prefacio Seung-gil lee

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Despierto por la mañana, inhalando profundamente, casi con resignación.

Acabo de despertar una vez más en este lugar...

Me pongo de pie mientras escucho el sonido de la duela crujir, esta casa nueva, esta habitación a la que aún no logro acostumbrarme. Las cosas están revueltas sobre ese pequeño escritorio, mis objetos de dibujo, los colores y el enorme cuaderno, todos, yacen nuevos esperando a ser usados.

Camino al pequeño cuarto de baño con la esperanza de encontrar un poco de calma en el agua fría...
Aunque muy dentro de mi se que ya no hay calma para nadie dentro de esta casa...

.....

El chico de cabello azabache bajó despacio los escalones mientras cargaba su mochila. Su rostro mostraba una pequeña expresión de desasosiego, preguntándose a si mismo que clase de problemas le vendrían ahora. La visible resignación estaba dibujada en su rostro y se hacia cada vez más notoria en su andar.

Seung-gil realmente no espera ver a nadie allí, pero prontamente se sorprende, al ver la silueta de su madre sentada en la mesa con la que contaba el reducido espacio de la cocina.

-Buenos días...

La voz del muchacho parece apenas un hilillo de sonido, la mujer por otra parte le ignora mientras revuelve con una cuchara el café negro que posiblemente tomará como todas las mañanas, el rostro de la mujer detona una amargura indescriptible.

Seung-gil ya no puede sentir nada, a decir verdad se ha acostumbrado a esa clase de situaciónes. Le dedica una última mirada a la mujer, mientras se despide utilizando el mismo tono con el que había saludado a la mujer. Esta se lleva un cigarrillo casi acabado a los labios mientras lo mira y es cuando el joven azabache se da cuenta del enorme moretón que llevaba la mujer en su rostro.
Permanece estático unos momentos incapaz de retirar la mirada del negrizo ematoma que llevaba la mujer cerca de su pómulo.

La mujer a perdido la paciencia y el coreano se da cuenta del hecho casi al instante. Un grito horrible es proferido por sus labios. Fragmentos de cerámica se esparcen por el suelo.

-LARGATE!!!

El chico corre a la salida al escuchar como esta acaba de lanzarle la taza con el café hirviendo. Afortunadamente el liquido caliente no logro tocarlo o de lo contrario habría desencadenado una secuela de situaciones desagradables.

Salió de la casa, sintiendo el frío clima recorrer sus mejillas erizando los vellos de su nuca, esa sensación le recordó mucho su infancia, cuando salía de casa sin un suéter y su madre salía preocupada sosteniendo uno para él.

Una pequeña sonrisa invadió su rostro a la par que sus tristes ojos miraban sus pies. Lamentablemente esos días se habían perdido, y no quedaba siquiera un vestijio de la mujer que pudo ser antes su madre...
Desde que su padre los abandono esta mujer había caído en los excesos; se tiñio el cabello de rubio y comenzo a maquillarse de una manera vulgar. Salía muy temprano por la mañana y regresaba a muy altas horas de la madrugada.

Definitivamente seung-gil había perdido a su madre y se había ganado una triste vida junto a una prostituta a la cual seguía nombrando mamá...

...

En el camino al instituto su mente divagaba en posibles opciones para no pasar tiempo en esa casa, quizás buscar más clases en ese lugar, pasar tiempo en la biblioteca local o tal vez buscar un trabajo, por ahora necesitaba dinero y cualquier ingreso extra podría servirle.
Los estudiantes ingresaban al lugar, y seung se hacía de pasos cada vez más lentos como si no deseara llegar.

el niño de las estrellas... [SeungChuChu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora