Acosador (Otaburio/OtaYurio) [PAUSADA]

Gato

¡Mierda! ¿En que me eh metido?.

Dios, ¿Por qué me tiene que pasar esto a mí? Yo soy bueno... o eso creo, ¿Por qué? Aparte de que no me bendices con unos ojos hermosos me jodes la vida. A la verga voy a ser ateo.

Dirigí mi mirada al gato el cual parecía medio vivo y medio muerto, algo así como un gato zombi. ¡¿Cómo diablos quedo así solo por tropezarme con él?!.

- Ahora que hago contigo...- literalmente no sabía qué hacer con él.

Estoy en la escuela y recién voy por el tercer periodo. Bueno cuarto, recién acaba de sonar el timbre. Tengo que regresar a clases. Si me las sigo salteando se darán cuenta de mi ausencia.

- ¡Ya se!.- me pare y trate de esconder al gato dentro de mi casaca. Fue un poco trabajoso pero lo logre.

Abrí la puerta, mire a los lados y por suerte no había nadie. Corrí, claro sin tratar de hacer mucho ruido, hasta llegar al lugar en donde se hallaban los casilleros. Me dirigí al mío, la abrí, ¡y ahí estaba!.

- Que bueno que no la vote.- abrí la caja, y al abrirla resbalo una carta que cayó al suelo. La ignore por un rato ya que debía meter al gato rápido antes de que alguien me viera.

- Entra...- el gato no era tonto, todo el tiempo estaba actuando y ahora que vio que iba a dejarlo dentro de la caja se comenzó a mover como cucaracha.

- ¡Maldito gato!...- después de forzar un buen rato, por fin entro. La caja la asegure con cinta de embalaje y cerré mi casillero.

- Jajaja ¡siempre gano!.- recogí la carta que se hallaba en el suelo y la metí a uno de mis bolsillo de mi pantalón.- después te leeré carta de mi amada princesa acosadora.- dije y corrí a mi aula.

- Por favor que este ahí... Por favor que este ahí...- me decía mientras llegaba a mi salón.

Cuando llegue frente a la puerta de mi aula, me seque el sudor con la manga de mi casaca, toque mi camisa para ver si seguía mojado, lo cual ya no era mucho, y con mis manos empecé a arreglarme el cabello.

- Ahora si...- toque la puerta, y me quede esperando a que abrieran, lo cual no fue mucho.

- Disculpe la demora.- dije haciendo una reverencia.

- No te preocupes.- alce la mirada y pude observar su hermosa sonrisa. Es la más hermosa que eh visto.- eh... Pero... ¿Por qué llegas tarde?.

- Me sentía un poco mal.- respondí. No sé cómo reaccionaría al decirle que llegue tarde por un inútil gato.

- Si te sientes mal deberías ir a la enfermería.- siempre siendo tan amable, me encanta ese lado de ella.

- No se preocupe, ahora estoy bien.

- Esta bien. Por llegar tarde y por no avisarme como te sentías, hoy no hay dulces para ti ¿ok?.

- Me basta con estar en su clase.

- ¡Waaaaaaaaa!¡Eres tan lindo Otabek!.- dijo y me abrazo. Mi cara se quedó pegada a sus grandes pechos lo que hizo que me sonrojara. Me gustaría quedarme así para siempre- ¡Me gustaría casarme con alguien tan tierno como tú!.- y ¿Por qué no conmigo?.

- Hay que entrar.- dijo soltándome lo que provoco que mi interior llorara.

Cuando termino las clases de ingles, sonó el timbre de descanso.

- ¡Por fin!¡Christopher!¡Tenemos un problema!.

- ¿Eh?.- dijo volteando su rostro para mirarme.- Yo no eh hecho nada.