Él se encontraba delante de su puerta, temblando de los nervios, toco el timbre. Los quince segundos que ella se demoró en abrir fueron inmensamente eternos para él.
El rostro de ella demostraba absoluta sorpresa al verlo vestido tan elegante y con un ramo de rosas rojas.
Pasaron una tarde llena de diversión y amor...
Aún no se animaba a hacerle la pregunta, temía y mucho.
Decidido, sacó del bolsillo de su saco una pequeña caja con un anillo de compromiso.