Capítulo 18

962 66 28
                                    

Allison se encontraba en un lugar oscuro. Hacía un frío terrible que le atravesaba la ropa y se le clavaba en los huesos como una cuchilla de hielo. No parecía haber puertas o ventanas, en realidad no parecía haber ni paredes. Allison sentía sólo vacío a su alrededor. 

- Allison- dijo una voz femenina. Allison la reconoció inmediatamente, pero no puedo ver de dónde procedía

- ¿Mamá?-

- Allison- repitió la voz de Victoria Argent

- ¡Mamá! ¿Estás aquí? ¡Mamá!-

Una luz se abrió paso detrás de Allison. Ella se giró lentamente y tuvo que entrecerrar los ojos para que el gran flash de luz blanca no la cegara. Cuando su vista se adaptó, pudo ver claramente quién se encontraba en la entrada de esa luz. O más bien quiénes. Su madre estaba la primera, y más adelantada que el resto del grupo. Detrás de ella se hallaban rostros conocidos: Erica, Boyd y Aiden. 

- ¿Qué...?- comenzó a preguntar Allison, pero no puedo acabar. No sabía exactamente qué preguntar. Estaba demasiado ocupada procesando lo que estaba viendo.

- Allison, cariño- dijo su madre- soy yo-

- Mamá, tú no... tú no puedes... mamá, estás muerta- miró hacia las tres personas que estaban detrás de su madre- todos lo estáis-

- Sí, Allison- intervino Erica- por eso estamos aquí. No puedes venir con nosotros, aún no. No era tu momento hace un año y medio, ni lo es ahora-

- Pero si os estoy viendo... ¿me estoy muriendo?- dijo Allison. Comenzó a respirar pesadamente, algo le estaba oprimiendo el pecho

- Te has dado un golpe muy fuerte, Allison, pero te están ayudando- esta vez fue Aiden quien habló. Allison no pudo evitar sentir una ráfaga de pena por él. Cuando ella casi había muerto, Erica y Boyd habían fallecido hacía bastante. Pero Aiden seguía vivo, y salvó a sus amigos al día siguiente con una de las flechas de plata de Allison, y por eso había muerto.

- Aiden yo... si no hubieras tenido aquella fecha...-

- Allison, sin tus flechas habríamos estado acabados. No tienes que disculparte por nada. Tú también perdiste mucho aquella noche-

Allison asintió. La opresión de su pecho se estaba haciendo cada vez mayor. Se llevó la mano al corazón, intentando que el dolor disminuyera, pero no lo hizo.

- ¿Y qué hacéis aquí? ¿Por qué... por qué os veo? No os vi la otra vez-

- Como ha dicho Erica- dijo Boyd- aún no es tu hora. Lucha, Allison. Tienes que luchar. Por ti, y por ellos-

- Tienes que volver con tu padre, Allison- siguió Victoria- no puedes dejarle aún-

- Mamá, yo... tú te fuiste por el mordisco de Derek. Porque no querías convertirte en un ser sobrenatural. Y ahora...-

- Tú eres uno de ellos, lo sé. Pero ahora me doy cuenta de que, aunque no me arrepiento de mi decisión, tampoco os culpo a tu padre o a ti por la vuestra. Puede que yo deseara morir, pero ningún padre desea que su hijo muera. Ni siquiera por ser una kitsune-

Allison notó cómo las mejillas se le humedecían. Había empezado a llorar.

- Te echo de menos, mamá. Os echo a todos de menos. Boyd, Aiden, Erica... sé que quizás no tuvimos la mejor de las relaciones, pero de un modo u otro erais parte de la manada. Siempre lo fuisteis. Y lo siento. Boyd, siento no haberte protegido. Aiden, siento que tuvieras que ser tú quién usara esa flecha. Y Erica... siento tantas cosas...-

El regreso de AllisonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora