11. La Trampa

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- Hola, Echizen…
- Hola Tezuka… - decía con desdén el joven tenista.
- Pero que mal educado soy,  - dijo con sarcasmo - pasen por favor… ¡Oh! Hola pequeña Sakuno, que bueno que viniste  - acercando su mano para acariciar su rostro.
- ¡¡No la toques!! – de un golpe, Ryoma alejó la mano de su capitán.
- Que lindos ahora hacen una gran pareja  - Tezuka hablaba con sarcasmo y rabia.
- ¿¿Donde está Tomoka-chan?? – intervino Sakuno.
- ¿Por qué primero no pasan y se ponen cómodos? – insistió Tezuka.

Luego de este ofrecimiento los chicos entraron, obviamente Ryoma estaba muy alerta, prevenido a todo. Sakuno, por otra parte, le tomaba fuertemente el brazo, aunque se quiera demostrar firme y sin temor en frente de Tezuka,  Ryoma sabía que ella estaba más asustada que nunca.

- Tomen asiento por favor, esto demorara un poco – ofreció cordialmente Tezuka, señalando un mueble.
- ¿Qué pretendes? – intervino Ryoma - Dinos de una ves ¿Donde esta Tomoka?
- Exijo verla sana y salva - dijo Sakuno - con tono desafiante
- ¿De donde lo aprendiste?  - se burlaba Tezuka - ¿De una película de detectives? – tomó aire y se tumbó en el sofá – pero, lamento decirte que eso… No será posible

Ambos comenzaron a sudar frio, Ryoma y Sakuno, ya pensaban en lo peor ¿Qué acaso este individuo era una especie de psicópata?

- ¿¡¡Qué le has hecho!!? – Aventuró Ryoma, acercándose a zancadas hacia Tezuka, tomándolo por la camisa en señal de amenaza.
- No puede ser – susurraba Sakuno, con los ojos llorosos llevando las manos hacia su boca - Tezuka ¿Qué le has hecho? - tratando de contener las lagrimas.
- Tranquilos,  - los calmó el anfitrión de la casa - no le he hecho nada… Es más, ni siquiera la he tocado, si a eso se refieren, pero que mente tan perversa tienen – el último comentario lo dijo a son de burla y sarcasmo.

La pareja recién llegada no entendía mucho, pero aun así, con toda la seguridad que les había dado Tezuka, no confiaron mucho en sus palabras y continuaron interrogándolo

- Entonces  - prosiguió Ryoma, esta vez había soltado la camisa del capitán - ¿Por qué dijiste que no seria posible verla?
- Bueno veras Echizen…  - explicaba Tezuka, acomodando el cuello de su, ya arrugada, camisa - ella no esta con nosotros…

Sakuno se sentó de golpe en el sillón tras de ella, sus piernas ya no le respondían Ryoma se quedo ahí inmóvil. ¿La había matado? ¿Había sido capaz de hacer tal acto? Eso era en lo único que la joven pareja pensaba después del comentario de Tezuka.

- Tez-Tezuka, ¿Que le has hecho?  - pregunto, Sakuno temerosa de la respuesta
- Uhm…  - Tezuka pensaba, de hecho se deleitaba antes de dar su respuesta - veo que estas asustada. Bueno es normal, pero les repito que no la he tocado.
- ¡¡NO TE CREO!!  - grito el joven prodigio del tenis
- ¡¡PUES CREELO!! – Tezuka le seguía el tono 
- Bien, ¿Dónde esta?
- Olvídalo, Echizen contigo es imposible - intentando calmarse ante la actitud de Ryoma, se cómoda las gafas y se aleja un poco luego comienza a caminar hacia la cocina.

Ryoma de inmediato corre y se para frente a él para evitar que siga avanzando y se queda ahí con mirada desafiante

- Echizen, si que eres idiota…  - rio con malicia, Tezukate  - te digo que Tomoka NO esta aquí.
- Espera Tezuka  - apresuró desde el sillón, Sakuno - te refieres a que Tomoka-Chan nunca… Tu nunca tuviste de rehén a Tomoka-chan ¿verdad?
- ¡Vaya! – Tezuka parecía realmente emocionado -  me sorprende que Sakuno sea mas lista que tu, Echizen… ¿O será que esas películas de detectives te están surtiendo efecto? y si, pequeña Sakuno eso es correcto: nunca tuve de rehén a esa niña.
- ¿Que?... – Ryoma estaba anonadado, se había preocupado tanto por salvar a Tomoka de ahí, que había olvidado por completo el razonamiento y la lógica simple.
- Como oíste, Echizen pero gracias por venir. Me ahorraste el trabajo de ir por ti, bueno ir por la pequeña Sakuno
- ¿Como sé que no la tienes escondida?
- Bien, Echizen si tanto desconfías de mi, ten llámala - entregándole su celular.

Ryoma no vacilo y de inmediato comenzó a marcar…

---[Conversación telefónica]---

- Ho-Hola, ¿Tomoka?
- ¡Oh! Hola Ryoma-kun vaya, ¿Qué haces llamando desde el celular de Tezuka? es extraño, pero en fin ¿Qué se te ofrece?
- ¿Estas bien?
- ¿Pero que clase de pregunta es esa? ¡claro que estoy bien! ¿Por qué lo dices?
- Y ¿Donde te encuentras ahora?
- Ahora estoy en mi casa preparándome para un cena familiar, pero ¿Puedo saber que tantas preguntas haces Ryoma-kun?
- Bien… Y ¿No te has visto con Tezuka?
- Ya me estoy hartando de tantas preguntas. No, no me he visto con él desde la escuela… ¿Paso algo?
- No, no nada, gracias y que estés bien. ¡Adiós!

---[Fin de la conversación telefónica]---

- ¿Feliz, Echizen? – Tezuka se cruzaba de brazos, con una malvada sonrisa curvándose en los labios.
- Eres de lo peor. ¡Tendernos una trampa! - devolviéndole el celular, de muy mala gana, por supuesto.
- Deberías alegrarte de que no le haya hecho nada – informó el capitán, recibiendo el aparato telefónico - aunque la verdad jamás pensé que caerías en esto. Eres tan mediocre - del bolsillo, donde introdujo el celular justamente, saca un pequeño cuchillo y sin dudarlo atenta contra  Ryoma, aprovechando que este esta sumido en sus pensamientos.

¡¡RYOMA-KUN!!! – se escucho el chillido de Sakuno

Ryoma se sostenía fuertemente el lugar de la herida, muy cerca de la costilla izquierda. Solo se escuchaban los gritos de Sakuno, y el ahogado grito de Ryoma, junto con el tintineo de la sangre goteando.

- Que lastima que tengas que acabar así ¿verdad? – bufó Tezuka – tenias un gran futuro por delante, pero fue tu culpa por intervenir en mis planes. Ahora, te devuelvo el favor interviniendo en los tuyos.

Sin más palabras comienza a golpearlo, Ryoma esta arrodillado en el suelo, y Tezuka lo pateaba con todas sus fuerzas. Sakuno se acerca para ayudarlo pero, fue detenida bruscamente.

- ¡¡QUEDATE AHÍ!!  - Gritó Tezuka, con los ojos ardiendo en cólera - ¡¡SI DAS UN PASO MÁS, LO MATARE FRENTE A TUS OJOS!! – mostrando el cuchillo ensangrentado.
- ¡¡DEJALO EN PAZ!! – sin poder acercarse a su queridísimo príncipe, lo único que podía hacer es desviar la atención de Tezuka, o en este caso, llamarla - A LA QUE QUIERES ES A MI ¿NO? ¡¡NO LO LASTIMES MÁS POR FAVOR!!


Ryoma, con las pocas fuerza que tenia, levanta la mirada hacia Sakuno, quejándose, intenta hablar pero era un tono tan bajo que difícilmente él mismo escuchaba, susurraba el nombre de Sakuno, pero nadie pudo oírlo.


- Como predije: nunca me amaste, ni un solo momento, siempre pensaban en él. Pero ahora ya no me importa – observa la agonía de Ryoma y vuele a patearlo fuertemente.
- ¡¡¡NO!!! ¡¡DEJALO YA!! ¡¡POR FAVOR!!
- Si no quieres que le pase mas nada a tu querido “Ryoma-Kun” ¡¡SUBE A MI HABITACIÓN Y QUEDATE AHÍ!!
- Pero…
- ¡¡AHORA!! - pateando nuevamente a Ryoma, quien esta vez, gritó de dolor, el pequeño charco de sangre se comenzaba a notar.
- ¡¡Esta bien!! Esta bien – la pobre sollozaba – pero y-ya déjalo en paz.


Sakuno intenta acercarse a Ryoma, antes de subir las escaleras pero, Tezuka de inmediato toma por los cabellos al joven Tenista herido y apunta con el cuchillo justo al cuello. La chica queda paralizada al instante.
El capitán estaba dispuesto a todo, con tal de conseguir a la chica. Y desde luego, Sakuno no permitiría que Ryoma  muriera a causa de ella. Verlo ahí, sufriendo era una tortura para ella. Lo amaba, lo amaba mas que a nada. Si complacer a Tezuka era la única forma de salvarlo, lo haría.
Intentó acercarse una vez más Ryoma, pero de nuevo se detuvo en seco. Tezuka había afincado más la navaja sobre el cuello.

- Si fuera tú, querida Sakuno, no me acercaría más a él. ¡Ahora Sube!
Sakuno, titubeando comienza a dar pasos hacia atrás. Conforme lo hacia, Tezuka aflojaba el cuchillo del cuello, pero aun así estaba lo bastante cerca para un ataque inmediato. La chica comienza su recorrido hacia las escaleras. Al pie de ella, da un último vistazo a Ryoma con gran dificultad, pues las lágrimas nublaban su vista. Y así comienza su asenso.


¡Quiero ser tu príncipe!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora