¡Es un chico! [Parte 4]

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—...¡¿Karma-kun?! —con aquella opresión en el pecho, el chico dio rápidamente la vuelta para reencontrarse con su amigo— ¡Karma-kun!

Había demasiadas personas. Iba tan agobiado que ni siquiera evitaba chocarse con el resto de la gente.

A ver, cálmate —se decía para sí mismo— Karma-kun sabe cuidarse solo, no puede haberle pasado nada.

Inspiró y espiró varias veces para tranquilizarse.

—Bien —ya más calmado, se puso a pensar—. No puede andar muy lejos, seguro que está por aquí cerca.

Miró más detenidamente a su alrededor.

Karma-kun es alto, y encima lleva un sombrero puesto... —entonces cayó en la cuenta— ¡Eso es!

Comenzó a buscar entre la multitud un sombrero color marrón. Con aquel calor tan sofocante sólo podría ser él quien llevara uno puesto. Después de un par de minutos, vislumbró uno a unos cuantos pasos de distancia. Avanzó a través de toda la multitud, sirviéndole como guía aquella prenda tan familiar.

Sin mirar siquiera si había acertado o no, estiró el brazo para alcanzar la americana, y la agarró con firmeza.

—¡Karma-kun!

El chico se giró y Nagisa comprobó que era él. Una profunda ola de alivio le inundó hasta el punto de lagrimar levemente.

El chico, con los ojos abiertos como platos, y su mirada ambarina llameando, le agarró del brazo y tiró hacia su dirección. Acto seguido se encontró con varios pares de ojos observándole.

—¿Veis chicas? —les explicaba a un grupo de estudiantes que le miraban embobadas— ¡Menos mal que has aparecido, Nagisa-chan!

Ellas, con quejas y caras de desprecio hacia Nagisa, se fueron bastante decepcionadas por donde habían venido, y desaparecieron entre la gente.

—Menos mal que ya se han ido... —suspiró aliviado—. Pensé que...

En ese momento vio el rostro enrojecido de su amigo. Sin pedir explicaciones, le agarró del brazo y lo arrastró hacia uno de los callejones extrañamente desiertos.

—Karma-kun, yo... —comenzó intentando retener las lágrimas—. Yo sólo...

Ni siquiera sabía la razón por la cual se encontraba así, pero el chico pelirrojo lo atrajo hacia su pecho. Nagisa no dijo nada, simplemente se dejó arropar por sus gentiles brazos, y disfrutó de la calidez de su cuerpo.

Espera... —dijo para sí mismo— ¡¿Qué estoy haciendo?!

Su corazón latía con fuerza. Estar tan cerca de él le ponía extrañamente nervioso.

—...Karma está bien —susurró su amigo algo tímido.

—¿Eh?

—Que... Bueno —el chico estaba levemente sonrojado—, que está bien si sólo me llamas Karma.

Nagisa no pudo evitar sentir una fuerte sensación de alegría, pero sus sentimientos cada vez estaban más confusos.

—Lo mismo conmigo... —confesó—. Si no te incomoda claro.

Karma soltó una dulce carcajada.

—Cómo va a incomodarme, si eres tú —según fue consciente de lo que dijo, le retiró la mirada de inmediato.

Ninguno de los dos dijo nada durante un par de minutos. Simplemente se quedaron así, en silencio, solos en el callejón. Nagisa, una vez se sintió más calmado, se separó delicadamente del chico.

Operación: ¡Sugino Enamorado! [Karma x Nagisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora