25 Cosas Que Amo De Vos

8. Tu Abrazo.

Tras un abrazo, Nina se fue corriendo a su reunión, y yo seguí sumergido en mis recuerdos buscando en nuestra historia ideas para pedirle que se case conmigo. 

- Esta bien, a Gastón le empezó a gustar Ámbar. Él quería que lo ayudes a llamar su atención y que yo averigüe si aún sentías algo por él, pero yo le dije que debería serte honesto y confesarte lo que le pasaba. Ese era el secreto realmente.- le había confesado.

- Entonces ¿me estabas defendiendo?- preguntó completamente confundida.

- Esa fue mi intención, distraerte mientras Gastón coqueteaba con Ámbar, por eso quería ayudarte a estar de novia. Si te olvidabas de él, seguramente, te sería menos doloroso.- decía dándole un abrazo pero ella se apartó.

- ¿Y no era más fácil decirme la verdad?- cuestionó aturdida.

- Gastón sigue siendo mi mejor amigo, y vos y yo apenas hablabamos, no podes esperar que deje mi lealtad hacia él por vos.

- No, no lo esperaba, pero entonces tampoco te hagas mi amigo cuando necesito uno de verdad.- dijo yéndose.

- Nina, por favor, ahora elegí estar con vos, en vez de alentar a Gastón.- repliqué siguiendola cuando comenzó a llover.

- Ni quería.- contestó. - Como dice el refrán, "mejor sola, que mal acompañada"

- Pero mi compañía nunca es mala.- dije, cuando en realidad quise decir "nunca quise hacerte mal".

- ¿Enserio?- me miró incrédula.

- Necesitas un amigo, y yo voy a serlo.- propusé.

- Primero, explicame algo...

- Lo que quieras.- sonreí, feliz de que por fin me diera oportunidad.

- ¿Por qué Gastón y Ámbar cantaron tu canción?- consultó.

- ¿Mi canción?

- Te oí cantandola a alguien en el parque el otro día.

- Ah... se la estaba cantando a Gastón quien me pidió que le escriba un dueto para cantar con Ámbar. A él simplemente no le salían las palabras con ella, entonces quedó en escribirle una canción y me pidió ayuda porque él siempre cantó covers.- confesé.

- ¿Y Gastón se quedó con todo el crédito de la canción?

- No me importa.

- Pero es preciosa, Matteo, no es justo.

- Yo se la regalé para que haga lo que quiera con ella. Como Felicity le regalaba sus frases al mundo.

- Pero ellos sabían que la autora era Felicity.

- Sin saber quién era Felicity.

- Touché.- dijo llegando a su casa. - Bueno, nos vemos.- dijo abriendo la puerta.

- Nos vemos, Felicity.- saludé cuando la lluvia se transformó en tormenta.

- Matteo, espera.- me llamó. - Pasa. Solo hasta que la lluvia se calme.- esa fue la primera vez que me sentí abrazado directamente por sus palabras. 

- No sabía que te preocuparas por mí.- sonreí.

- No lo hago. Pero tampoco soy un robot.- dijo. - Ahora vengo, ponte cómodo.- indico yendose a otra habitación en silencio. Primero, localicé unas semillas de maiz para hacer pochoclos, los cuales empecé a preparar. Luego, comenzaba a quitarme la camisa empapada cuando ella me llamó.- ¿Matteo?