Capítulo 3

661 64 14
                                    

Cada chica que pasa por al lado de Castiel se quedá mirándolo fijamente, obviamente por el gran atractivo del pelirrojo, Castiel solo se muestra indiferente ante esto, a pesar de que su ego suba increíblemente, no puede evitar sentir ganas de que el rubio se quedara viendolo de la misma manera, ninguna de ésas chicas le parece mejor que Nathaniel, él es único y vuelve loco a Castiel.

Castiel vuelve a su casa con una sonrisa formada en sus labios, cada día se enamora más y más de Nathaniel, todo de él le fascina y lo deja atontado.

El camino fue rápido para Castiel, sumido en sus pensamientos, o más bien dicho Nathaniel, no sintió el trayecto hacia su casa. Dejó sus cosas en el suelo y se dirigió a su cuarto, no sin antes acariciar a Demonio, el cual estaba muy feliz de ver a su dueño.

Era tarde, así que Castiel se dispone a ponerse su ropa para dormir y tenderse en la cama, solo piensa en las formas para conquistar a Nathaniel, si fuera una chica sería mucho más facil, piensa Castiel, el rubio es un chico muy inpredecible a los ojos del pelirrojo, sera difícil, pero a Castiel no le importa, lo logrará, ganará su corazón y probará sus labios, su cuerpo, todo de él, Castiel quiere todo de él, ver los lados que nadie más conoce de Nathaniel y ser la persona más especial en su vida, la cual quiere compartir con él por mucho tiempo. Castiel se muerde el labio inferior mientras mira al techó, de sólo pensar en Nathaniel y él viviendo una vida juntos, no puede evitar emocionarse mucho.

Los ojos de Castiel se cierran, quiere que empieze el mañana rapidamente para así ver a Nathaniel.

~~~

Nathaniel notó el raro comportamiento que tenía Castiel esa noche, ¿Algo cambiará en la relación que llevamos?, ese pensamiento no deja que el rubio duerma plácidamente, sigue enojado con el pelirrojo, pero a la vez quiere que le diga algo, lo que sea, para mejorar la relación de "odio" que tienen, rápidamente cambia su cara de melancolía por un seño fruncido. Ese tarado nunca arreglará nada,  y no sere yo el que lo haga. Con pensamientos de nostalgia se duerme, esperando el siguiente día para olvidarse del pelirrojo.

~~~

Castiel despierta, sumamente animado por ver al rubio, se alista y desayuna para llegar rápidamente al instituto, nunca llega temprano, pero hoy quiere ver a Nathaniel lo más pronto posible, tiene un extraño entusiasmo, quiere enamorarlo, a pesar de lo difícil que sea.

Rápidamente llega al instituto y se dirige a la sala de delegados, abre un poco la puerta y puede ver a Nathaniel, está dandole la espalda a la puerta agachado mientras busca unos papeles, Castiel se muerde su labio inferior y pensamientos lascivos llegan a la cabeza de Castiel. Al pelirrojo se le ocurre algo y decide ponerlo en marcha. Lentamente abre la purta y entra sigilosamente, Nathaniel sigue en lo suyo y no nota la presencia del pelirrojo. Castiel se acerca lentamente.

—Hola rubia —al decir esto provoca que Nathaniel se golpee la cabeza con la mesa al levantarse de golpe. Voltea rapidamente y le dedica una mirada furiosa.

—Ah, eres tu Castiel. ¿Qué haces a estas horas en el instituto, no es normal en ti llegar temprano —decía mientras arqueaba una ceja.

—Ey, a veces me gusta llegar temprano, ¿está mal? —Castiel forma una sonrisa burlona en sus labios.

—Tsk, ¿Tienes que necesariamente entrar en la sala de delegados?—dijo mientras rodaba los ojos.

Castiel puso un brazo al rededor de los hombros de Nathaniel y lo atrajo hacia él, sorprendiendo a Nathaniel.

—Admite que te alegra verme —Nathaniel tras esto reaccionó quitandose el brazo de sus hombros y haciendo una mueca.

—Si, si, lo que digas, ya largate.

A Castiel le encantaba que Nathaniel fuera así, quien sabe si tenia un lado masoquista, pero le gustaba tanto verlo enfadado. El pelirrojo lo tomó del menton y lo acercó a su rostro. Los ojos de Nathaniel lo miraron sorprendido.

—No te pongas delicada, rubia —con la otra mano apretó levemente la nariz de Nathaniel, haciendo que éste soltará un quejido. Castiel lo solto y se levanto del suelo —Nos vemos despues rubia —con su mano despeinó los cabellos dorados del rubio y luego salió por la puerta.

¿Qué fue sido eso? Se preguntaba Nathaniel mientras observaba la puerta por la cual había acabado de salir el pelirrojo.

Castiel mantenia una sonrisa en su rostro. Es tan lindo, enserio este chico me trae loco, quisiera tocarlo más.

Castiel se topó con Lysandro, éste lo saludo formalmente e iniciaron una charla trivial. Ellos eran mejores amigos desde hace tiempo. Lysandro no estaba enterado de los sentimientos de Castiel hacia Nathaniel. Y eso era lo mejor para él...

—¿Algo raro pasó últimamente? —preguntó el albino mirando a Castiel con una ceja arqueada—. Te noto más feliz de lo usual.

Demonios Lysandro, ¿Por qué tienes que ser así? No se te escapa una, ¿Cierto? pensaba Castiel en sus adentros mientras intentaba formular una respuesta que sonara creible.

—Oye, a veces me levanto de buen humor. ¿Es eso tan malo? —dijo mientras daba una leve palmada a la espalda de Lysandro.

—Es sólo muy raro.

—Pues sera mejor que te vayas acostumbrando.

—No creo poder —una pequeña sonrisa se formó en sus labios—. Aunque me gusta ésta nueva faceta tuya —al escuchar esto ultimo, Castiel lo miró confundido. Dándose cuenta de lo que acababa de decir, Lysandro rapidamente negó con sus brazos, moviendolos rápidamente de un lado a otro y empezando a trabarse al hablar—. N-no e-en ése sentido, e-es solo que es agradable verte de b-buen humor, e-eso es todo —Lysandro hablaba rapidamente y rogaba porqué el pelirrojo no malinterpretara nada de lo que acababa de decir.

Castiel solto una risa y volvió a darle una palmadita en la espalda mientras le dedicaba una cálida sonrisa.

—A veces no te entiendo, debe ser por tu raro modo de ver las cosas.

Lysandro se sentía alviado, el pelirrojo no había sospechado nada malo. Por poco lo arruino todo, el albino se sentía frustado. Aún no es tiempo.

—Por cierto, ¿No vas a decirle nada a Nathaniel? Ya sabes, intentar disculparte por lo de Debrah —Lysandro miraba seriamente a los ojos de Castiel. El pelirrojo en cambio, desvió la mirada fastidiado, no quería sacar ese tema, y menos con Lysandro, ya que éste leía fácilmente a las personas.

Antes de que Castiel pudiera pensar como escapar de la situación, pudo distinguir una cabellera rubia, la cual se podía ver solo un poco al estar oculta por una gran pila de libros dirigiéndose torpemente hacia la sala de delegados.

—Recordé que tengo algo que hacer. Nos vemos luego —sin despegar la mirada de Nathaniel, el pelirrojo se levanto y caminó hacia su dirección.

Lysandro quedó con la duda en la mente y un mal presentimiento recorrió todo su cuerpo, concentrándose en su corazón.

Si Pudiera Amarte (CASTIEL X NATHANIEL)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora