Cold Hands (Doyoung x Johnny)

Ansiedad

Eran las 7:40 A.M y Johnny ya se había despertado, recordó el suceso de la madrugada, estaba un poco demasiado exaltado, mas de lo usual, era conocido por ser energético pero esto era diferente ¿sera por la norepinefrina que libera el cerebro cuando uno esta enamorado? había escuchado eso en una de sus clases de biología pero no había prestado suficiente atención, ahora se arrepentía. Se volteo a ver a Doyoung que estaba dormido en dirección a el, podía ver su rostro perfectamente, le encantaban sus pestañas largas ¿como seria tenerlo a su merced? estas vacaciones de invierno habían sido las mas diferentes de Johnny, nunca se había interesado en un chico como lo hizo con el rubio, eso le hizo asumir que tal vez era bisexual sin embargo después de debatirlo se dio cuenta que no, que era imposible que le gustara otro chico de nuevo, que le gustaba Doyoung pero le gustaba incluso desde la primera vez, él solo haría una excepción por el rubio, si no era él entonces no seria nadie mas, eso le dio una sensación extraña en su estomago, se sintió triste, cabía la posibilidad de no poder estar con él, las cosas podían salir mal, eso lo abrumo ¿como seria un futuro sin Doyoung? antes de conocerlo había un futuro pero ¿por que ahora estaba todo nublado?

El rubio se estaba despertando de a poco, Johnny lo miraba, controlaba sus movimientos. Doyoung abrió de a poco sus ojos, humedeció sus labios y se estiro debajo de las mantas, vio a Johnny despierto.

- Oh! ¡John! estas despierto ¿dormiste bien?- Doyoung debatió internamente si estaba bien decirle John, ya que John era el de la madrugada, el castaño estaba raro, seguía mirándolo sin pronunciar una sola palabra, el rubio decidió sentarse de piernas cruzadas, cubriéndose con la manta como si fuera una capa- ¿que sucede? ¿tuviste una pesadilla?

Lo siguiente que paso fue rápido como una estrella fugaz, como un deseo antes de soplar las velas rápidamente, sin embargo, no fue mágico. Johnny se acerco rápidamente a Doyoung y robo sus labios, los devoro con ansias, el sonido exagerado de sus salivas saco de trance al rubio que tardo unos segundos en darse cuenta de lo que estaba sucediendo cuando quiso detenerlo se encontró con que el castaño le tenia agarrado fuertemente de las muñecas, lo había tirado de espaldas al futon nuevamente, Doyoung empezó a gemir pero no era excitación, estaba llorando, Johnny estaba fuera de sí.

- me haces doler Johnny- dijo con dificultad.

La nube en su cabeza desapareció, la conciencia de Johnny volvió otra vez, se encontró con un Doyoung asustado con el cabello despeinado y algunas lagrimas rodando por sus mejillas, tenia el labio inferior levemente lastimado, su corazón latió intensamente, salio de la habitación en un cerrar de ojos ¿por qué hizo eso?.

Doyoung se quedo estático en la fría habitación, con lagrimas cayendo y con un fuerte dolor en las muñecas, no sabia qué hacer o como reaccionar a lo que había sucedido, Johnny se sentía tan aterrador, tan posesivo encima de él, tenia miedo, no tenia la fuerza para detenerlo, se sintió indefenso, como un pequeño animal, junto sus manos a su rostro, las lagrimas no se detenían ¡dios! ¡esta sensación de miedo era horrible!

El rubio no sabia que hacer ¿estaría el otro en la sala?¿que debía hacer cuando lo viera? ¿actuar como si nada hubiese pasado? Johnny había dejado todas sus cosas en la habitación de modo que no podría haber ido a ningún otro lugar, estaba en la sala en definitiva, ellos iban a cruzarse, ellos compartirían tiempo juntos.

Johnny estaba en la sala, sentado frente a la ventana, miraba el cielo esclarecer, sus manos temblaban, se estaba mordiendo los labios desesperadamente ¿por que había actuado tan salvaje? no lo entendía, él jamas tuvo esos impulsos sobre una persona, no el tipo de persona que sostenía fuerte a alguien mas para dominarlo, siempre trato de no hacer cosas sin el consentimiento del otro pero había tratado a Doyoung de una manera fea, no le gustaba la sensación de un indefenso Doyoung tirado sobre las mantas llorando, se sentía asqueroso, se sentía horrible, no podía mirarlo a la cara, no merecía escuchar su risa nuevamente, todo tiempo de pensamientos invadían su cabeza, ahogan su cerebro, abrazaba desesperadamente sus piernas mientras suprimía unas lagrimas, no podía llorar, no él el que debería estar llorando.