‼️ALERTA DE SMUT‼️
Si eres menor de 12 años, o que se yo, no leas esto xdxd no me hago responsable de traumas. Están advertidos. Oh si, es HT🙂🌚✨✨✨✨✨
Andrew ya había terminado su turno, Harry era el siguiente en tomar el puesto de vigilancia, tenía sueño, pues había tenido un día pesado la Universidad y no le había dado tiempo de tomar su siesta.
— ¿Ya cenaste? — preguntó Andrew y Harry negó.
Su amigo le tendió un sándwich de pollo que guardaba en su mochila y Harry lo devoró.
Trabaja en la casa blanca, sí. La casa donde vivía el Presidente de los Estados Unidos de América.Bueno, el Presidente, su esposa, su hija Danna y su sobrino; Louis Tomlinson.
Harry lo había visto ya, pero ese chico de orbes azules era presumido, renegón y caprichoso. Se quedó huérfano desde muy pequeño, por eso el Presidente lo adoptó a su familia, cuando su hermano murió.
Andrew suspiró y bebió de su café.
— Antes de irme debo decirte algo...
Harry levantó la mirada y acomodó su mochila en el suelo. Puso los pies encima de la mesa donde estaban las pantallas que proyectaban el contenido de las cámaras de seguridad.
— Hoy volví a ver a Louis.
— ¿Eh?
— Se estaba masturbando otra vez, en su habitación y mira que siempre tengo apagada la cámara de ese cuarto a la hora que llega, porque siempre es tan incómodo escucharlo gemir.
Harry rió con ganas.
— Es una zorra Harry, se mete los dedos, probablemente hasta la garganta.
— Oh, cielos — hizo una mueca. — Calla, que horror.
— Tiene un dildo ahí escondido, y no es solo eso lo que me preocupa.
— Déjalo, está en su etapa de calentura.
— Él gemía tu nombre, Harold. Lo hizo como una putita hasta que no soporté verlo más.
Se puso serio y palideció.
No iba a admitir ante Andrew que la sola idea le parecía terriblemente excitante.Louis tenía un cuerpo precioso, curvas, piernas rellenas y culo grande. Además tenía una mirada con chispa que en serio lograba encenderlo.
Y enterarse de que gemía su nombre, lo volvía loco.
Andrew tronó los dedos frente a su rostro y lo miró.
— Bueno, hermano, ya me voy. Mi hijo espera y tengo que llevarle algo de cenar.
— Vale — suspiró. — Buenas noches, vete por la sombra.
Su amigo se rió y salió de aquel cuarto.
Harry tuvo que aguantarse las ganas de masturbarse. A las dos de la mañana vio a Louis bajar por las escaleras principales, siempre tomaba bocadillos a esa hora y Harry disfrutaba verlo comer.
Tenía sed, y probablemente esa era la mejor excusa existente. Se colocó las botas y salió del cuarto en silencio.
Estaba en el primer piso, por lo tanto no le llevó ni un minuto llegar a la enorme cocina.
Louis estaba comiendo pastel, recostado perezosamente en la mesa blanca. Harry tragó saliva al verlo, sabía que no habría salida.
— Oh — dijo en cuanto sus ojos se cruzaron. — Solo vengo a tomar un vaso de agua.
Louis puso los ojos en blanco, se lamió los dedos y le sonrió forzadamente.
— Sí, claro, grandote.
Harry ocultó una sonrisa, abrió la nevera y Louis tomó la botella de leche.
— Siempre me da hambre a ésta hora.
— ¿Qué hace usted despierto a ésta hora?
Louis fue quién palideció ahora.
— Estudiar — mintió. — Me concentro más a las dos de la mañana.
Harry bebió y se atragantó al ver a Louis con la botella de leche en los labios. Sus comisuras se llenaron del blanquecino líquido y los pensamientos de Harry eran muy impuros.
— Ya me voy — se apresuró a decir.
Louis tiró la botella de leche y se agachó frente a él.
Santo cielo, llevaba bragas debajo de la camiseta enorme que estaba usando, bragas transparentes. Harry se mordió los labios.
— Ay, soy tan torpe.
Harry lo tomó de las caderas, lo estrelló contra la barra principal y Louis sonrió con malicia.
Siempre obtenía lo que quería.
— Me dijo Andrew que te escuchó gimiendo, putita. Estabas gimiendo mi nombre.
Louis le acarició el miembro por encima de los pantalones negros.
— Todas las noches, papi — murmuró y lo miró con inocencia. — Cada noche me toco pensando en ti, y ya estaba soñando con este momento.
— ¿P-papi? — titubeó.
— Así es — lo hizo gemir cuando tomo su polla fuera de sus pantalones. — Siempre te imaginé grande, papi. Pero no tanto.
Harry le dio la vuelta y le bajó las bragas.
— Ya estás abierto, ¿verdad? — preguntó y no obtuvo respuesta. — Te hice una pregunta, Louis.
Recibió un azote en el culo y su polla lo sintió.
— Sí — gimió. — Métemela, papi. Por favor.
Harry gruñó y lo embistió con fuerza.
No iba a ser delicado, Louis no quería que lo fuera. Lo podía sentir en sus malditos poros.
Sus caderas se balancearon haciendo a Louis retorcerse.
Gritó cuando la polla del más alto rozó su próstata y Harry le cubrió la boca.
— No, no putita. No hagas ruido o me corren de aquí.
Le puso los dedos dentro de su boca y Louis los chupó.
Minutos después, le presionó los glúteos y Louis pegó la cara a la fría barra. Harry se corrió dentro de él y luego se sintió desmayar.
— Oh, sí. Papi, córrete para tu putita.
Harry sonrió y lo sintió llegar.
Louis puso los ojos en blanco. Se sentía en el cielo.El rizado se acomodó los pantalones. Del suelo tomó las bragas de Louis y se las puso en el bolsillo.
— Limpia la leche, niño bonito.
Louis se rió y le dio una mirada engreída.
— Ya obtuve la única que quería, papi.
Escritora: Ana Rusell
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