"Todos tenemos un ángel, un guardián que nos protege. No podemos saber qué forma tomarán. Un día es un anciano, al día siguiente es una niña. Pero no dejes que las apariencias te engañen. Pueden ser tan feroces como cualquier dragón."
...
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Narra Ailish.
Casandra tenía razón, lagrimas se deslizaban por mis mejillas, no era tiempo de llorar, soy un ángel mi deber es proteger a la humanidad no importa si muriese por ello.
- ¿Qué haremos? - preguntó Idris quién con ayuda de Nix y Arek fue liberada de las cadenas.
- ¿Este es el fin? - mencionó William, mientras veía como los demonios entraban al mundo mortal.
- No, no lo permitiré - mencione mientras sacaba mis dagas.
- ¿Qué harás? - preguntó Arek
- Lo necesario para salvar a la humanidad - salí en busca de Lucifer.
Narra Arek.
Estaba preocupado por ella, haría todo lo que estuviera a su alcance.
- Vamos chicos - Habló Caleb mientras caminaba en dirección a los demonios, los demás chicos desplegaron sus alas incluyéndome, este no sería el fin.
Narra Ailish.
El cielo se tornó rojizo, las nubes tomaron un color grisáceo, se veían los rayos caer.
El fin y la destrucción había llegado
En ese momento haría todo por salvar a la humanidad.
Veía como rayos de luz caían del el cielo, serafines, querubines, tronos y arcángeles se unía contra esta guerra.
- ¡Lucifer! - grité, no había rastro de él o eso pensaba hasta que oí un gruñido.
Un dragón Negro salía de los escombros de los edificios, sus ojos rojos causaban terror a los que lo vieran, a través del fuego que escupía se podía escuchar los gritos desgarradores de sus víctimas, iba a sacar mi espada, pero escuché mi nombre.
-Ailish, nosotros nos encargaremos - hablaron los arcángeles, así que fui a buscar a Julieth.
Recorría cada rincón del castillo y no había rastro de ella, hasta que recordé que Lucifer la había llevado a una sala. Al llegar se encontraba Joseph y Casandra con Julieth.
- Ailish, sabes que hacer - mencionó Casandra a lo que yo asentí.
- Julieth estará bien - Habló Joseph.
Fui al centro de toda esta guerra, veía como los chicos estaban luchando como todos los ángeles se estaban sacrificando para salvar la humanidad.
No quería que más ángeles o criaturas murieran solo por no hacer una simple tarea, guiar y cuidar a Julieth, volví a mirarlos ellos no se merecen esto.
Los chicos miraron hacia donde estaba, al principio no comprendieron lo que iba hacer hasta que vieron la daga que tenía en la mano, rápidamente dejaron de luchar para dirigirse hacia mí.
-No lo hagas - Mencionó Isa mientras contenía las lágrimas, los demás solo miraban como si estuvieran en un trance.
-Los quiero - Volvieron las lágrimas, sollocé y cerré mis ojos, no podía, no podía hacerlo sola, volteé a ver a Arek quién también estaba tratando de mantenerse firme. - ¿Me ayudas? - Arek comprendió y se acercó a mí.
Me dio un beso en la frente y me susurró - Eres el ángel mas fuerte que he conocido, te extrañaré - eso hizo que sollozara más, me aferré a él. - ¿Lista? - asentí.
Miré por ultima vez a los chicos y empezó esa tranquilidad, poco a poco empecé a cerrar los ojos, cayendo a un profundo sueño en el cual nunca despertaría, lo último que escuche de parte de Arek fue: Lo lograste, salvaste a la humanidad, fue agradable, sabía que mi sacrificio no era en vano, ahora todo era paz.
Narra Arek.
La vi desvanecerse en mis brazos, volteé a ver a los chicos todavía estaban en shock fui hacia donde estaban ellos y los abracé.
-Siempre estará con nosotros - mencionó Félix. - Vamos chicos, tenemos que ir con Julieth.
