Epílogo

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Todo terminó, qué más se puede hacer. Sí ya nadie sufre de una calamidad, el alivio se sentía en los aires, una vez más todo era tranquilidad... como lo recordaba.
Mamá consiguió un departamento para vivir, por otras razones debíamos dejar la casa de la abuela. Alan y Diana nos ayudaban con el equipaje, la abuela aún no entendía la razón de nuestra despedida, simplemente era la decisión de mamá.
—Creo que es todo —dijo Alan terminando de acomodar las cosas en el auto — . Todo listo para la despedida.
—¿Segura que te vas a ir? —preguntó Diana.
—Eso creo, es un cambio que debo aceptar.
Los chicos no estaban convencidos de mi partida. Todo mejoró y no es razón de escapar de la paz. La abuela suplicaba a mamá de quedarse en casa, su respuesta insistía en ser "no", pues su ayuda ya era suficiente y no queríamos ser malagrecidas. La única forma de agradecer era despidiendonos de la abuela y dejando los recuerdos una vez más. Mamá cerró la cajuela y abrazó a la abuela, en cambio ella, le dio la bendición para que volvamos a visitarla otra vez.
—Bien. Al parecer eso es todo —comentó Alan.
—Sí. Todo ya está en su lugar, todo se volvió justicia. Aunque... todo será melancolía — argumentaba Diana con mucha tristeza.
—Diana, no te pongas así. Les prometo a los dos que los veré otra vez, en el mejor momento —les prometía esperanza, pues no toleraría una triste despedida.
Gritaba mamá, pues ya era la hora. Los abrazé  a los dos, me acerqué con la abuela para abrazarla pero sólo me dio un beso y la bendición; " Te voy a extrañar"  fueron las palabras que escuché de ella. Subí al auto, se arrancó a manual y aunque nos alejábamos me despedía de los chicos.

Para ambientalizar el paseo, mamá puso una canción de mi banda favorita... Yesterday, de los Guns.
Miraba al cerro del Muerto detrás de nosotras, sintiendo el viento chocar con mi rostro. Extrañaré la residencia, una vez más dejaré melancolías en ese lugar. Pero lo que más extrañaré será a Julio; viendo como los rayos del sol del atardecer se bañan con las nubes, pues Julio me miraba, sentía su compañía, lloraba por su muerte pero me alegraba por perdonarme... Me alegraba por ser su amiga.

Desearía ser tu amigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora