Capítulo 4

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Siguiendo al tipo llegamos a una puerta subterránea.
Al parecer entendíamos por la tapa del desagüe
No me importó si era sucio o si posiblemente peligroso, sólo lo seguí hasta llegar a ver a muchos otros tipos con capas.

Tenían en el medio del lugar una especie de altar con una imagen del que se supone que debe ser light, pero por lo visto ellos desconocían el físico de kira ya que el monumento de plata con el nombre de kira no se parecía en nada al original.
Estos no son más que una especie de club de fans de kira.

Uno de ellos empezó a hablar.

-Tomé asiento por favor señorita.
-No me quedare por mucho tiempo- contesté.

El tipo se acercó a mi y sin mostrarme el rostro me tomó de los hombros.

-Quiero que sepas que no están en calidad de invitada- amenazó el fanático.

Solté una risa burlona y empuje mi arma.

-¿Qué es lo que quieren? ¿Jugamos un rato a los chicos rudos? Quiero que sepan que tengo cosas más importantes que jugar con el club de fans de kira.

De un movimiento rápido ya tenía un arma apuntando mi cabeza.
No tuve el impulso de moverme ni de tratar de huir.

-Espero que tu muerte sea mejor que tu sentido del humor perra, no eres una amenaza para nuestro Dios, sin embargo lo molestas, sabemos tu plan con los detectives y la Policía- dijo el sujeto a punto de presionar la arma.

Sólo sonreí para luego disparar el arma que ya tenía apuntando su abdomen.

El sonido de tres balas inundaron el lugar.

El sujeto solo cayó al piso como un saco de arena.
A la misma velocidad que yo también caía retorciendome de dolor.
Un maldito bastardo parado detrás de mi me había disparado en la espalda.

Logre sujetar mi arma pero el dolor era muy intenso.

¿El sonido de la tercera bala?
Pues un hombre con capa negra igual a todos los demás acababa de disparar al mismo tipo que me disparó.

Todos escaparon como pudieron del lugar.
Pensé que me dejarían agonizar en esta sucia alcantaria.
Pero alguien me sujeto en sus brazos.
No pude ver de quien se trataba ya que perdí el conocimiento.

Al despertar estaba en una habitación blanca con olor a limpio.

Sentía un dolor algo intenso en el hombro pero no era algo que no pudiera soportar.

Uno de los detectives cuidaba la puerta y supongo que uno debe estar afuera.

La habitación tenía una ventana pero al parecer sería muy vigilada.

-¿Qué pasó?- pregunté.

-Fue disparada- respondió uno de los vigilantes.

- Eso ya lo sé, me refiero a que pasó luego de eso.

Sólo me miro y negó con la cabeza.

Durante todo el dia estuve intentando salir pero era algo imposible con tantas personas aquí.

Eran ya las 11 de la noche y los vigilantes no me dejarían sola.

Una persona entro a la habitación.

-Creo que es hora de que me conozcas- dijo un tipo muy parecido a un vagabundo.

Cabello negro desordenado, ojeras de no haber dormido talvez durante una semana consecutiva, espalda encorbada, descalzo, ropa suelta y con una mirada bastante profunda.

-Me puedes llamar L, soy el detective encargado de este caso.

-¿Cual es tu verdadero nombre?

Sólo me miro moviendo la cabeza y negó.
- Eso es un secreto- dijo dándome la espalda y apuntó de salir de la habitación.

-¿No confían en mi? Eres una estúpida mierda, me vale tu nombre ya no estare en el caso- dije bastante enojada.

-Me debes la vida, sino fuera por mi hubieras muerto en ese desagüe, no tienes otra opción más que hacerlo- dijo y luego salió de la habitación.

Estaba muy enojada y mi cerebro no funciona bien cuando estoy enojada.

Estaba planeando como huir de aquí.
Revisé entre el cajón de la enfermería algo que sea útil para escapar.
Encontré una especie de bisturí.

Lo sujete y me acerqué a la puerta.

-Regresa a la camilla- dijo el vigilante.

-Déjame salir.

Negó con la cabeza y me mando a volver a la camilla.

-Si no me dejas salir me matare- dije sujetando el bisturí a la altura de mi cuello.

Intento quitarme el bisturí.

-No lo quieres hacer creeme- dije plantando la punta en mi cuello y dejando salir un poco de sangre.

El vigilante de movió de la puerta.

Salí del hospital y me dirigí primero a mi casa.
Necesitaba cambiarme.
Luego fui a ver que me enteraba en la oficina de los policías y detectives.

Al llegar, me escabulli entre ellos y logre ir a la sala en la que estaban teniendo una reunión.

-Estoy seguro que ella es la ayudante de Kira- dijo el dichoso L.

¿Yo ayudante de ese idiota?
No tengo ni la menor idea de porque piensan eso pero están muy equivocados.

-¿Por qué cree eso señor?
-He buscado información hacerca de ella, sus datos originales hacerca de su nacimiento, su origen, pero toda la información parece hacer sido borrada y podría incluso decir que ocultada por el mismo kira.

Todos los de la sala se miraron entre sí, creyendo talvez en la tontería que acababa de inventar.

Mi torpeza me delató.
Abrí la puerta de un tropiezo y no pude frenar antes de caer en el interior de la sala.

Pude escuchar a L maldiciendo mi presencia.

Me paré rápidamente y me acerqué a ellos tratando de ocultar la vergüenza que sentía

Puse ambas manos sobre la mesa y si un golpe fuerte para llamar la atención de todos.

-No soy ninguna ayudante de Kira, me importa una mierda si me creen o no, no confiaré en nadie en est....- fui interrumpida de la manera más inesperada.

Una de sus manos estaba sobre mi mentón y la otra empujaba mi cintura hacia él.
Sus labios sobre los míos, suaves y sorpresivamente tan dulces llenaban mi cuerpo de una sensación nueva pero agradable.
Este había sido mi primer beso y me lo había robado el maldito L.
Aceptó que quise seguir el beso pero cuando reaccione muy tarde y L ya estaba en la puerta de la sala a punto de salir de ella.
Todos los presentes de la sala se quedaron mirando.
Algunos a L y otros a mi.
No pude contenerme y salí de sala buscando a L.
Le pediría explicaciones.
Lo busque por toda la oficina pero no lo encontré por ninguna parte.
Algo enojada no me quedo más que regresar a casa.

Hola nuevo capítulo
:3 espero que les guste
Me gustaría que comenté y si desean me regalen un voto ;3 se los agradeceré.
*Gabriela*

La death note es mía (L, Kira y tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora