- Vaya, ¡qué día! Primero ese restaurante junto a la bahía. Luego esa obra sobre ese tal Edipo, cielos y yo que creía tener problemas. No sabía que fugarnos sería tan divertido.- decía en mi personaje de Hercules.
- Sí...- asintió Nina en personaje.
- Gracias, Meg.
-Oh, no me agradezcas...- decía "tropezando en mis brazos"
-Cuidado.- le dije abrazandola.
- Perdón, tengo tobillos fragiles.- dijo mirandome a los ojos atontandome, su mirada me tenía realmente hipnotizado.
- ¿Ah sí? Entonces quizás necesitas sentarte un rato.- respondí alzandola hacia una banca torpemente.
- Así que... ¿tienes algún problema como esto?- preguntó ella estirando su pierna hacia mí.
-No, lo siento, pero no.- contesté apartando su pierna con cuidado.
- ¿Ninguna debilidad?- consultó acercando su mirada a la mía. - ¿Ningún desagarre o cosquilleo en algún lugar?
- No, podría decirse que estoy en perfecta forma.- declaré levantandome del asiento yendo a lanzar piedras.
- Niño maravilla, eres perfecto.- suspiró.
- ¡Corte!- exclamó el director.
- ¿Algún problema?- preguntó Nina preocupada de haberse equivocado.
- No, ustedes estuvieron perfectos, chicos, el problema es que se ve un microfono donde no debe verse.-indicó. - Descansen, mientras arreglamos este inconveniente.
- Nina, me parece que le vas a robar el papel a Brenda. Estás haciendo un gran trabajo.- admití.
- No exageres.- se ruborizó ella caminando hacia atrás hasta chocarse con una estatuilla de cupido.
-Parece que sigues en personaje.- reí.
- Matteo, creo que no fue tu mejor idea incorporarme al elenco.
- ¿Bromeas? Cuando estoy con vos, no necesito actuar como enamorado.- le indiqué.
-Aww...- oímos a la producción suspirar.
- ¿Continuamos?- ofreció el director dando acción a la escena.
Repetimos nuestras líneas interpretando perfectamente cada acción.
- Niño maravilla, eres perfecto.- suspiró Nina nuevamente.
- Gracias.- sonreí lanzando torpemente una piedra. - ¡Ups!- exclamé torpemente cuando usaron el efecto de sonido de algo rompiendose.
- Yo creo que se ve mejor así.- dijo Nina como Meg, me volteé a ella con expresión incredula.- Enserio, es arte genuino.- admiró acercandose a mí, colgando una mano suya sobre mi hombro.
- ¿Sabes? Cuando era niño, hubiera dado cualquier cosa por ser como los demás.- continué encontrandome con sus ojos mirandome atentamente.
-Sí, miserable y deshonesto.- indicó apartandose de brazos cruzados.
- No todos son así.- repliqué.
- Sí lo son.- sentenció ella en su rol.
- Tú no lo eres.- delcaré logrando que voltee.
-¿Cómo sabes que no soy así?- me miró con iluminación en sus ojos.
- Sólo sé que eres la mujer más fascinante... con tobillos fragiles.- le sonreí mientras ella reía y chocaba con la estatuilla de cupido.
- Meg, a tu lado, ya no me siento solo.
- A veces es mejor estar solo.- suspiró.
- ¿Por qué?
- Nadie te hace daño
- Meg, yo jamás, jamás, te haría daño...- declaré tomando sus manos.
- Ni yo quiero herirte, así que hagamos un favor y paremos porque...- decía a medida que me inclinaba a ella a darle un beso.
- ¡Ya, ya, apartense! Ya perdimos un día de entrenamiento.- interrumpía Phill.
-¡Corten! ¡Perfecto!- aplaudió el director emocionado. - Nina, eres nuestra salvadora, gracias por encarnar a Meg.
- No hay problema.- sonrió ella indicandome con los ojos de que iba irse a regresar el vestuario.
- No te atrevas a cortar con ella.- me dijo el actor de Phill, mi entrenador.
- ¿Cortar? ¿Cómo podría hacer eso si ella es...?- decía atontado al recordarla en escena.
- ¿Es qué?- preguntó.
- ... el amor de mi vida.- admití antes de irme a cambiarme para regresar con Nina al hotel después de un día de ensayo y grabaciones.
- Fue divertido actuar juntos.- comentó Nina.
- En especial, una escena como la de hoy.- indiqué.
- La escena de hoy podría haber sido mejor.- replicó Nina.
- ¿Estás diciendo que hice mal mi papel? ¿Tengo que mejorar mi interpretación?
- Matteo.- rio ella. - Vos estuviste perfecto, lo único malo es que la escena queda un beso sin iniciar.
- Eso es cierto.- reí posando un beso en su mejilla cuando su celular sonó y en sus ojos se reflejaba una mezcla desproporcionada entre emoción y miedo. - Hola.- atendí al verla paralizada.
- ¿Me comunico al celular de Nina Simonetti?
-Sí, habla su asistente, ¿qué necesita?
- Pues verá, somos de la editorial Mercurio y quisieramos reunirnos con su jefa en cuanto antes para discutir las condiciones de publicación.
- Oh, ¿enserio?- consulté ahora yo con una mezcla de emoción por ella y horror ante la idea de que se tuviera que ir.
- Sí, ¿cuando se encontrará disponible?
- Tengo que revisar su agenda, pero llamará en cuanto antes para concretar dicha reunión.- indiqué logrando que ella se emocionara con tan sólo oír la palabra reunión. - Parece que te necesitan en Buenos Aires para publicar tu libro...- le anuncié a Nina una vez saludado a la editora. Sus ojos se veían más claros que antes, cataratas de lagrimas comenzaron a correr de su emoción.
- Te amo.- me dijo entre lagrimas.
- También yo.- suspiré. - Realmente sabía que te llamarían, pero no esperaba que fuese tan pronto.
- ¿Quieres que me quede contigo hasta que termines de grabar?
- Por lo menos, hasta que terminemos nuestras escenas juntos.
- Es verdad que no puedo irme así como así. Veré si puedo agendar la reunión para cuando regresemos juntos.
- Amore, si bien me encantaría volver a casa contigo, creo que sería mejor no dejar que la editora espere demasiado por ti. No me gustaría creer que mi sueño sea capaz de destruir el cumplimiento del tuyo.
- En verdad sos un heroe verdadero.- me sonrió dejando de llorar cuando finalmente nos dimos un beso en los labios.
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25 Cosas Que Amo De Vos
Fiksi PenggemarDespués de 25 Cosas Que Odio De Vos, narrado por Nina, leeremos lo que pasa después pero desde el punto de vista de Matteo.