Miércoles.
Camila.
Las clases en el instituto habían empezado nuevamente. Estas pequeñas vacaciones que tuvimos me las pase echada en la cama, haciendo absolutamente nada, sin tener que preocuparme por nada.
Solo me levantaba para comer e ir al baño, era tan feliz.
Llegue tarde al instituto, los pasillos estaban casi solitarios, solo había unos cuantos chicos que al igual que a mi, se les había hecho tarde y justo iniciando cursos.
Iba caminando por el pasillo del instituto con la mirada hacia el suelo, saldría al patio un rato y después me iría clases, faltaba poco para que terminara la primer hora que perdí. Mientras salía vi al extremo más lejos del patio un grupo de chicos, camine hasta llegar allá y había un chico al que le estaban tirando una bandeja de comida en la cabeza, el círculo de chicos que estaba alrededor de esta "exhibición" solo se reía, me acerqué mejor para ver lo que estaba pasando y yo ya no sabía si reír por la manera en que una chica trataba de detener esto o llorar porque no podía y el chico seguía siendo embarrado por comida.
-¡DIOS LOS ESTÁ VIENDO PECADORES! -gritaba a más no poder una chica de corta estatura, creo que compartimos una clase.
Las risas eran incontrolables y el chico estaba lleno de comida de pies a cabeza, parecía que de un momento a otro empezaría a llorar, porque si, los chicos también lloran.
-¡Tienen que rezar al menos 20 aves Marías después de esto! -mencionó un poco más tranquila pero aún así con la voz algo alta, se veía algo frustrada por no poder hacer nada.
-¡¿Qué creen que hacen?!
-Nada que... -cuando me miro lo reconocí, era uno de los mejores amigos de Luis. Era Bellamy. -Camilita, que sorpresa.
-Y-y-yo... -me quede en silencio un momento bajando la mirada a mis manos. -...solo deberías dejarlo, le has hecho un desastre en la ropa.
-¡Al fin, alguien que sabe que esto está mal! -exclamo la chica de corta estatura. Era de verdad pequeña, incluso me sentí alta por unos segundos.
-Solo deberías dejarlo. -levante la mirada con la esperanza de que alguno de los chicos que nos miraban entrará en conciencia y nos ayudará con Bellamy.
Bueno, eso no iba a pasar. Todo el instituto le tenía miedo.
-Y si no quiero ¿qué? -amenazo con una sonrisa burlona mientras tomaba una botella de jugo y tiraba el contenido en el cabello del chico.
-Llamaré a los p-p-pro-profesores. -susurre mirándolo con algo de miedo, las peleas no eran lo mío, ayudar a la gente si y eso estaba intentando hacer.
-Debes estar de broma.- comenzó a caminar hacia mi. -Si quieres también acúsame con tus papás y diles que Bellamy te está molestando y no puedes defenderte porque eres muy idiota y ta-ta-tartamuda.-
Tan rápido como termino de hablar me dio un golpe directo en la nariz con todas sus fuerzas, el golpe fue tan fuerte que incluso escuche el crujir de esta, mi vista se nubló, me lloraron los ojos y sentí un líquido bajando por mi nariz hasta llegar a mi boca, definitivamente me la había roto. Caí de espaldas al suelo con un dolor indescriptible en la nariz. Me sujeto de la playera, lograba visualizarlo a pesar de las lagrimas y el dolor.
-Más te vale que aprendas a no meterte donde no te llaman Camilita- menciono con enojo.
Me soltó bruscamente y pateó mi estómago, una, dos, hasta tres veces, me quito el aliento, estaba encogida de dolor y cuando sentí que me golpearía de nuevo cerré los ojos fuertemente, ya no quería sentir, pero entonces el golpe nunca llegó, escuchaba voces, pero ya no había golpes, abrí levemente los ojos y vi unas manos que lo empujaron con suficiente fuerza como para que cayera de espaldas. Lo tomaron de la misma manera que el me tomo de la playera hace unos minutos y lo golpeó contra el pavimento.
-Hey, hey, ¿estas bien?- susurraron, se me dificultaba ver, me sentía mareada, aún veía borroso y me costaba recuperar la respiración.
-S-si, solo necesito un segundo... -coloque mi mano tratando de detener la sangre que salía de mi nariz.
-¡¿TODOS AQUÍ VIERON COMO LA GOLPEABA Y NO HICIERON NADA, ACASO SON IDIOTAS?! -logre visualizar como señalaba a la gente que aún había a nuestro alrededor. -¡SERÁ MEJOR QUE SE VAYAN AL IGUAL QUE BELLAMY O VOY A GOLPEAR A CADA UNO DE USTEDES!- la voz ahora se dirigía a mi, estaba más calmada y casi eran solo susurros. -Bien, todo está bien ahora, ¿quién necesita entrar a clases? Nosotras, definitivamente no, vamos, vendrás conmigo y te curaré el rostro.
-No, no... Espera, ¿q-quien eres?
-Tranquila, aún estás desorientada, soy yo. -sentí sus manos sujetarme de las mejillas para que lograra verla de frente.- Mírame, soy yo, soy Lauren.
Asentí levemente y entonces todo se volvió negro.
//Me gusta el nombre de Bellamy.
