Capítulo 4: Happy birthday

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Tamaki guardaría por siempre aquel recuerdo.


Tan vivido como si hubiera sido ayer.


Y era como ser niño otra vez.


Con el nerviosismo a flor de piel, con el temblor gobernando y la incapacidad de expresarse de forma normal. Congelado por emociones que nunca antes había sentido.


Para Tamaki que nunca antes había tenido amigos, saber que aquel día era el cumpleaños del chico que a pesar de su nula presentación, cuerpo oculto en el pupitre e incapacidad de confiar en si mismo, había llamado su nombre como si él fuera alguien especial, era un acontecimiento que en su corazón era digno de celebrar.


Pero para alguien que jamás había hecho amigos, no había mucho que pudiera entregar.


Y las palabras se atoraban en su garganta y no sabia que hacer.


Si tan solo su Quirk fuera expresarse con claridad, sin temor... Dar una simple felicitación.


Y Mirio sonreía con todos a su alrededor, como un sol en todo su esplendor. Y era difícil no enceguecer.


"¡Hoy es el cumpleaños de Togata, Amajiki!"


Y Tamaki asentía tímidamente algo que ya sabía, con ojos que miraban al suelo, labios sellados y dedos que jugaban entre ellos.


Mirio que parecía no tenerle miedo a nada, merecía algo mejor.

Y cada palabra tartamudeada parecía congelada en el tiempo.

Derritiéndose lentamente a causa de mejillas ardiendo.

Tamaki que jamás había hecho algún amigo, no tenía nada que pudiera pensar en entregar.


"¡Fe... Fe... Feliz cumpleaños, Togata-kun!"


Y las palabras que salían a tropezones, terminaban precipitándose en una caída libre, muy rápidas, sin freno. Con brazos que se abrían sin que pudiera antes pensar.


Su primer regalo había sido estrechar a Mirio en un nervioso abrazo, con ojos cerrados, puños apretados y rostro ardiendo. Aguantando la respiración, mientras escuchaba el silencio que se formaba a su alrededor.


Y cada año recordaría aquel vergonzoso y precipitado momento.


Como si hubiera sido ayer.

Con los brazos de Mirio estrechándolo de vuelta, mientras reía.

Con su inútil intento de no escuchar como los demás envidiaban el regalo de Togata.

Con su incapacidad de volver sus mejillas a su color habitual.

Con la incapacidad de Mirio de volver sus mejillas a su color habitual, sin dejar de sonreír, mientras el día avanzaba.

La amistad es algo poderosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora