5. Tu Cuerpo.

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Fueron unas apasionadas semanas de grabación hasta que Nina concluyó su parte y tuvo que regresar a Argentina sin mí.

La primera noche que se fue, no pude dormir pensando en el cuerpo que ya no estaba abrazando. 

Después de cansarme de mirar el techo, decidí escribirle confiando en que la diferencia horaria posibilitaria alguna respuesta.

- ¡Cielos, Simonetti!- le mandé primero.- Ya te extraño.

-  Justo pensaba en ti, Balsano. Pero esperaba que estuvieras despierto. ¿No son las tres de la mañana ahí?

- Da lo mismo, no puedo dormir por tu culpa.

- ¿Lo siento?

- Deberás compensármelo cuando vuelva.

- ¿Y eso cuando será? Así ya inicio la cuenta regresiva.

- Con suerte en dos semanas más.

- Bueno, seré optimista y reservaré un día solo para ti en 14 días, 336 horas, 20160 minutos...

- ¿Tú cuenta regresiva será minuto a minuto?- reí.

- Pues los segundos serían deprimentes al ser demasiados.

- Te amo.- escribí, pero no lo envié. No estaba seguro de estarlo escribiéndolo bien. ¿Cómo es que cinco letras pueden expresar tanto?

- Deberias intentar descansar, mañana trabajas ¿no? O debería decir hoy...

- Tienes razón, Nina. Te amo.- me despedí besando mi pantalla aunque no fuera vídeo llamada y dormí fácilmente  sintiendo que Nina no estaba tan lejos, que pronto volvería a verla y que ella pensaba tanto en mí como yo en ella.

- ¡Corten, impriman! Chicos, tenemos una película.- anunció el director.

- Gracias por la oportunidad.- aprecié.

- Estaremos en contacto, fue un gusto trabajar con usted.- replicó. -Ahora vuelva con su esposa, estoy seguro que la extraña.

- No es mi esposa aún, pero lo será.- sonreí regresando a Buenos Aires sin avisarle, esperaba sorprenderla cuando la encuentro en la salida del aeropuerto, sorprendiéndome.

- Te dije que contaría los minutos.- sonrió divertida ante mi expresión sorprendida. ¿Me había vuelto predecible?

- Ay, Simonetti.- reí inclinándome en una rodilla para atarme los cordones del zapato.

- No te ajustes tanto los cordones porque seguramente te los quitarás cuando lleguemos a casa.

- ¿Vamos a patinar?

- Mejor.- declaró ella guiandome al auto con un toque de misterio.

Llegamos a casa y apenas llevé mi equipaje a la habitación. Ella me abrazó por detrás y empezó a besar mi cuello.
Me volteo a ella y noto que lleva una bata puesta cubriendo su cuerpo.

- Te ves muy feliz.- observé.

- Pues tengo grandes noticias. Mañana van a publicar mi libro, y aún más importante, regresó el coautor inspirador.- declaró besándome nuevamente.

Desperté junto a ella y sonreí, ella estaba usando mi camisa para dormir, se veía tan atractiva. Decidí levantarme e ir a hacerle el desayuno cuando recibo una llamada de Gastón.

- ¿Volviste?- se sorprendió.

- Anoche.- afirmé sonriendo.

- ¿Y por qué no me dijiste nada?

- Porque fui sorprendido por Nina y su cuerpazo.- reí.

- Así que estuvieron ocupados...

- Sí, pero no llamaste para averiguar eso ¿o sí?

- No, llamé para pedirte un consejo. Creo que Ámbar se aburrió de mí.

- ¿Qué?

- No sé, la siento mucho más ausente y ya intenté de todo pero nada parece emociónate como antes. Creo que le gusta un colega del trabajo, Simón.

- ¿Intentaste simplemente hablarle?

- Me preocupa que piense que la acuso de engañarme.

- ¿Qué tal si no mencionas a Simón y simplemente le preguntas lo que siente por ti?

- No lo había pensado ¿cómo no se me ocurrió?

- No lo sé, amigo.- reí cuando oí a Nina bajar las escaleras llamándome. - Te llamo después.- despedí a Gastón para darle toda mi atención a Nina. - Buenos días, princesa.

- ¡Matteo! Creí que anoche había sido un sueño de lo perfecto que fue.

- Créeme, no lo fue, sigo sorprendido de que supieras de mi regreso.

- Zeus me avisó.- rio.

- ¡Zeus!- dramaticé como si fuese una maldición.

- ¿Tienes planes para hoy?- consultó mientras se sentaba a desayunar conmigo.

- Nada realmente.

- Oh, porque esperaba que pudieras acompañarme a la primera exhibición de mi libro donde doy una idea de qué se trata y escribo alguna dedicatoria a los primeros en comprarlo.

- Acepto.- sonreí posando un beso en su frente.

-¿A dónde vas?- rió al verme levantado.

- A decidir mi look, porque no querrás que lleguemos tarde ante mi indecisión de vestimenta.

- Puedo ayudarte a elegir para que vayamos combinados.

- Gran idea.- sonreí.

- Yam me regaló un vestido rojo, pero no sé si es demasiado...

- ¿Demasiado?- consulté sorprendido.

- Iré a mostrartelo.- dijo antes de reaparecer con un sensual vestido rojo cuyo largo no alcanzaba las rodillas dejando lucir sus atractivas piernas.

- Es perfecto.- declaré atontado. - ¿Te casarías conmigo?- pregunté hipnotizado.

- ¿Qué?- sonrió ella sorprendida.

- Eso es lo que diran tus fans.- improvisé, no sabía como proponerle, pero esperaba una mejor atmósfera.

- ¿Mis fans?

- Sí, los Ninaticos, pero yo soy el fan número uno.- declaré logrando que ría.

Esa noche, me vestí de traje negro con corbata roja para ir haciendo juego con Nina, y su evento fue impresionante. Ella lucía cual celebridad, me encantaba verla así, emanando alegría de su cuerpo.

- ¿Para cuando el casamiento?- me preguntó Gastón quien también había sido invitado.

- Pronto lo sabremos.- sonreí viéndola firmando ejemplares de su libro.- Pronto.

25 Cosas Que Amo De VosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora