primero...

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Poco a poco la luz del lugar desaparecía y el pesado silencio recorria por todos los lugares de esa pequeña casa. Seung-gil permanecía en su habitación aún contemplando ese papel que le había dejado el moreno, incapaz de creerlo.

¿verdadramente aún quedaban personas así? Se preguntaba.

Pero ese silencio pronto se vio turbado por el sonido de la puerta siendo golpeada violentamente sacando de sus pensamientos al joven asiático; que termino levantando su vista a donde provenía el sonido, y encontrándose cara a cara con la persona que provocaba tal alboroto.

Era su madre...

Seung-gil ante la apariencia de la mujer pudo decir que se encontraba ebria, pues bamboleba los pies mientras que se acercaba a donde estaba el muchacho.

Había otra persona tras ella, la cual ingreso al lugar momentos después. Para Seung-gil fue imposible distinguir el rostro del hombre, o al menos fue así en un comienzo.
El hombre era apuesto, quizás demasiado como para ser el acompañante de su madre por esa noche; su semblante era galante y lo pulcro de su traje hablaba de más.

Ese joven hombre tenía dinero...

-Hola Seung-Gil...- La voz de este despedía un ligero aroma a alcohol, mientras en el verdor de sus ojos permanecía encabritada una extraña lujuria.

La hebria mujer, sonrió mientras le dedicaba una mirada cómplice al rubio adinerado que miraba a su "hijo" a la par que de sus labios salían las palabras:

"Un placer hacer negocios con usted señor giaccometti"

Y este únicamente se encargaba de escuadriñar al coreano

...

Phichit:
Al día siguiente no apareciste  por ninguna parte.

Realmente tenía la esperanza de poder hablar contigo...

La primera clase pasó lenta y tortuosa, tanto que ni siquiera pude concentrarme en ninguno de los temas. Pues en mi pequeño deseo de verte siempre estaba el que tú aparecieras a la siguiente.

Así pasaron las primeras cuatro clases y mis esperanzas de que llegaras se desvanecían. Incluso llegaba a pensar que estas me abandonaban para irse a donde quiera estuvieras ...

Yuuri mantuvo un semblante serio, podía sentir su mirada sobre mi cada vez que me perdía mirando el umbral de la puerta y cada vez que me giraba para verlo sonreía, sin embargo el no se alegraba siquiera un poco. Eso me llevo a pensar que tal vez estaba enojado.

el niño de las estrellas... [SeungChuChu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora