Volver a Vivir

Capítulo 7: Sombras Sospechosas

- Veamos: ¿GPS? Listo. ¿Agua? Lista. ¿Barra energética? Lista. ¿Polo de repuesto? Listo. ¿Linterna? lista. ¿Mapa tomado del laboratorio de Peridot? Listo.

Habían pasado unos días desde lo ocurrido en la Guardería, y a Steven no se le iba de la cabeza aquella silueta que había visto. Él estaba seguro de que había visto algo, no podía ser simplemente producto de su imaginación, por más que Lapis intentara convencerlo de lo contrario. Consultarlo con las otras gemas no era una opción, pues la ninfa de agua le había prohibido abrir la boca al respecto, dado que las otras dos no querían que él se andase enterando de esas cosas aún.

El hijo de Rose se preguntó si existiría alguna razón en particular para ello. ¿Solo le ocultaban algunas cosas por ser un niño, o había algo más detrás de todo ello?

Vayamos por pasos. Primero él tenía que asegurarse de encontrar a lo que sea que vio allá, si es que vio algo realmente. No, él sí vio algo, estaba seguro de ello. Fue algo tan breve, apenas una silueta de la cual poco o nada podía distinguirse, pero el movimiento, lo vivo, estaba en esta. Tenía que ser real, y Steven estaba dispuesto a encontrarla. Ya luego tendría tiempo de hacer preguntas.

Ya con todo en la mochila, y asegurándose de que no haya nadie en la sala, el niño de cuarzo bajó por las escaleras para dirigirse luego hacia el portal de luz. Posicionándose sobre este, recordó la ubicación de un portal en específico. Necesitaba comprobar si...

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Un destello de luz después, Steven se encontró a si mismo de vuelta en la misma gruta a la que había llegado acompañado de Lapis tras su viaje en tren. En efecto, al parecer si bien no podía trasportarse directamente hacia la Guardería, podía hacer el viaje en dos pasos. ¿Cómo es que a nadie más se le ocurren estas cosas?

Sintiéndose un poco más listo que lo usual, Steven volvió a activar el portal, con su destino bastante claro.

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El mismo tétrico paisaje, carente de todo color, apareció a su encuentro. Al menos el sol iluminaba un poco mejor el lugar esa mañana, aunque los cerros y cañones ensombrecían parte del complejo de todas maneras. Deslizándose por la pendiente, Steven descendió hacia el suelo sin tropezar esta vez. Tras marcar su posición con ayuda del GPS y una vez verificado el mapa de Peridot, el niño comenzó su búsqueda en la Guardería.

Primero revisó la bahía de almacenamiento. El lugar estaba tan vacío y silencioso como cualquier almacén en una fábrica abandonada, con alguno que otro cachivache tirado por ahí, pero nada realmente interesante. Luego, el área de selección. El lugar estaba despejado y en cierta forma tenía un mejor aspecto que el resto del lugar, al no tener nada alrededor que bloquee los rayos del sol. Steven pensó en que quizá ese sería un buen lugar para un partido de fútbol, si pudiera conseguir los arcos y un balón. O tal vez baloncesto, o vóley, o casi cualquier deporte. El sitio era espacioso, lo suficiente como para un gimnasio entero. En la zona de producción, todo lo que encontró fueron inyectores en desuso, algunos rotos y otros enteros, aunque todos exhibían los estragos que había hecho el paso del tiempo en ellos. Los agujeros de donde salían las gemas mostraban cierta simetría y su corte era casi perfecto. Algunas pequeñas piedras estaban en los bordes de algunos agujeros, pero aparte de ello no había absolutamente nada en ellos.

El hijo de Rose pensó en cada una de las gemas que salieron de este lugar. ¿Quiénes habrán sido? ¿Qué ideas habrán tenido? ¿Para quién trabajaron? ¿En qué trabajaron?

¿Cómo se supone que se organizaban normalmente las gemas para empezar? Tantas preguntas llegaron a él, que podría llenar una libreta entera con ellas. Bueno, más que responder para Peridot, quizá también Jasper. A Lapis era mejor no preguntarle, porque luego se pone toda nostálgica y de ahí pasa a la melancolía. Soltando una corta risa, Steven prosiguió su camino, buscando entre rocas, escombros, agujeros y restos de aparatos.