harina en la encimera para que pareciera que de verdad había sido yo la que lo había preparado.

En un abrir y cerrar de ojos, Zoe la hermana de Lisa, estaba sentada con el pijama puesto y mirando la pizza con los ojos abiertos, Lisa bajó después con el pijama puesto también y recordé que yo todavía iba vestida como antes y subí con la mochila a cambiarme.

Realmente me había pasado casi toda la tarde callada, al igual que Lisa y la única que hablaba era su hermana, cuando nos sentamos a ver la película y me senté al lado de Lisa podía ver que estaba nerviosa pero no sabía porque, ya debía estar acostumbrada a que me sentara junto a ella.

Cuando me cambié bajé y vi a las dos hermanas comiendo la pizza, mientras que la pequeña tenía la boca con algo de tomate. Me senté al lado de Zoe y Lisa me dio una sonrisa y yo se la correspondí.

Te quedo muy rica la pizza Rosé, casi parece la que mamá compra.

La mayor se limitó a intentar no reírse y la pequeña fue la primera en acabar. La dejamos ver la tele un rato antes de irse a la cama mientras que yo y la rubia recogiamos todo.

Cuando acabamos, su hermana se había quedado dormida en el sofá y la cogí en brazos para llevarla de nuevo a su habitación.

Espera un momento, listo.

Lisa destapó las sabanas y Zoe se abrazó a un peluche de un perrito y apagamos la luz y fuimos a la habitación de la rubia.

Siento el día de hoy, de verdad.

La miré y negué y me senté en su cama mientras que ella estaba de pie enfrente mía.

No lo sientas, no ha sido culpa tuya.

La pequeña me miró sonriendo y me tendió las manos para que me levantase, enseguida noté como entrelazaba sus manos con las mías y intenté relajarme ya que no sabía a donde llegaría la situación.

Abrió su ventana y señaló al cielo. Alcé mi vista observando lo que me quería mostrar y vi que la luna estaba llena.

Tengo sueño.

La miré riendo y tiré de ella y la llevé a su cama, observé como se metía dentro y cuando fui a salir de su habitación escuché su voz.

No te vayas, quédate aquí.

Respiré hondo y volví a entrar en la habitación, cerré la puerta con cuidado y noté como Lisa se hacia a un lado para que yo pudiera dormir ahí.

Buenas noches Chaeng, te quiero.

Aveces me preguntaba como una persona podía tener tanto amor y bondad en su cuerpo, y siempre que miraba a Lisa sabía el porque. Todo en ella era perfecto, incluso sus ojos y estaban cerrados, sus musculos estaban relajados, y con la pequeña luz que entraba por la ventana la veía dormir.

Acaricié su cara, intentando no despertarla y miré sus labios por unos segundos. Mi cara estaba justo enfrente de la suya y la menor abrió sus ojos viéndome, me sorprendí y justo cuando iba a apartarme, sentí su mano acariciar mi mejilla y sus labios besar los míos.

Cerré los ojos y pusé mi mano encima de la suya, disfrutando de aquel beso, el beso con el cual llevaba soñando demasiado tiempo.

Gracias por dejarme ser tu primer beso.

La rubia me miró sonrojada y se abrazó a mi como pudo, acarcié su cabeza.

Quiero que seas mi primer y último beso.

Sonreí y asentí.

Lo seré todo el tiempo que tu quieras, Lalisa Manoban. Te lo prometo.

[...]

Esto no ha acabado aun, esperen al Happy Ending.