Estoy sola en mi casa escuchando música en la televisión, ya que no tenia demasiada tarea, y estaba muy aburrida.
Escucho la puerta sonar a la misma hora que ayer, y mi mente genero a la persona exacta que estaba del otro lado fastidiando mi aburrido y depresivo momento a solas.
Abro la puerta y es el, solo le digo que se largue y cierro la puerta.
Asi paso un mes, el venia y yo cerraba la puerta, aunque en el fondo sabia que si la cerraba mil veces, el vendría el doble a buscarme.Escucho la puerta otra ves, la abro y nuevamente esta el allí con su sonrisa perfecta y sus ojos que hacían que mi corazón trabajara mas rápido cada ves que me veían fijamente.
-cuanto tiempo seguirás haciendo esto- respondo fria y con la mirada baja.
-Asta que te tenga devuelta pequeña- me responde con su cara buscando la mía.
-Por favor, basta- digo mientras cierra la puerta lentamente, pero el la empuja y entra a mi casa sin pensarlo.
-Que estas haciendo- respondo algo nerviosa y un poco alarmada.
-No puedo estar mas tiempo lejos de ti, te necesito, sin ti me falta oxigeno y para que hablar de la maldita depresión- dice viéndome a los ojos.
Agacho la mirada para que no vea que pronto llorare, siento una mano en mi mandíbula, el la de Ian, levanta delicadamente mi cabeza y junta sus labios contra los míos.
Me quedo unos segundos paralizada, sin saber que hacer así que solo me doy la vuelta y me dirijo a mi habitación, dejando a Ian en la sala.
Corre detrás de mi y justo en la puerta de mi habitación, toma mi cara y me besa nuevamente, es una sensación que jamas había sentido.
Lleva sus manos hacia mi cintura y yo paso mis brazos por su cuello, me siento en la esquina de la cama y el se sienta al lado sin parar de besarme.Pasa sus manos por mi playera e intenta quitármela, yo hago lo mismo con su camiseta.
Me mira a los ojos y me deja caer lentamente hacia atrás de la cama, se acerca por arriba y vuelve a besarme, yo lo abrazo desde abajo, el cae en la cama al igual que yo, y me mira algo sonrojado.Me levanto de la cama y me acuesto encima de el, haciendo que mi cabeza se acente en su pecho y escuche su corazón latir rapido.
Me rodea con sus brazos, mientras siento que intenta quitarme el sostén, me levanto rápidamente, sin darme cuenta de que ya lo había retirado de atras, sin poder evitar que caerá al suelo y que el me viera.
-Tapate los ojos estúpido- le digo mientras me doy la vuelta para que no vea.
-Porque quería hacerlo, es una muy buena vista, mientras se levanta y me abraza por detrás.
Me acuesto en mi cama y el igual, me mira a los ojos y me dice -solo déjate llevar, nadie te amo como yo-.