11

3.2K 471 46
                                    


Nagisa ya no sufría siempre esos ataques que le agarraban por culpa de la esquizofrenia que tenia. La falta de amor familiar fue reemplazado por el amor que le entregaba Karma al menor, que de alguna manera, funcionaba como un medicamento (Sin tachar el hecho que seguía tomando patillas).

Nagisa consideraba parte de su vida al psicólogo.

Pero nadie sabia si tambien era viceversa.

Ni el propio Nagisa.

Y eso hacia que lo poco que a logrado Karma sea absolutamente en vano.

-Madre...-

La madre imaginaria de Nagisa no se le veían los ojos, el menor nunca supo el porque, pero siempre esa mujer portaba una bella sonrisa mientras acariciaba los cabellos celestinos de su "hijo".

El padre ,que tambien no se le veían los ojos, tenia una sonrisa sin mostrar dientes y siempre portaba un diario en la mano, junto a unos caramelos si su hijo querido quería.

-Sucede algo mi niño? -

Para los oídos de Nagisa, la voz de esa gran mujer era lo mejor del mundo. Depende del tono que ella use, puede hacer que te sientas de una manera tan especial hasta tal punto de experimentar emociones no antes vistas.

-Me enamore -Hablo cerrando los ojos el peliceleste apoyándose en el hombro de su quería madre.

Que bruscamente fue apartado.

-TE DIJE QUE NO, TIENES PROHIBIDO ENAMORARTE-

Y como ya habíamos dicho antes, la voz de la madre imaginaria de Nagisa podría hacerte sentir emociones nunca antes vistas. Para Nagisa, un extraño temor hacia esa mujer que hacia te temblara.

-P-Pero-

-Ahg -Soltó en un gesto la mujer sentándose al lado del padre bruscamente por culpa de la molestia.

-No nos hagas enojar pequeño -Suspiro el hombre masajeándose las cienes con una mueca de enojo.

-E-Él es perfecto... Porque no me dejan enamorarme? Eh? Ya estoy por ser mayor de edad! -Se quejo Nagisa con gran enojo, ya sentía que no solamente le prohibían enamorarse, si no, sentía que le estaban arrebatando su libertad.

-Nagisa -

La mujer que no se le veían los ojos, ahora si lo hacían. Y Nagisa hubiera preferido mil veces mas que sea como antes, porque los ojos de la mujer, eran de un rojo vivo que parecían que se iluminaban. Su aspecto empezó a cambiar y de apoco se convertida en una clase de sobra negra humana. El padre no se quedaba atrás tampoco, se estaba convirtiendo igual que la mujer.

-Hijo...-Hablo con voz grave el hombre- Te mostraré quienes son los demonios que tendrás que respetar.

Tu verdadera Realidad, Nagisa (Karmagisa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora